El Centro Felicidad Chapinero invita a la ciudadanía bogotana a disfrutar de actividades gratuitas de deporte, arte y cultura. Con su innovador entorno arquitectónico de diez pisos, se proyecta como un ícono de encuentro y recreación en la ciudad.
El pasado 17 de octubre abrió sus puertas el Centro Felicidad Chapinero como un nuevo espacio para los bogotanos. Este complejo, ubicado en la carrera 11 con calle 82, tiene diez pisos y más de 10,500 metros cuadrados, y ofrece actividades gratuitas de recreación, deporte, arte y cultura. Con vistas a los cerros de Bogotá y un diseño arquitectónico innovador, se ha convertido en un hito arquitectónico y un espacio de encuentro en una de las localidades más activas de la capital.
Los Centros Felicidad hacen parte de una iniciativa gubernamental que busca promover la inclusión social y el bienestar mediante espacios arquitectónicos modernos y accesibles. Actualmente, cinco centros de este tipo operan en la capital. En diciembre de 2018, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, junto con la Sociedad Colombiana de Arquitectos, convocó un concurso público para diseñar la sede de Chapinero, al cual se postularon 43 firmas nacionales. El estudio Alejandro Rogelis Arquitectura resultó ganador.
Durante la construcción, surgieron varios desafíos, especialmente con la llegada de la pandemia en 2020, que causó retrasos e incrementó el costo de materiales esenciales. Sin embargo, gracias al esfuerzo de distintas administraciones, el Centro Felicidad Chapinero ha sido finalizado, consolidándose como un símbolo de bienestar, inclusión y progreso urbano. Ahora, bajo la dirección de Santiago Trujillo en la Secretaría de Cultura, este centro se proyecta como un epicentro cultural de la ciudad, apto para albergar eventos como la Feria del Millón y el Bogotá Fashion Week, con el fin de convertirse en un punto de encuentro para la diversidad cultural de Bogotá.
Una obra de inclusión y modernidad en altura
A diferencia de otros Centros Felicidad en Bogotá, que se extienden horizontalmente, este edificio maximiza el uso de un espacio limitado en una ubicación céntrica mediante su diseño en altura. Esta disposición permite disfrutar de vistas únicas de la ciudad desde distintos niveles. El arquitecto Alejandro Rogelis se refiere al proyecto como “el lugar más inclusivo en el barrio más exclusivo de la ciudad”, pues, según explica, “la idea fue crear un espacio accesible para todos los bogotanos en una zona de alta afluencia como Chapinero. En este sector, donde la población flotante supera a la residente y cerca de 1.200.000 personas transitan cada día, diseñamos este espacio como un punto de encuentro metropolitano para todos”.
Inspirado en plazas y parques, Alejandro diseñó el edificio como un lugar vertical donde los visitantes puedan recorrer cada nivel y descubrir vistas únicas de Bogotá. “Queríamos que los usuarios sintieran que el centro forma parte de la ciudad, conectando visualmente con los cerros y el entorno natural”, comenta, destacando su intención de integrar la arquitectura con el paisaje.
La organización del centro está inspirada en las ágoras griegas, espacios de encuentro donde los ciudadanos se congregaban para actividades culturales y recreativas. Rogelis afirma que “cada una de las cinco ágoras del edificio tiene su propia personalidad y ritmo urbano”. Por ejemplo, la plaza cultural, ubicada en el primer nivel, es un teatro urbano: “es un espacio para que los artistas puedan crear, aprender y luego mostrar su talento, rodeados de aulas de música, literatura y artes plásticas”, añade.
Otros espacios del Centro Felicidad también refuerzan la accesibilidad y el sentido de comunidad, como la arena polivalente y el gimnasio recreativo. La arena, de triple altura, puede albergar desde deportes hasta exposiciones y conferencias, con un diseño acústico especial que asegura calidad sonora. Alejandro comenta que la conexión visual entre los espacios fue clave: “queríamos que, desde el gimnasio, los usuarios tuvieran una comunicación constante y pudieran observar lo que sucede en otros niveles, manteniendo ese sentido de apertura y pertenencia”. La piscina en el séptimo piso y el jardín en la azotea ofrecen experiencias únicas, como nadar con vista a los cerros y observar el cielo en un espacio de calma accesible para la ciudadanía.
Conexión con la identidad bogotana
Alejandro Rogelis se inspiró en el legado del arquitecto colombiano Rogelio Salmona, para crear una conexión visual entre la arquitectura del centro y el entorno urbano. Usando concreto ocre, similar al color de las rocas locales, y adoquín rojo, característico de espacios icónicos de la ciudad, el edificio evoca una continuidad entre la ciudad y su paisaje. “Queríamos que los visitantes sintieran una continuidad con el entorno urbano de Bogotá, entre la arquitectura del lugar y el espacio público de la ciudad”, menciona Rogelis.
La integración de elementos naturales fue otro aspecto clave en el diseño, pensado para ubicar el edificio en su ecosistema. Alejandro y su equipo recrearon un bosque andino bajo, el hábitat natural de Chapinero, utilizando especies vegetales nativas para dar al edificio una atmósfera de bosque urbano. “Nuestro objetivo era que el centro pareciera una extensión de la naturaleza, como si formara parte del entorno y no solo un edificio en medio de la ciudad. Por esto buscamos que el diseño conectará con otros espacios verdes cercanos como parques y por supuesto, con los cerros”, menciona Alejandro.
El diseño vertical del centro, único en su tipo, aprovecha la altura para ofrecer vistas de la ciudad y reflejar la cambiante luminosidad de Bogotá a través de ventanas de vidrio sin perfiles exteriores. “La verticalidad y la apertura visual hacia los cerros crean una interacción constante entre el usuario y el paisaje urbano”, señala Alejandro, quien incorporó influencias de arquitectos como Rem Koolhaas y Rogelio Salmona, buscando inspirar a los ciudadanos a hacer suyo este espacio.
Además, el diseño incorpora innovaciones arquitectónicas y tecnológicas en armonía con el entorno. Por ejemplo, el teatro cuenta con difusores acústicos integrados en el concreto, que aseguran una experiencia sonora de alta calidad. En otros espacios, como las piscinas en el séptimo piso, el diseño estructural permite disfrutar de la ciudad desde una perspectiva elevada, generando una sensación de calma y bienestar. Para Alejandro, estos detalles refuerzan la idea de que el Centro Felicidad Chapinero no es solo un edificio, sino un símbolo de apertura y pertenencia urbana.
Un espacio para el bienestar El Centro Felicidad Chapinero es un espacio inclusivo y flexible, pensado para que cada persona encuentre su propio camino hacia la felicidad y el bienestar. “La felicidad es distinta para todos, y es importante ofrecer diferentes tipos de espacios para que cada quien pueda encontrar bienestar en ellos”, explica Alejandro Rogelis. Este enfoque permite que el centro sea tanto un lugar de actividad física como de relajación, desde deportes en el polideportivo, hasta momentos de descanso en la piscina o eventos culturales, el centro tiene algo para todos. “Este espacio no busca ser admirado, sino vivido”, agrega Alejandro, resaltando que cada visitante tiene la libertad de conectarse consigo mismo a su propio ritmo.
Entre sus instalaciones, el centro cuenta con un gimnasio y un polideportivo, diseñados para una gran variedad de actividades físicas, desde deportes de equipo hasta clases individuales. Además, alberga piscinas recreativas y semiolímpicas, así como áreas dedicadas a la meditación y la relajación, promoviendo un equilibrio entre el bienestar físico y emocional. En otros niveles, se encuentran una biblioteca, salas de exposiciones y aulas para aprender disciplinas como danza, música y artes visuales, respondiendo a las diversas necesidades culturales de la comunidad.
Este enfoque integral busca conectar a personas de todas las edades con su entorno de una manera activa y saludable, promoviendo la salud mental, física y emocional a través de actividades que van desde el deporte hasta el arte. “Queremos que este centro sea un lugar de encuentro en el que los bogotanos puedan disfrutar y explorar lo que los hace felices, en un ambiente que promueve la inclusión y el desarrollo personal”, concluye Rogelis.
Para quienes deseen conocer más sobre el diseño y la visión detrás del Centro Felicidad Chapinero, pueden visitar la exposición organizada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y el estudio Alejandro Rogelis Arquitectura. La muestra estará abierta hasta el 15 de diciembre, ofreciendo una oportunidad única para profundizar en los detalles de este innovador proyecto.
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