Dar pecho trae enormes beneficios físicos y emocionales, tanto para el bebé como para la madre. Conozca cuáles, así como otros datos que son esenciales para tener una lactancia sana y adecuada.
Leche materna
Es un fluido dinámico y complejo que responde a los requerimientos nutricionales e inmunológicos del bebé, para garantizar su correcto crecimiento y desarrollo; contiene enzimas, hormonas, vitaminas y grasas, entre otros componentes activos.
Tipos de leche
• De pretérmino: fluido que se produce durante la gestación. Rico en suero y otros nutrientes.
• Calostro: espesa y de color amarillento, se produce durante los primeros tres o cuatro días postparto. Es el mejor nutriente que pueden recibir los recién nacidos: rica en betacaro tenos, vitamina A, inmunoglobulinas.
• De transición: entre los días 4 y 20 del postparto se produce un aumento significativo de la producción de leche. Durante este lapso se caracteriza por ser rica en agua, disacáridos, minerales y proteínas, y
por favorecer la hidratación y compensar el gasto energético del bebé.
• Madura: es la leche que se mantiene estable con todos los nutrientes para el correcto crecimiento del niño; rica en agua, inmunoglobulinas, grasas, azúcares, minerales, vitaminas y enzimas.
Beneficios de la lactancia
• Para la madre: se recupera rápidamente después del parto; gasta 600 calorías adicionales, lo que acelera la pérdida de peso; el útero disminuye de tamaño gracias a la liberación de hormonas; la incidencia de cáncer de seno y de ovario disminuye en un 20%; favorece la crianza y el afianzamiento de los lazos con el bebé.
• Para el bebé: la leche materna aporta todos los nutrientes para su adecuado crecimiento; a través de ella recibe factores de protección para combatir enfermedades como diarreas y alergias. La digestión y absorción de la leche favorece la maduración de su sistema digestivo. El vínculo establecido con la madre le da seguridad en su desarrollo emocional.
Posiciones para dar pecho
Con el fin de garantizar un acople y succión adecuados, se recomiendan posiciones como:
• De cuna: con la espalda apoyada, la madre carga al bebé con el antebrazo y verifica que sus cuerpos queden pegados; además sostiene y ofrece su pecho poniendo los dedos en forma de “C” y dejando la areola destapada. La succión no resulta dolorosa si el bebé está bien acoplado. El bebé siempre viene al seno, el seno no va al bebé.
• Acostada de lado: la madre, acostada de lado, apoya la cabeza y la espalda con almohadas, y pone al bebé frente a su pecho. Luego, lo sujeta con su brazo y lo pega a su cuerpo, y comprueba que la succión y el acople sean efectivos. No es recomendable durante los primeros días, pues la madre podría quedarse dormida.
Duración y frecuencia de las tomas
Se debe lactar a libre demanda. Durante el primer mes de vida, los bebés comen con mucha frecuencia: cada dos, tres o cuatro horas; para asegurar una buena nutrición e hidratación, es recomendable no dejar pasar más de cuatro. A medida que el bebé crece, disminuyen el número de tomas, así como el tiempo de las mismas.
Extracción, conservación y correcto uso de la leche
La leche se puede sacar manualmente o con un extractor. Es fundamental lavarse las manos con agua y jabón; extraerla en un lugar aseado y tranquilo (evitar baños); almacenarla en recipientes limpios (frascos de vidrio con tapa plástica, frascos de plástico libres de bisfenol o bolsas recolectoras de leche); conservar los recipientes, marcados con fecha y hora, en la nevera o congelador; administrar primero la leche más antigua; calentarla al baño María; desechar los sobrantes después de dos horas.
Alimentación de la madre
La madre debe llevar una dieta equilibrada y mantenerse hidratada; no hace falta suspender ningún alimento, a menos que, por intolerancia o reacción alérgica del bebé, el pediatra lo indique. Es fundamental consumir todos los nutrientes, como frutas, verduras, carbohidratos, proteínas, grasas, cereales, legumino- sas; los alimentos ricos en omega 3 (salmón, trucha, aguacate, entre otros) favorecen la producción de DHA, necesario para el desarrollo cerebral del bebé. Hay que evitar el consumo de alcohol los primeros meses.
Suspensión de la lactancia
La OMS recomienda lactancia exclusiva hasta los seis meses de edad, e incluir, desde entonces y hasta los dos años (o más), alimentación complementaria. Antes de ese tiempo, se aconseja la suspensión de la lactancia en muy pocos casos: en madres con VIH o sometidas a tratamientos para el cáncer (quimioterapia), y cuando se presenten ciertos trastornos metabólicos en el lactante. Las gripas, el vómito, la diarrea, la mastitis o los abscesos, por su parte, no constituyen una razón suficiente para dejar de amamantar, pues la madre le transmite a su bebé las defensas específicas que este necesita cuando ella se enferma.
Problemas más comunes durante la lactancia
• Congestión mamaria: los pechos se sienten calientes, llenos, tensos y pesados. Algunas veces resulta doloroso para las madres; puede haber fiebre. Suele desaparecer en dos o tres días. Recomendaciones: iniciar la lactancia en la primera hora del postparto. Poner compresas de agua caliente en los pechos y realizar masajes suaves en forma circular, para favorecer el vaciamiento. Extraer leche antes de amamantar si el bebé no logra acoplarse al pecho, o después, si los pechos quedan muy llenos.
• Pezones agrietados: generalmente se da por una técnica inadecuada en el amamantamiento o por el tipo de piel de la madre. Recomendaciones: no limpiar los pezones ni antes ni después de amamantar, pues esto empeora las grietas. Verificar la posición de la succión e iniciar la lactancia con el pecho menos afectado. Aplicar solo leche materna en los pezones agrietados después de amamantar; ventilar los pechos y dejar secar.
• Mastitis: es una inflamación difusa del tejido mamario, infecciosa o no, que se produce por leche retenida o senos sobrecargados, o por una fisura del pezón que puede infectarse y extenderse hacia el seno. Se manifiesta con enrojecimiento en el seno, calor, dolor, escalofríos y dificultad para amamantar. Generalmente se presentan fiebres muy altas y malestar general. Recomendaciones: continuar lactando al bebé. Iniciar por el lado afectado; si la madre presenta mucho dolor, extraer la leche y amamantar del lado sano. Poner compresas de agua caliente para favorecer la salida de la leche, y luego fría para aliviar el dolor. Realizar masajes circulares suaves en el pecho en aras de facilitar el vaciamiento. Tomar muchos líquidos. Tratamiento médico: antibiótico y analgésicos según recomendación médica; reposo en cama y descanso.
Madres trabajadoras
La madre debe tomar su licencia de maternidad completa (18 semanas), así como vacaciones y otras posibles licencias parar prolongar al máximo el tiempo con su bebé. En el país, las mujeres trabajadoras tienen derecho a pausas para extraerse leche en medio de la jornada laboral, así como a una hora de lactancia durante los primeros seis meses del bebé (Ley 1223 del 4 de enero de 2017). Se recomienda empezar a extraer y congelar leche en las dos semanas previas al regreso al trabajo, con el fin de reunir reservas suficientes, y que las madres amamanten a su bebé cada vez que estén con el.
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