El 24 de febrero se declaró una alerta ambiental por la mala calidad del aire en Bogotá. Le explicamos qué significa y cuáles son las complicaciones que pueden generar en su salud.
Durante las últimas semanas, el nivel de contaminación del aire en Bogotá ha puesto en alerta a la ciudad por el aumento de concentraciones de partículas nocivas para la población. También se declaró por segunda vez en el año una alerta ambiental por la calidad del aire; pero por primera vez, después de dos años, en toda la ciudad.
Esta problemática de salud pública pone en alerta a la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá, encargada de mitigar los efectos de los incendios forestales que están incrementando en los departamentos de Guaviare, Casanare, Vichada, Amazonas y Meta, pues las partículas (polvo, humo y ceniza) que se arrastran por medio de los vientos está llegando al centro del país e incrementando la contaminación atmosférica en Bogotá. Las localidades más afectadas son Bosa, Ciudad Bolívar y Kennedy.
Contaminación del aire
Teniendo en cuenta que la contaminación del aire sucede por medio de partículas y gases, los niveles de contaminación en Bogotá se ven afectados por las condiciones meteorológicas y la velocidad de los vientos y su dirección, que tienen como punto final a la capital del país.
Según la Organización Mundial de la Salud, los niveles máximos recomendados de partículas que no excede los 2.5 micrómetros de diámetro (menos grueso que un cabello humano) son 5 microgramos por metro cúbico. En las mediciones de este lunes 27 de febrero, la estación con mayores niveles de contaminación obtuvo 94 microgramos por metro cúbico. Estas partículas son las que más consecuencias pueden tener para la salud de la población, porque gracias a su tamaño ingresan al cuerpo por las vías respiratorias y pueden mantenerse en distintas partes del tracto respiratorio o incluso ingresar al torrente sanguíneo.
Durante este fin de semana, en medio de la alerta, “la suma de las emisiones de material particulado de estos incendios está en alrededor de 3000 toneladas diarias, mientras que Bogotá produce 20 toneladas diarias”, indicó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.
De mantenerse estos niveles de partículas por varias semanas, se pueden tener graves consecuencias en la salud o el desarrollo de enfermedades a mediano y largo plazo como diabetes tipo 2, cáncer de pulmón, tráquea, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infección del tracto respiratorio bajo, cardiopatía isquémica del corazón y accidentes cerebrovasculares.
Todas las personas pueden tener afectaciones por un aumento de la contaminación del aire, pero es más grave para aquellos pacientes con enfermedades como rinitis o asma, pues “la rinitis alérgica puede empeorar los síntomas del asma, como la tos y la sibilancia del pecho. La congestión prolongada de los senos paranasales debido a la rinitis alérgica puede aumentar el riesgo de tener sinusitis, una infección o inflamación de la membrana que recubre los senos paranasales”, explica la otorrinolaringóloga Fiorelli Arcieri Frend, médica adscrita a Colsanitas.
Además, puede tenerse un mayor incremento en casos de enfermedad respiratoria aguda, teniendo en cuenta que las condiciones climáticas ya están provocando un pico en la ciudad. “La mala calidad del aire tiene un alto impacto sobre la salud respiratoria, una de sus consecuencias más estudiadas es la relacionada con la incidencia de asma en los niños”, añade la doctora Arcieri.
Recomendaciones
Revise las alertas y recomendaciones de la Secretaría de Ambiente de Bogotá, pues constantemente se está monitoreando el progreso del nivel de contaminación de la ciudad y tomando medidas enfocadas en la salud de la ciudadanía.
Es importante mantener hábitos saludables que ayuden a evitar mayores consecuencias en el sistema respiratorio. De acuerdo con la OMS, solo en 2019 se registraron en Colombia aproximadamente 13.082 muertes atribuibles a la contaminación del aire por enfermedades como infecciones respiratorias de vías inferiores.
“La polución derivada del tráfico y otras actividades humanas activa la sensibilidad alérgica frente al polen. Asimismo, la contaminación ambiental en espacios cerrados (por ejemplo los humos) también afectan a la salud respiratoria ocasionando asma, alergias y otras enfermedades respiratorias”, explica la doctora Arcieri.
Puede adoptar algunas prácticas de autocuidado que reducen el contacto directo con contaminantes del aire nocivos para la salud y la disminución de contaminación:
- Evite realizar actividad física al aire libre en horas de alto tráfico y zonas con mayor concentración de contaminación como calles con tráfico pesado y barrios industriales.
- Priorice el transporte público, alternativo o compartido.
- Utilice tapabocas.
- Limpie superficies y pisos utilizando paños o trapos humedecidos para no levantar polvo.
- Mantenga cerradas las ventanas y puertas, si reside cerca de una fuente de humo, polvo o ceniza.
- Evite el consumo de tabaco y sus derivados o exponerse a ambientes en los que
haya personas fumando.
-Mantenga una alimentación balanceada y una hidratación basada principalmente en agua.
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