Aunque no suele ser grave, de no tomarse medidas puede progresar hasta convertirse en una enfermedad respiratoria. Una especialista explica algunas causas y tratamientos.
Puede ser irritante y molesta, pero la rinitis no es una enfermedad grave. Es una afección respiratoria benigna que puede causar grandes molestias en la vida cotidiana. Además, constituye un factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades respiratorias crónicas como el asma o afecciones como otitis, sinusitis e incluso, alteraciones del sueño.
¿En qué consiste?
La rinitis es una inflamación de la membrana mucosa nasal; un tipo de tejido que reviste la cavidad nasal. Las manifestaciones de esta enfermedad tienen una base similar porque las membranas que protegen y recubren la nariz están mediadas principalmente por la Inmunoglobulina E; anticuerpo que se encuentra únicamente en los mamíferos para generar una respuesta inmune ante los distintos patógenos y favorecer la detección del carácter y el nivel de cada alergia.
Los síntomas más frecuentes de la rinitis son: estornudos, picazón en la nariz, oídos, ojos o garganta, secreción abundante de mucosidad, tos, hinchazón de la nariz, escurrimiento posterior de moco y congestión nasal. Algunas personas pueden experimentar también dolor de cabeza, irritabilidad, tos, trastornos del sueño, o incluso depresión.
Antonio Valero y Jaime Sánchez, especialistas en Alergología, señalan en el Libro de las Enfermedades Alérgicas que la conjuntivitis alérgica está vinculada con la rinitis, dando lugar a la rinoconjuntivitis alérgica. Gracias a los estudios sobre la relación de las respuestas alérgicas al polen, se ha descubierto que la conjuntivitis está asociada a la rinitis alérgica en el 75 % de los casos.
El dato
La rinitis afecta aproximadamente al 25 % de la población mundial.
Tipos
De acuerdo con la Otorrinolaringóloga Fiorelli Arcieri, médica adscrita a Colsanitas, “los distintos tipos de rinitis varían de acuerdo a su duración y afectaciones”.
- Rinitis alérgica. Se caracteriza por picazón de la nariz, congestión y estornudos frecuentes. Puede ser leve, moderada o grave, dependiendo de la frecuencia de los síntomas, y es fácil que la persona pueda establecer a qué se debe su alergia. Puede tener dos orígenes: estacional, que aumenta por los niveles de polen en el ambiente; y perenne, provocada por ácaros, epitelios de animales, polvo, hongos o alérgenos laborales (harinas y polvo de madera).
- Rinitis no alérgica. De acuerdo con la doctora Arcieri, “este tipo de rinitis puede ser infecciosa, viral, atrófica, vasomotora y medicamentosa. Esto quiere decir que puede ser causada por varios virus, por lo general el resfriado común”. O por los tratamientos para combatir estos virus.
- Rinitis Mecánica. Es causada por malformaciones, desviaciones del tabique nasal, los cornetes o la obstrucción de cuerpos extraños.
- Rinitis atrófica. Es una forma de rinitis crónica. La membrana mucosa se adelgaza y endurece de forma agresiva, lo que produce que las fosas nasales se dilaten y resequen.
- Rinitis vasomotora. Es también un tipo de rinitis crónica. Los síntomas habituales son la congestión nasal, los estornudos y la secreción nasal, y se puede producir sin necesidad de que exista una alergia en concreto.
- Rinitis medicamentosa. También se llama congestión de rebote. Es una congestión nasal grave causada por el uso excesivo (más de 4 días) de aerosoles e inhaladores y otros medicamentos como antidepresivos, progesterona o vasoconstrictores nasales.
- Rinitis Hormonal. La pueden causar diferentes desórdenes hormonales. Se da principalmente en casos de hipertiroidismo o hipotiroidismo, de acuerdo con la inflamación que se expresa en el organismo. También es conocida por ser consecuencia de alteraciones del embarazo.
La cifra
El 22 % de la población colombiana sufre de algún tipo de rinitis.
Entre los mayores factores de riesgo para un paciente rinitico está el estrés oxidativo. Según el doctor Alberto Papi, médico especialista en asma e inmunología clínica y medicina pulmonar, “este es un desequilibrio entre la producción de radicales libres que no pueden ser contrarrestados por el cuerpo humano, lo que produce una respuesta inflamatoria caracterizada por una mucosidad espesa y de difícil manejo, que se relaciona con la degeneración de tejidos”.
Uno de los mayores generadores de estrés oxidativo en el cuerpo es el cigarrillo. “Cuando un paciente es fumador se complica el proceso porque se destruyen las células y se facilita la generación de radicales libres. En estos casos, puede darse un paso más rápido a otras enfermedades respiratorias de nivel crónico”, añade el especialista.
Diagnóstico
La rinitis alérgica se detecta mediante un test cutáneo para el cual se reproducen sobre la piel las reacciones que se dan en otras partes del organismo. Para esto, se aplican gotas del alérgeno al que se puede tener sensibilidad y se observa la reacción pasados 20 minutos. Otra técnica es realizar un examen de sangre, con el que se determinan los alérgenos.
En casos no alérgicos se puede determinar por los síntomas que se presenten. En ocasiones, existen malformaciones en los senos paranasales. Para determinarlas se hace un análisis endoscópico o radiológico del interior de los conductos nasales.
Tratamiento
En la actualidad se utilizan fármacos tópicos con antihistamínicos, descongestionantes y corticoides intranasales para tratar el órgano afectado.
Por otro lado, existe la inmunoterapia; proceso que se puede aplicar desde los cinco años. “Es curativa para la rinitis alérgica, pues una vez identificados los alérgenos, se pueden administrar en dosis progresivas para inducir al sistema inmune a dejar de reaccionar ante ellos. Antes, es necesario ser valorado por un alergólogo y realizar un test cutáneo”, explica la doctora Arcieri. Este tratamiento puede durar hasta cinco años y varía por la cantidad, el nivel de alergias y la edad de la persona.
Recomendaciones
“Los elementos que empeoran las alergias son los factores desencadenantes. Aunque es imposible evitarlos todos, se pueden tomar algunas medidas”, explica la doctora Arcieri. Dentro de las principales recomendaciones están:
- No fume y evite exponerse a personas que fumen.
- Reduzca los ácaros limpiando el polvo en el hogar. Al asear su casa, use el trapero antes de barrer, para así recoger la mayor cantidad de polvo sin levantar las partículas; luego puede pasar la escoba.
- Controle el moho que puede existir por filtraciones en techos, ventanas y tuberías.
- Ventile las áreas donde se ducha, lava ropa y cocina.
- Evite la exposición al polen de las plantas y a los animales.
- Evite tener alfombras en los pisos, peluches o superficies que retengan polvo, principalmente en su habitación.
- Utilice un deshumidificador para secar el aire de la casa.
- Evite dormir en el mismo espacio en el que sus mascotas duermen y comen.
- Cambie la ropa de cama mínimo dos veces a la semana.
- Evite tener cambios bruscos de temperatura y salidas en noches frías.
Para profundizar en el tema le recomendamos: Mitos y realidades de la rinitis, Todo sobre el asma y Convivir con mascotas cuando se tiene alergia
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