El retorno a una vida funcional después de superar el virus comienza con un programa de rehabilitación pulmonar para mejorar la capacidad respiratoria y la condición física.
n noviembre del año pasado el doctor Alfredo Saavedra, especialista en medicina interna y neumología, adscrito a Colsanitas, se contagió de Covid-19; estuvo más de un mes en una unidad de cuidado intensivo y, tras seis semanas de rehabilitación pulmonar en un programa que incluyó sesiones de fisioterapia y terapia respiratoria, logró retornar a su trabajo y a su vida.
“Al salir del Covid tenemos una pérdida de masa muscular no solo en las extremidades, también en el diafragma. Terminamos con una severa dificultad respiratoria. En la medida en que volvemos a reasumir el ejercicio empezamos a hacer un reacondicionamiento físico y nos empezamos a sentir mejor, mientras los medicamentos actúan”, asegura. “Cuando uno está enfermo, el organismo trata de defenderse echando mano de todo. De la grasa y de los músculos. Se defiende con proteínas, cuyas reservas están en los músculos, y las sintetiza para reparar los órganos que están alterados, mientras el corazón trabaja a toda su capacidad”, explica el doctor Saavedra.
El Covid-19 compromete la movilidad torácica, los volúmenes pulmonares y la capacidad pulmonar.
Los pacientes que estuvieron hospitalizados en cuidados intensivos, donde recibieron múltiples soportes como un ventilador para asistir al diafragma evitando sus contracciones, en estado de sedación, prácticamente anestesiados, salen de las clínicas sin el virus, pero no recuperados del todo: manifiestan una debilidad que les impide retornar a la vida funcional.
El objetivo de la rehabilitación pulmonar consiste en mejorar la condición física y los síntomas de la dificultad respiratoria para que el paciente vuelva a ser funcional, pero ésta sólo puede realizarse cuando la persona haya disminuido la respuesta inflamatoria de la enfermedad, se encuentre libre del virus y su estabilidad hemodinámica lo permita.
Viviana Cubillos, fisioterapeuta especialista en cuidado intensivo y coordinadora de educación en la Comisión Global de Terapia Keralty, explica que los parámetros hemodinámicos que debe presentar son: estabilidad de la tensión arterial, saturación entre 92 y 96 %, frecuencia respiratoria por debajo de 25 respiraciones por minuto y frecuencia cardiaca de 60 a 90 latidos por minuto. Si el paciente está fuera de estos rangos, se presenta un riesgo de empeorar su cuadro clínico.
¿Por qué es tan importante la rehabilitación pulmonar?
El Covid-19 compromete la movilidad torácica, los volúmenes pulmonares y la capacidad pulmonar. Hace que pierdan su tamaño en términos de reserva pulmonar. Este fenómeno inflamatorio impide su capacidad de expandirse adecuadamente, debilita el músculo y produce fallas respiratorias. El pulmón está diseñado para albergar aire y facilitar el intercambio gaseoso. Pero si es ocupado, no puede cumplir esta función. Además, el virus deja varias cicatrices que tampoco permiten que el pulmón se expanda adecuadamente. “Es cuando el organismo trata de disminuir los requerimientos y el consumo de oxígeno necesario para cualquier actividad, desde correr hasta lavar los platos. Pero si uno se queda quieto o en reposo entra en un círculo vicioso, porque la próxima vez que vaya a caminar se va a sentir más ahogado... entonces es probable que deje de hacerlo y así es difícil recuperar la rutina. Y ahí ocurre una cadena de retrocesos dramáticos que puede matar a una persona”, apunta el doctor Saavedra.
Equipo multidisciplinario
“Según las recomendaciones de los consensos internacionales, la rehabilitación pulmonar se basa en el principio de las “cuatro S”: simple, segura, satisfactoria y sanadora, porque si no se aplica, no mejora la condición pulmonar”, asegura la fisioterapeuta. Buscando lograr metas seguras de oxigenación, a través de seguimiento y un monitoreo constante de los especialistas, se aplican estrategias individualizadas para cada caso. “Se analizan todos los antecedentes de la persona: si se trata de un paciente oncológico o si tiene algunas preexistencias que van a influir en el proceso. La rehabilitación tiene etapas diseñadas para cinco semanas, pero el tiempo lo determina la progresión y las condiciones de cada paciente”, añade Sandra Ceballos, fisioterapeuta especialista en cuidado crítico.
Esta rehabilitación requiere de un equipo multidisciplinario. Desde el inicio, un profesional en nutrición diseña una dieta para que el paciente cuente con las reservas energéticas necesarias para realizar los ejercicios aeróbicos prescritos. En las secuelas post Covid no solo hay alteraciones musculares que tienen como consecuencia la fatiga, sino también hay repercusiones sensoriales y neurológicas.
“Nuestra rehabilitación va enfocada a mejorar la integración sensorial y propioceptiva, con técnicas propias para mejorar el entorno cerebral y quitarle al paciente el temor, la angustia y la ansiedad”, explica Cubillos. Mientras el área de neumología se encarga de las estrategias farmacológicas e identifica signos de mejoría o síntomas de alarma en caso de un posible deterioro, el terapeuta respiratorio y fisioterapeuta trabajan en optimizar la integridad de la condición física, muscular y funcional.
“En todo este proceso es importante involucrar a la familia, para que las personas que conviven con el paciente aprendan a colaborar en la recuperación desde casa. Les enseñamos a manejar el oxígeno y cómo realizar ejercicios”, apunta la fisioterapeuta Ceballos. Así, de manera gradual, se va disminuyendo la dificultad para respirar, se optimiza el intercambio gaseoso entre el oxígeno y el dióxido de carbono, y el paciente mejora su calidad de vida.
Si usted o algún miembro de su familia está interesado en tomar un programa de rehabilitación pulmonar, puede escribir un mensaje al correo electrónico [email protected].
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