Isa Mosquera

La cantante, actriz y presentadora paisa sigue una dieta vegetariana y mantiene su cuerpo practicando gimnasia.

sa, desde niña, ha visto las competencias de gimnasia olímpica con absoluta devoción. Es seguidora de varios equipos, les hace barra y no existe la posibilidad de que se pierda sus presentaciones en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, su carrera como gimnasta tuvo que dejarla de lado, porque en ella, que es toda pasión, había algo que la llevaba más alto: la música.

“Ahora de adulta he vuelto a retomar mis clases, pero ya no es posible competir. Cuando uno es pequeño es más arriesgado y elástico. Ahora, aunque sea capaz de hacer saltos mortales, uno siempre está pensando en que puede romperse el cuello y eso hace todo más difícil. Aún así, me encanta. No soy de gimnasio, me gustan los deportes que me retan y me enseñan cada día algo nuevo. Y nada mejor que aprender a desafiar la gravedad”. Ahora también trabaja con una fisioterapeuta con la que busca recuperar la capacidad motora natural. Algo así como recordarle al cuerpo cómo solía moverse cuando era pequeña.

De ahí viene esa figura estilizada, de bailarina de ballet, que nutre con una dieta vegetariana. “Hace un tiempo me subí unos kilos y, por meterme en un régimen muy restrictivo en el que comía muchísima proteína y nada de azúcar ni frutas, sufrí un desbalance hormonal y casi termino con hígado graso. Por eso, ahora sigo este estilo de vida, en compañía de mi médico, y me siento muy bien. Eso sí, ante un pandeyuca o un pandebono no puedo negarme”.

Isa Mosquera nació en Medellín en 1986 y, desde entonces, su vida ha transcurrido sobre los escenarios. En Colombia la conocimos durante el reality Popstars, con su característica sonrisa. Es alegre, habladora, dulce y buena onda. Le encantan los viajes y su trabajo, especialmente como corista de Carlos Vives, porque le ha dado la oportunidad de conocer muchísimos lugares.

También es espiritual. Al levantarse, escribe al menos tres cosas por las que se siente agradecida. Y, desde hace cinco años, trabaja en sanar heridas pasadas con una coach. “Los negros tenemos un desarraigo ancestral. Hemos sido abandonados y cargamos con una historia de esclavitud, de migraciones. Por mi lado, yo tampoco tuve a mi papá cerca y son temas que poco a poco te van minando y es necesario hacer procesos de reconciliación”.

"Al levantarme, escribo al menos tres cosas por las que me siento agradecida".

La pandemia puso en pausa varios de sus proyectos. “Después de ir al festival Vive Latino en Ciudad de México y a un concierto en España, donde los contagios estaban llegando a números altísimos, tuvimos que volver y encerrarnos. Sabíamos que era nuestra responsabilidad. Desde entonces, hemos estado un poco quietos. Me muero de ganas por volver a un escenario real, oír los aplausos de la gente, la energía. ¡Cómo hace falta ver un show en vivo! Aunque estoy segura de que regresaremos más fuertes, porque si en algo quiere invertir la gente es en experiencias de vida”.

Sin embargo, no todo ha sido calma durante la cuarentena. Con la compañía de teatro Citrino, lanzó Con ella sí, una obra musical en podcast, con la que se negaron a dejar morir el arte y recrearon un fenómeno antiguo que se convirtió en un verdadero hit dentro de las plataformas de streaming. También se unió a la Alcaldía de Bogotá para presentar todas las semanas un programa con el que recorre los barrios de la ciudad.

Los cinco básicos de piel y pelo

Isa Mosquera es fanática de los aceites y las cremas. Sigue en redes a algunas influenciadoras africanas, para conocer los productos que mejor le sientan.

-Hidratación, hidratación e hidratación. Las pieles oscuras son muy secas, especialmente en climas fríos, como el de Bogotá. Por eso, tomo muchísima agua.

-Crema hidratante de los pies a cabeza. Me la pongo justo antes de salir de la ducha para ayudar a retener toda la humedad.

-Para la cara, aceite Magic Oil de Milamores. Es una presentación con caléndula y otras plantas, que ayudan a cicatrizar y reparar la piel.

-Un básico de mi rutina es la manteca de karité. Es el secreto de la eterna juventud de las mujeres africanas. También la uso en el pelo.

-Champú solo una vez a la semana, pero el resto de días mojo el pelo con spray y aplico crema para peinar. Para mantenerlo hidratado, también uso aceites de coco o de argán.