En términos generales, la Klebsiella es una bacteria que vive en la flora intestinal y rara vez causa infección o enfermedad en el organismo. Sin embargo, fuera del sistema digestivo, esta bacteria se convierte en un factor de riesgo y puede provocar distintas condiciones de salud, incluyendo neumonía, meningitis, infecciones del tracto urinario, enfermedades sanguíneas y complicaciones en heridas quirúrgicas.
Las infecciones causadas por esta bacteria suelen adquirirse en hospitales y centros de atención en salud, por lo que se conoce como un patógeno intrahospitalario. Su propagación se da a través del contacto directo con una persona que tiene la infección o con su materia fecal, mucosa, orina o herida abierta. Por lo general, se produce en personas cuya resistencia a la infección está debilitada por otra condición de salud adyacente y se transmite con facilidad a través de objetos clínicos contaminados como catéteres, sondas, ventilación asistida o espacios quirúrgicos.
Por este motivo, las personas más propensas a contraer la bacteria son quienes están en unidades de cuidados intensivos, bebés recién nacidos, pacientes con enfermedades pulmonares o con condiciones de salud crónicas como la diabetes. Los síntomas con los que se manifiesta pueden variar según la infección que producen y deben ser tratados con antibióticos y otros medicamentos recetados por un especialista.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en 2021 la Organización Mundial de la Salud incluyó a la Klebsiella pneumoniae en un informe de infecciones bacterianas de alta preocupación debido a su resistencia a distintos medicamentos, especialmente antibióticos, por lo cual su prevención resulta esencial.
Para el doctor José Antonio Rojas, médico anestesiólogo, especializado en medicina crítica, cuidado intensivo y en epidemiología, “en las instituciones de salud hoy existe todo un paquete de medidas que se deben seguir para prevenir bacterias como la Klebsiella. La más importante es el lavado de manos, según la OMS. Hay cinco momentos del lavado de manos antes de tocar un paciente o interactuar en cualquier momento con él o con un dispositivo que se ha insertado en su cuerpo, para evitar la contaminación cruzada. Otra es el buen y oportuno manejo del aislamiento, que no solo tiene que ver con aislar al paciente, sino con todo un conjunto de medidas para acercarse y tratar a la persona enferma, evitando la dispersión de gérmenes”.
Adicionalmente, se recomienda utilizar tapabocas, batas, caretas, guantes, y esterilizar herramientas o desechar las que son de un solo uso; esto permite reducir en gran medida las infecciones asociadas. Finalmente, el doctor Rojas hace un llamado de atención frente al uso indiscriminado de antibióticos, “el consumo de antibióticos de venta libre para tratar condiciones que no son bacterianas ha fomentado el desarrollo de bacterias cada vez más resistentes a familias enteras de estos fármacos, que siguen siendo nuestra herramienta principal para luchar contra las infecciones bacterianas, es por eso que se debe hacer un uso racional de los mismos”.
Es importante tener en cuenta que estos brotes de bacterias son comunes en los hospitales y no representan un riesgo para la salud pública en general; sin embargo, es clave tratarlos con atención una vez se presenta. Actualmente las distintas instituciones médicas afectadas por el brote de Klebsiella en Colombia están en el proceso de identificación de casos, con el fin de tomar medidas preventivas de propagación como el aislamiento y tratamiento oportuno de los pacientes infectados.
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