El SOP es un desorden endocrino, metabólico y reproductivo que se presenta en el 7% de las mujeres en edad reproductiva.
Esto me agota”, le dijo Lina con exasperación a su ginecólogo, “llevo tres meses sin menstruar. Necesito una solución”. Lina tuvo su primera menstruación a los 12 años y siempre había tenido un ciclo irregular. Al comienzo pensó que era normal y así se lo decían; los ciclos de las niñas suelen ser intermitentes, pero a los 16 ya no le pareció que fuera tan normal menstruar cada 60 días, y cuando cumplió 19 era claro el porqué de su exasperación. Su ginecólogo le ordenó una ecografía, y al relacionarla con los síntomas encontró el diagnóstico: Lina tenía Síndrome de Ovario oliquístico (SOP).
El SOP es un desorden endocrino, metabólico y reproductivo que se presenta en el 7% de las mujeres en edad reproductiva. Se caracteriza por la presencia de ciclos menstruales irregulares con intervalos amplios entre menstruaciones (38 días o más), hirsutismo (aumento anormal del vello corporal), acné y presencia de quistes en los ovarios. En la mitad de los casos, también va acompañado de sobrepeso y obesidad, según explica Adriana Ramírez, especialista en ginecología y obstetricia adscrita a Colsanitas. Lina tenía acné, aunque no demasiado, y vellos extrañamente abundantes, oscuros y gruesos en algunas partes de su cuerpo.
Lo que ocurría en su interior es difícil de explicar pero permite comprender la manifestación de la enfermedad. Cada vez que comienza el ciclo menstrual de una mujer sin SOP, su cerebro produce una hormona que se encarga de estimular la maduración de los óvulos que están dentro de unas bolsitas llamadas folículos. Mientras esto sucede, en los ovarios se está produciendo estrógeno. Los óvulos dentro de las bolsitas empiezan a crecer hasta que en un momento, uno de los folículos crece más que los demás, deteniendo el crecimiento del resto y expulsando el óvulo para que se produzca el embarazo. En esa etapa aumenta la progesterona para transformar el endometrio y prepararlo en caso de fecundación. Si la fecundación no sucede, el endometrio se descama y se produce la menstruación.
En el ciclo de una mujer sin SOP, los ovarios están aproximadamente 15 días produciendo estrógenos y 15 días produciendo progesterona.
Pero en el caso de Lina y de las mujeres con síndrome de ovario poliquístico, se estimulan muchos folículos al tiempo y el ovario se desequilibra porque no hay uno dominante; hay un aumento constante de los estrógenos y no se genera progestágeno para detenerlos. En contraposición, explica Margarita María Crespo, especialista en endocrinología ginecológica, empiezan a dominar los andrógenos y por eso las pacientes presentan hiperandrogenismo, esto es, un aumento de las hormonas masculinas, lo que también explica síntomas como el aumento del vello corporal y la infertilidad.
Hasta el momento la causa del síndrome se desconoce, pero se ha visto que existe una predisposición genética que, asociada a factores como la obesidad, la resistencia a la insulina y la hiperandrogenemia, permiten su aparición. No está claro, por ejemplo, si la resistencia a la insulina produce el SOP o el SOP produce resistencia a la insulina. Pero esta alteración hormonal también genera síntomas en las mujeres con el síndrome, como una pigmentación oscura en la piel del cuello o la nuca.
Qué hacer
La manifestación de la enfermedad y sus consecuencias cambian de una mujer a otra. Juliana supo que tenía síndrome de ovario poliquístico cuando tenía 16 años. En cuanto fue diagnosticada, siguió el tratamiento existente y altamente efectivo: tomar pastillas anticonceptivas diariamente. Lo hizo sin falta durante 18 años y añadió otra recomendación de su ginecóloga: realizar actividad física, porque como se trata de una alteración hormonal, los hábitos de vida saludables como una dieta balanceada y ejercicio son de gran ayuda.
Después de un tiempo, decidió dejar las pastillas y se dio cuenta de que su periodo estaba regulado y los quistes simplemente habían desaparecido. “Hay cuadros no tan floridos y pacientes que tienen SOP con una intensidad menos fuerte y en esos casos, el síndrome podría mejorar solo, con dieta y actividad física”, explica Fernando Martínez, ginecólogo adscrito a Colsanitas.
Lina, por otro lado, también siguió la recomendación de su ginecólogo y tomó anticonceptivos casi por una década. Pero en cuanto los dejó, los síntomas reaparecieron y, según cuenta, “empecé
a sentir genuinamente lo que es tener ovarios poliquísticos”.
En los casos más graves, de no seguirse un tratamiento, el SOP puede generar consecuencias como obesidad o aumento de triglicéridos, y “si la enfermedad siguiera el curso natural podría asociarse a diabetes o hipertensión”, explica Martínez. Pero además, por el exceso de estrógeno con algunas mujeres se corre el riesgo de desarrollar cáncer de endometrio, la consecuencia más peligrosa del síndrome de ovario poliquístico.
En general, el síndrome de ovario poliquístico no es una enfermedad grave si se le da un manejo médico correcto y se siguen las indicaciones de los especialistas; no solo ginecólogos, sino también endocrinólogos e incluso dermatólogos. Para la infertilidad existen soluciones y mecanismos a través de los cuales una mujer con SOP puede quedar embarazada.
Juliana cuenta que luego del diagnóstico, pronto entendió “que todo estaría bien mientras me tomara las pastillas y me hiciera las ecografías periódicamente”. Y Lina siente que ha crecido con el síndrome, y con el tiempo y la ayuda de las comunidades de mujeres con el diagnóstico, ha aprendido a comprender y aceptar algunas de sus manifestaciones.
-Este artículo hace parte de la edición 181 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa en este enlace: https://www.bienestarcolsanitas.com/images/PDF%20ED/Bienestar184-1.pdf
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