Solo cuando se encienden las alarmas ambientales de las ciudades y prohíben usar el carro, nos percatamos de lo contaminado que puede estar el aire que respiramos. Este es el mayor problema de contaminación en las grandes ciudades en Colombia y el causante de enfermedades respiratorias.
odemos pagar por agua limpia pero no es posible pagar por aire limpio. En el caso del agua, los ciudadanos pagamos por descontaminarla y potabilizarla a través plantas de tratamiento. Pero en el caso de la contaminación del aire, es más latente en las ciudades y no podemos pagar por descontaminarlo. El aire se limpia de manera natural, con la lluvia, y no existe ningún sistema de limpieza o tratamiento que pueda instalarse, por ejemplo, en la zona más contaminada de la ciudad y convertir el aire sucio en aire limpio para que todos podamos respirar sin temor.
Y es preocupante si pensamos en las estimaciones que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2016: la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provoca cada año 4,2 millones de defunciones prematuras. Esta alta mortalidad se debe a la exposición a partículas pequeñas (de 2,5 micrómetros o menos), que puede causar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer.
“Para tener aire puro, las ciudades deben actuar de forma preventiva, evitar que se generen más emisiones que contaminen el aire”, es lo que aconseja Paula Rodríguez, especialista en impactos sectoriales de WWF Colombia, experta en el tema. Está comprobado: cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire, mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, a largo y a corto plazo.
¿Qué es la contaminación del aire?
La contaminación del aire se presenta en forma de partículas y gases. El polvo, el humo y la ceniza se conocen como “material particulado”. Las partículas que causan mayores afectaciones a la salud son las de menos de 10 micrómetros de diámetro porque no quedan atrapadas en la nariz, pueden ingresar al cuerpo a través del sistema respiratorio y alojarse en el interior de los pulmones o, incluso, pasar al torrente sanguíneo.
“Respirar estas partículas es muy nocivo para la salud, especialmente para los niños, pues sus vías respiratorias son más estrechas. Las partículas de menos de 10 micrómetros llegan a los alvéolos y como el sistema inmune de los niños es inmaduro no puede defenderse bien de las afectaciones del material particulado, catalogado, además, como cancerígeno por la OMS en 2010”, afirma Paula Rodríguez.
Las fuentes de contaminación generadas por las actividades humanas se clasifican en dos tipos: móviles y fijas. Las fuentes móviles se refiere a los vehículos de transporte con motor de combustión y las fuentes fijas se refiere a las industrias que emiten contaminantes por ductos y chimeneas.
"4,2 millones de muertes prematuras provoca cada año la contaminación atmosférica".
Cuando una ciudad se declara en alerta ambiental por contaminación del aire es porque presenta una concentración muy alta de partículas en el aire y esto significa un riesgo para las personas. Estas partículas son generadas principalmente por los vehículos que funcionan con diésel, es decir, buses y camiones. Por esto, medidas ambientales como el pico y placa para los carros particulares no resultan tan eficientes a la hora de mitigar el problema, ya que los carros particulares funcionan con gasolina, no con diésel.
Para la experta, es más urgente y efectivo sacar de circulación los buses y camiones viejos que aún transitan por las ciudades y cambiarlos por vehículos nuevos con mejores tecnologías. En el mediano plazo, sugiere hacer un plan para reemplazar los buses viejos por buses eléctricos que, aunque son costosos, sí representan una solución verdadera. “Es mucho más caro para una sociedad costear las enfermedades y muertes prematuras que causa la contaminación del aire que reemplazar estos vehículos. Resulta inconcebible que mientras en otros países se establecen planes para sacar de circulación los buses que funcionan con diésel, en Colombia seguimos permitiéndolos de forma indefinida en nuestros sistemas de transporte”, comenta Rodríguez.
Prevenir es la única opción
• Preservar las zonas protegidas porque ellas regulan el ciclo de lluvias. Y en general, no degradar o deforestar ningún ecosistema, en especial los que rodean la ciudad.
• Exigir a los gobernantes políticas y decisiones que promuevan las energías limpias y medios de transporte que no funcionen con hidrocarburos.
• Usar Plume air report, una aplicación que proporciona en tiempo real los niveles de contaminación de la ciudad y pronostica cómo evolucionará la calidad del aire cada hora. Así, puede identificar el mejor momento para salir a correr, o pasear a los bebés, entre otras actividades al aire libre.
• Exigir el uso del gas natural en el sector industrial, ya que genera muchas menos emisiones que el carbón.
• Implementar el hábito de caminar, usar la bicicleta o el transporte público.
'
Dejar un comentario