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Menstruación

El dolor no es normal: rompamos el mito del período menstrual

Ilustración
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Durante años pensé que el dolor menstrual era normal. No lo es. Esta es mi historia como paciente de endometriosis, una enfermedad crónica que afecta a 3.5 millones de mujeres en Colombia y que, por desconocimiento y mitos, sigue siendo invisibilizada. Gracias a la cirugía, el conocimiento médico y la Ley 2338 de 2023, hoy entiendo que el periodo no debería doler.

Hoy volví a saltar en trampolín después de 45 días de quietud y reposo, como parte del proceso de recuperación de mi primera cirugía por endometriosis. Digo primera porque, aunque los principales síntomas e incomodidades desaparecieron por completo, esta enfermedad no se resuelve únicamente con una intervención quirúrgica.

La endometriosis es casi tan común como poco hablada y documentada. Según la Asociación Colombiana de Endometriosis e Infertilidad, 3.5 millones de mujeres la padecen en Colombia, formando parte de los 190 millones de mujeres en el mundo que viven con esta condición.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la endometriosis es una enfermedad crónica en la que el tejido que recubre el útero comienza a crecer fuera de este, lo que afecta otros órganos y genera una amplia variedad de síntomas. Entre los más comunes están los cólicos intensos, sangrados abundantes o escasos, dolor durante las relaciones sexuales, fatiga, depresión… y la lista continúa.

El doctor Alejandro González, ginecólogo del grupo de cirugía mínimamente invasiva de la Fundación Santa Fe y la Clínica del Country, adscrito a Colsanitas y miembro del centro especializado CEMAE, ha dedicado más de 30 años de su carrera a tratar esta enfermedad. Según él, el altísimo subregistro de diagnósticos de endometriosis en Colombia tiene causas históricas y culturales.

“La endometriosis inicia su sintomatología en un 15 % de mujeres durante la adolescencia, con dolor severo durante la menstruación, dismenorrea y dolor pélvico. Sin embargo, en promedio las pacientes consultan cinco años después y llegan a ginecología siete años más tarde. En realidad, hay un total desconocimiento de los síntomas de la enfermedad y se tiene un concepto errado generacional que afirma que el cólico con la menstruación es normal”, explica el especialista.

El doctor González explica que la cadena de diagnóstico debe iniciar en medicina general y complementarse con estudios como la ecografía de mapeo de endometriosis o ultrasonidos, así como con la participación de equipos multidisciplinarios que incluyan ginecólogos, urólogos, coloproctólogos, psicólogos, especialistas en manejo del dolor, entre otros.

-Es que el periodo no debería doler-, le dije a mi mamá, mientras nos tomábamos un café, tres días después de mi cirugía.

-¿Cómo que no? Tiene que doler, eso es lógico- me respondió abriendo los ojos, entre segura y desconcertada. 

Mi mamá de 61 años ha tenido siempre una salud de roble, se ufana de no tomar medicinas ni necesitar especialistas a estas alturas de la vida, lo cual es motivo de orgullo para mí también. Ah, pero sus cólicos menstruales eran memorables, -de desmayo-, me cuenta por enésima vez, mientras se aterra de pensar que muy seguramente vivió toda su vida con endometriosis y nunca a nadie se le ocurrió decirle que el periodo no debería doler, ningún ginecólogo se lo sugirió y eso que tardó más de un año en embarazarse de mi hermano. 

—A Santiago lo buscamos mucho —me dice, mientras empieza a creer y a sorprenderse de cuánto ha avanzado la ciencia.

—Qué bueno que ahora para todo hay medicina —concluye.

Y me quedé pensando en la injusticia de que millones de mujeres, como mi mamá, hicieron sus vidas sin contar con herramientas, sin conocimiento, sin la guía de un experto. Repitieron —y nos enseñaron— que “el periodo duele”, generación tras generación, mientras calmaban cólicos descomunales con un agua de canela.

Mi mamá nunca se reportó enferma al trabajo por cuenta del dolor menstrual, a decir verdad, yo tampoco recuerdo haberme ausentado de la oficina por un cólico. Nos acostumbramos a pensar que era un malestar menor, así sintiéramos el cuerpo partido en dos por la cintura, un calambre que sale desde la columna vertebral, un dolor seco, sordo, que no tiene vaivén, estático, no se acomoda para un lado, no mejora si uno se sienta, si se para, si camina, empeora con el frío o al cargar algo pesado, descompone el cuerpo, pero también el ánimo, es un dolor que deprime, minimiza el pensamiento y de algún modo, avergüenza, porque la voz interior no para de decir —el periodo duele, es normal—. 

No. No es normal. Me senté a escribir esto con el único propósito de alentarlas a consultar, a leer la ley 2338 de 2023 que finalmente dictó la creación de un registro de pacientes con endometriosis, la promoción de campañas sobre esta enfermedad, protocolos para hacer diagnósticos tempranos, entre otras disposiciones que encajan perfectamente con el concepto de equidad de género. A una situación diferenciada, había que otorgarle un trato diferencial. 

Me voy, a saborear mi nueva vida, gracias a la medicina, a la ciencia, al doctor González y a mí, por creer y hacer realidad eso de que —el periodo no duele—.

Carolina Montoya

Periodista, comunicadora estratégica, magíster en sostenibilidad, Gerente de Sostenibilidad de Indra para Colombia, Ecuador, CA&C.