¿Por qué estamos tan ansiosos?

La realidad que vivimos puede afectar nuestra salud mental y manifestarse en estados de angustia.

l mundo en el que vivimos y específicamente el país que habitamos, generan  incertidumbres, miedos e inseguridades, que son muy difíciles de gestionar a nivel emocional. Quizás una de las formas de intentar nombrar todo lo que internamente sentimos sea diciendo que estamos ansiosos. Y cómo no estar ansiosos cuando cada día las noticias muestran un sinnúmero de hechos de violencia, muerte, inconformidad, que trae como consecuencia que no sepamos adónde llegaremos.

La pregunta que surge entonces es: ¿qué es la ansiedad? Pues se ha vuelto costumbre utilizar una serie de conceptos propios de la salud mental que no siempre son los más ajustados. Viene del latín anxietas o anxietatis que se vincula con verbos como “oprimir” o “estrechar”. Y tal vez así nos hemos venido sintiendo en los últimos meses o en el último año y medio, desde que se inició la pandemia.

La ansiedad es, como afirma Carlos Rodríguez en su libro Psicopatología Psicoanalítica: un enfoque vincular, “esa reacción psicofisiológica en todo semejante al miedo salvo en su objeto, pues el miedo es la reacción normal ante un peligro real”. Aquí es importante mencionar que el miedo siempre tiene una razón definida, es decir, siempre sabemos a qué le tememos y un ejemplo de ello son las fobias, pues cuando decimos que tenemos claustrofobia, es claro que hay un miedo irracional a los sitios cerrados, mientras que con la ansiedad, no logramos determinar específicamente a qué le tememos. Al tener ansiedad, se viven una maraña de manifestaciones o síntomas tales como las que describe el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) en su 5 versión: aprehensión, terrores y dos sensaciones muy dolorosas emocionalmente, como son la experimentación de la sensación de muerte inminente y la idea de que se perderá la razón, pero todo esto sin un objeto o una causa específica.

Cada mañana los colombianos nos estamos despertando con las preguntas ¿cuál será el problema de turno? y ¿qué situación grave viviremos hoy? Esto hace que nuestra salud mental se afecte y deteriore de manera significativa. Ya lo ha mencionado la Organización Mundial de la Salud en su artículo “La salud mental en el lugar de trabajo”: “Los trastornos por depresión y por ansiedad son problemas habituales de salud mental que afectan a la capacidad de trabajo y la productividad. Más de 300.000.000 de personas en el mundo sufren depresión, un trastorno que es la principal causa de discapacidad, y más de 260.000.000 tienen trastornos de ansiedad”. Vivimos en una constante incertidumbre y malestar por el devenir no solo nuestro y de nuestras familias, sino de nuestro país en general.

Dentro de las múltiples gamas de manifestaciones de la ansiedad y tal como lo declaran los manuales diagnósticos, encontramos la crisis de angustia, la agorafobia, la fobia social y el trastorno obsesivo compulsivo, entre otros. Pero además se debe aclarar que la ansiedad no es una sola y no se manifiesta de la misma forma en todas las personas, pues como afirma Rodríguez, se distinguen tres tipos de ansiedad: la real, que es la reacción adecuada ante un riesgo o amenaza existente (a la que Freud también se refiere como miedo); la angustia señal, que se experimenta como anticipación de un peligro instintivo; y la angustia automática que es la intensa angustia que se vive en una situación temida.  

Cualquiera que sea el trastorno o el tipo de angustia al que nos enfrentemos, es importante establecer cuál es la causa inconsciente que la está generando. Se debe permitir que las personas hagan catarsis o, mejor aún, es importante alentar la expresión catártica e ideación asociada con la angustia, estos últimos para poder ayudar a las personas a tramitar su dolor psíquico y emocional y no llegar a desarrollar trastornos graves como los aquí mencionados.

Decano de la Facultad de Psicología de Unisanitas. Candidato a doctor en Educación y Sociedad.