Algunos dispositivos electrónicos y lámparas son emisores de rayos ultravioleta, de los que hay que cuidarse. Una experta en la materia nos cuenta por qué.
os rayos solares no son los únicos que pueden causar quemaduras, también hay que protegerse de las radiaciones ultravioleta que emiten algunas pantallas de computadores, tabletas, televisores, teléfonos inteligentes y lámparas fluorescentes. Por eso, los dermatólogos advierten que es necesario usar bloqueadores en la casa o la oficina para evitar que la sobreexposición a la luz artificial produzca lesiones en la piel.
María Bernarda Durango, médica dermatóloga adscrita a Colsanitas, explica que la luz artificial se compone de luz visible y de radiaciones ultravioleta (UV) e infrarrojas (IR). Estas radiaciones, dependiendo de la distancia a la que se esté de ellas, pueden penetrar las capas profundas de la piel y promover un aumento de la melanina, con lo cual se corre el riesgo de desarrollar manchas similares a las que aparecen durante el embarazo. Además, la exposición prolongada a poca distancia de los rayos UV hace que disminuya la oxigenación, la elastina y el colágeno. Los resultados pueden ser los signos de envejecimiento prematuro, las líneas de y las lesiones malignas en la piel.
En este sentido, el comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, advierte que “la exposición a la luz ultravioleta (UV), tanto natural como artificial, influye directamente en el riesgo que corre una persona de padecer cáncer de piel, independientemente de la edad o del tipo de piel. La mayoría de los casos de melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel, pueden atribuirse a la exposición a estos rayos ultravioleta. Con los años, mejorar la protección contra los rayos UV ha sido un objetivo clave de los esfuerzos del sector salud y de los organismos de gobierno”, dice el comunicado publicado en la página virtual de la FDA a mediados de 2018.
"La exposición a la luz ultravioleta (UV), tanto natural como artificial, influye directamente en el riesgo que corre una persona de padecer cáncer de piel, independientemente de la edad o del tipo de piel".
La doctora Durango explica que entre las afecciones que se pueden producir como consecuencia de un abuso en la exposición a los rayos ultravioleta que contiene la luz artificial están la urticaria y la dermatitis solar. Entre las severas no sólo está el melanoma, sino que también se cuentan el carcinoma de células escamosas y el carcinoma basocelular.
“Las radiaciones de la luz artificial, igual que las provenientes de la luz solar, se acumulan con el tiempo, y por eso es frecuente que las manifestaciones de los daños a la piel sean más visibles entre los 30 y los 35 años de edad”, dice Durango.
Estudios científicos advierten que las luces compactas fluorescentes son de las que más hay que cuidarse cuando se les tiene a menos de 30 centímetros de distancia, porque no sólo emiten radiación UV sino UVC, que es la más dañina. En cambio las lámparas incandescentes y las halógenas son inofensivas, por eso son las recomendadas para usar en escritorios y mesas de trabajo.
Algunos tipos de piel son más sensibles que otros: “De hecho, la foto-sensibilidad es un asunto relacionado con la raza y la genética. Las pieles blancas son las más propensas a desarrollar lesiones relacionadas con el efecto de los rayos ultravioleta”, apunta la especialista. Aunque esto no signifique que las personas de piel oscura no deban cuidarse; en todos los casos, hay que prestar atención a las horas que se mantiene en contacto con las pantallas fluorescentes y protegerse. A los niños hay que ponerles suficiente cantidad de bloqueador varias veces al día.
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