El condón es el único método anticonceptivo que ofrece doble protección: previene embarazos e infecciones de transmisión sexual. ¿Por qué no se utiliza tanto como debería?
Sobre los condones creemos saberlo todo y a pesar de eso los embarazos no deseados y las infecciones de transmisión sexual (ITS) han aumentado en los últimos años. Para la jefe nacional de salud pública de la Clínica Colsanitas, Carolina Villlba, la falta de educación sobre el uso del condón y sus beneficios puede ser el motivo principal de esta situación.
¿Cómo son y de qué están hechos?
El condón es una funda delgada, generalmente hecha de látex, el material más elástico del mundo con una gran resistencia a la tracción y altamente efectivo cuando se utiliza correctamente.
Los hay también de vísceras de animales, como los usados en la antigüedad, o de poliuretano, recomendados para las personas alérgicas o sensibles al látex. Sin embargo, los primeros no protegen contra las ITS, y los segundos deben ser utilizados con más cuidado, porque aunque permiten mayor sensibilidad, son menos flexibles y pueden romperse fácilmente. La innovación para buscar materiales mejores y más efectivos aún no termina, además de diversos diseños.
¿Tradicionales o modernos?
El condón masculino tradicional es el más conocido. Viene dentro de un sobre pequeño, enrollado, con un derecho y un revés; si se pone por el revés es imposible usarlo. Primero debe ponerlo sobre el pene erecto, sacar el aire de la punta y desenrollarlo por el tronco hasta la base. Después de la eyaculación, debe retirarlo antes de que el pene pierda la erección, de modo que el esperma no ingrese a los genitales de la pareja sexual.
Actualmente, hay disponibles en el mercado otro tipo de condones, como los que se ponen con el pene flácido o los que vienen con dos cintas laterales para facilitar y agilizar la postura. También están los que se introducen en el canal vaginal y cuentan con una burbuja de aire que actúa como mecanismo de retención interna, para que no se salga. Algunos de estos pueden ponerse hasta seis horas antes de la relación sexual. Otros traen ligas para las piernas, con diseño de liguero y un toque sensual, para asegurar que se ajusten correctamente.
Con los condones femeninos hay que tener cuidado de que el pene efectivamente ingrese a la vagina dentro del condón. La burbuja puede ser algo extraño al comienzo, pero una vez superada la sensación, sirven para lo mismo: tener sexo seguro. Y en el momento de la eyaculación, también se debe retirar teniendo cuidado de no derramar el semen.
Protección contra las infecciones
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada día un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual, a pesar de que los condones son efectivos hasta en un 98 % para prevenir embarazos y disminuyen el riesgo de adquirir infecciones de transmisión sexual cuando se utilizan correctamente.
La doctora Villalba señala que estos anticonceptivos protegen con alta efectividad contra la mayoría de ITS. Sin embargo, se debe tener en cuenta que hay infecciones que se pueden encontrar en la piel perineal, alrededor de los genitales, por lo que en el caso del Virus del Papiloma Humano o la sífilis, puede no ser tan efectivo. Para ello puede ser útil otro tipo de innovación: condones (masculinos y femeninos) más grandes que permiten cubrir toda la zona púbica.
Para proteger los genitales de otro tipo de infecciones también hay dediles: fundas que se ponen en los dedos para ser usados como barrera de protección durante el contacto sexual.
¿Y para el sexo oral?
Aunque la forma más común de contagiarse de las ITS es a través del sexo penetrativo vaginal o anal, es posible contraer infecciones a través del sexo oral y los condones tradicionales no garantizan esta protección en el caso de las vulvas.
Por eso, Planned Parenthood recomienda usar el condón y barreras de látex bucales. En esa dirección, se han diseñado bragas para el sexo oral o hasta los mismos condones de diseño más grande.
Se debe tener en cuenta que con cada relación sexual hay que usar un condón nuevo, así como en el momento que se cambie de penetración anal a vaginal o viceversa. Además, los lubricantes no solamente sirven para mejorar la experiencia, también ayudan en la prevención de las ITS porque la piel podría rasgarse ante la falta de lubricación, especialmente en el sexo anal, y a través de estas heridas es más fácil contraer una infección.
Seguridad contra embarazos no deseados
En el mercado se consiguen condones con espermicida que aumentan la seguridad a la hora evitar embarazos no deseados. La doctora Villalba señala que si bien esta es una ayuda importante, nunca será igual a la planificación con métodos hormonales o un dispositivo intrauterino, y siempre será más efectivo usar la doble protección: condón y anticonceptivos.
¿Menos placer?
Para la doctora Villalba no es cierto que el uso de condones afecte la sensibilidad durante la relación sexual, sino que se trata más bien de una cuestión de costumbre. “Si te enseñan desde joven cómo se usan y los usas, vas a ganar seguridad. Pero si te dicen que se pierde sensibilidad al usarlos, te va a costar acostumbrarte, creo que es un tema cultural y de educación”.
Además, la seguridad y confianza en torno a los condones no solo está relacionada con las ITS o los embarazos. Para algunas personas las secreciones de otro cuerpo pueden generar una alteración en su PH. Por ejemplo, algunas mujeres que por los cambios de PH del semen presentan reacciones y flujos vaginales posteriores a la relación sexual. En esos casos, el uso de condón ayuda a tener menos dificultades. “El condón brinda seguridad y protección, y eso se traduce en mayor placer sexual”, aclara la especialista.
En general, cada persona debe medir el riesgo en cada relación sexual y con base en ese análisis, revisar el método que mejor le funcione. Lo más importante es contar con información suficiente para tomar las decisiones adecuadas que le permitan protegerse a sí misma y a los demás.
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