La reconocida escritora colombiana, autora de Los Divinos, Delirio, La isla de la pasión, entre otras obras de ficción, contesta un cuestionario que nos invita a pensar en la manera como estamos viviendo y el legado que queremos dejar.
Perder el miedo a...
Morir.
Tener el superpoder de...
Cumplir con lo que sugería Edgar Allan Poe: "A la muerte se le mira de frente, y se le invita una copa".
Ser una persona mayor llena de...
Libros, perros y árboles a mi alrededor, ojalá unos cuantos nietos, y un balcón frente al mar.
Sentirme satisfecha por...
Satisfacción no, no es un sentimiento que me satisgafa. Más bien curiosidad. Curiosidad ante lo que me espera por allá.
Despedirme de este mundo...
Pidiendo, como el poeta Enrique Molina, "Un día más, sólo un minuto más, para estar vivo y despedirme de cuanto amé".
Haber cultivado la compasión hacia...
Los muertos y pasión frente a todo ser vivo.
Que mi última cena sea...
Frutas. Una canasta con los prodigiosas frutas de mi tierra, guanábanas, lulos, mangos, chirimoyas, mandarinas, piñas y limones.
Que mi epitafio diga...
Hasta aquí me trajo el río.
Que me cuiden y me acompañen...
¡No! No hay que dar lata. Que una mañana lejana, cuando mi hijo despierte, pueda decir, "vea pues, la viejita, quién lo creyera, anoche murió solita, muy en silencio...".
Ofrecer a mi comunidad...
El modesto homenaje de unos cuantos libros.
Dejar una huella de...
Mis pisadas en la nieve junto a las de mis perros, durante una larga caminata por la montaña.
Quedar en el corazón de mi familia y mis amigos como...
Alguien que los quiso mucho, y sobre todo que los quiso bien.
Esta sección invita a reconocer la muerte como parte de la existencia, porque así nuestra vida se llena de sentido y nos conecta con lo más valioso. El programa Ciudades Compasivas, promovido por la Fundación Keralty y New Health Foundation, busca la creación de comunidades compasivas que brinden bienestar a aquellos que padecen una enfermedad avanzada o están en el final de la vida.
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