Unos buenos zapatos para correr no solo mejoran el desempeño, también reducen el riesgo de lesiones y protegen rodillas, tobillos y caderas. Por eso, su elección debe considerar factores como el tipo de pisada, la comodidad y el ajuste correcto.
Elegir el calzado adecuado para correr va más allá de la estética o del precio. Esta decisión, que muchas veces se toma con base en lo que está en tendencia, puede tener un impacto directo en la salud articular, la prevención de lesiones y el rendimiento físico. Por eso, contar con unos tenis apropiados es una parte esencial de cualquier rutina deportiva, sin importar el nivel del corredor.
Según el doctor Mauricio Mejía, médico especialista en medicina del deporte adscrito a Colsanitas, “tener un buen calzado no solo busca mejorar el rendimiento, sino también proteger las articulaciones. Cuando uno corre, se libera energía que debe disiparse en los músculos, no en las rodillas, tobillos o caderas”. Un zapato con buena amortiguación ayuda a absorber ese impacto, evitando que la carga recaiga directamente sobre las zonas articulares.
Siga estas cinco recomendaciones para escoger unos zapatos ideales para correr.

Identificar el tipo de pisada
La pisada se clasifica en tres tipos: neutra, pronadora y supinadora. En la pisada neutra, el pie apoya de forma equilibrada desde el talón hasta el centro. En la pronadora, el pie tiende a inclinarse hacia adentro al pisar, mientras que en la supinadora se inclina hacia afuera, cargando el peso en el borde externo. Conocer su tipo de pisada es clave para elegir un calzado que brinde el soporte adecuado y prevenga lesiones. Esta evaluación puede hacerla un médico del deporte, un fisioterapeuta o un centro de análisis especializado.

Escoger según experiencia, técnica y objetivo
Un corredor principiante no necesita el mismo tipo de calzado que un atleta. Modelos diseñados para velocidad o competencia, como los que incluyen placas de carbono, pueden aumentar el riesgo de lesión si no se tiene una base técnica sólida. Además, el precio no siempre es sinónimo de calidad o adecuación. La elección del zapato debe responder a variables como el nivel de entrenamiento, la técnica de carrera, el peso corporal y los objetivos personales. Estabilidad, amortiguación y soporte general deben ser prioritarios en las primeras etapas.

Elegir media talla más grande
Durante la carrera, los pies tienden a inflamarse por el impacto constante. Por esta razón, los especialistas sugieren adquirir el calzado media talla más grande de lo habitual. Esta medida ayuda a prevenir lesiones en las uñas, rozaduras y hematomas en los dedos del pie. “Se recomienda probarse los zapatos al final del día, cuando el pie está más dilatado. Además, se debe verificar que haya un espacio suficiente entre los dedos y la punta del zapato”, afirma Mejía.

Evitar modelos completamente planos
El calzado plano no proporciona el soporte estructural necesario para una actividad de alto impacto, como el running. Escoja zapatos con una base estable, amortiguación adecuada y soporte en el talón y el arco plantar para evitar sobrecargas. “Es importante que el zapato se adapte a la pisada y sea cómodo desde el primer uso. No todos los modelos sirven para todas las personas. Lo ideal es probarlos corriendo y no solo caminando”, enfatiza Mejía.

Priorizar la comodidad y el ajuste individual
Cada corredor tiene características físicas y funcionales particulares, por lo que la elección del calzado debe ser individualizada. La comodidad es un criterio clave: un modelo que funciona bien para una persona puede resultar inadecuado para otra. Además, se recomienda evaluar factores como la flexibilidad del zapato, el tipo de superficie en la que se entrena (asfalto, tierra o pista) y la frecuencia de uso, idealmente con el acompañamiento de un profesional en medicina del deporte.
*En caso de cualquier duda, consulte a un especialista en medicina del deporte.
Estas recomendaciones están basadas en investigaciones hechas por instituciones como la Clínica Mayo, el American College of Sports Medicine y el British Journal of Sports Medicine. Para más información, consulte a su médico.


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