El hierro es un micronutriente que transporta el oxígeno a través del cuerpo, por eso es importante incluir alimentos que contengan este valioso mineral.
A pesar de que su contenido en el cuerpo humano es ínfimo en comparación con otros elementos de la tabla periódica (bastante inferior al 1%), su principal función es la de transportar el oxígeno a través del cuerpo, lo que lo hace un micronutriente fundamental. “El organismo utiliza el hierro para producir hemoglobina, una proteína contenida en los glóbulos rojos que atrapa el oxígeno de los pulmones y lo lleva a los demás órganos. De la misma manera, retira el dióxido de carbono obtenido de dichos órganos y lo devuelve a los pulmones para su expulsión”, dice Luisa Fernanda Becerra, nutricionista y dietista adscrita a Colsanitas. Como consecuencia, cuando el hierro hace falta, se produce una descompensación multisistémica provocada por baja oxigenación.
En los niños, la falta de hierro es particularmente negativa, pues dicho elemento también participa en la mielinización del sistema nervioso. La mielina es una sustancia con la que se recubren las fibras nerviosas para que los impulsos eléctricos se conduzcan con mayor facilidad y la comunicación entre neuronas sea más eficiente. Por lo tanto, una deficiencia en este sentido podría estar relacionada con afectaciones neurológicas y cognitivas, además de problemas en el desarrollo normal durante la infancia.
Según el manual MSD de diagnósticos médicos, la principal consecuencia de deficiencia de hierro en la sangre es conocida como anemia ferropriva, enfermedad que, como otros tipos de anemia, puede causar fatiga inusual, dolores de cabeza, mareo, ritmo cardiaco irregular y palidez. Algunas personas pueden desarrollar antojos extraños conocidos como “pica”, en los que sienten deseos de consumir hielo, tierra, arcilla o papel. Esto último es muy común en bebés, pero también en mujeres embarazadas.
Factores de riesgo
Para Becerra, existen factores relacionados con el estilo de vida, la edad y el género que pueden incrementar las posibilidades de tener deficiencia de hierro: “Una dieta vegana o vegetariana, por ejemplo, significa que se cancela la ingesta de hierro hemo, que solo proviene de los alimentos de origen animal, más específicamente de la hemoglobina”. Como el hierro hemo se absorbe mejor que el no hemo, las personas con dietas específicas deben fortalecer el consumo de alimentos vegetales ricos en hierro o tomar suplementos.
Adicionalmente, con el inicio de la menstruación en las mujeres y como resultado de la pérdida de sangre, la disminución de hierro en los depósitos del organismo puede aumentar el riesgo de anemia, sobre todo si el flujo menstrual es abundante. De la misma manera, los adultos mayores tienen una metabolización menos eficaz del hierro y, en general, de todos los nutrientes.
Alimentación para todos los bolsillos
De acuerdo con Becerra, la anemia ferropriva es una de las enfermedades más comunes relacionadas con la desnutrición. Por esta razón, la alimentación es de gran importancia. “Productos como la carne, el pollo, el pescado y los mariscos son fuentes excelentes de hierro si se consumen de manera moderada”, señala la nutricionista. En el caso del hierro no hemo, las verduras de hoja verde y algunas legumbres como las lentejas también son recomendables.
Cuando se trata de hierro de origen vegetal, es aconsejable escoger vegetales orgánicos. “A causa del agotamiento de los suelos y de los métodos industriales para la producción de alimentos en masa, es posible que muchas frutas y verduras tengan menos nutrientes que hace 70 años”, indica un estudio compilatorio publicado en la Journal of the American College of Nutrition.
“Lo que sucede con los productos orgánicos es que se siembran en suelos ricos en bacterias y otros microorganismos que influyen positivamente en el proceso de crecimiento de las plantas y, como resultado, de los nutrientes que poseen”, explica Jairo Cuervo, ingeniero agrónomo y profesor universitario. A pesar de que los productos industriales son nutridos con abonos químicos que, en teoría, tienen todo lo que necesita una planta para desarrollarse, la carencia de un ecosistema óptimo influye en la calidad de sus frutos.
Se debe aclarar que no todas las personas se pueden permitir comprar alimentos orgánicos que, usualmente, son más caros debido a los costos adicionales de su producción. Por tal motivo, Becerra recomienda buscar alimentos enriquecidos que, al final, son una buena opción ante la dificultad de conseguir alimentos de mayor calidad: “Actualmente existen en el mercado productos alimenticios, como el arroz, la harina y la leche, que vienen enriquecidos artificialmente con hierro y vitamina C, otro micronutriente que favorece su absorción”. Este tipo de alimentos, complementados con frutas y verduras de temporada y/o locales (que suelen ser más económicos), puede hacer que una dieta verdaderamente nutritiva esté al alcance de más personas.
¿Existe la sobredosis de hierro?
Aunque es mucho menos frecuente, también es posible tener exceso de este elemento en el organismo, una condición hereditaria que se conoce como hemocromatosis y que puede afectar órganos como el hígado, el corazón y el páncreas. Además, puede tener impacto en el ciclo menstrual de las mujeres y ocasionar problemas reproductivos en los hombres.
La hemocromatosis se origina como resultado de cantidades muy altas en los depósitos de hierro del organismo. Esto debido a la producción ineficiente de hepcidina, hormona que controla la adecuada utilización y excreción de este micronutriente.
En personas sanas, el hierro debería expulsarse de manera normal aunque consuman suplementos de manera indebida. En general, la intoxicación por hierro es poco frecuente, a menos que se tome a través de compuestos químicos, como el sulfato ferroso, en cantidades superiores a 60 mg por kilo del paciente.
Destacado
Productos como la carne, el pollo, el pescado y los mariscos son fuentes excelentes de hierro, si se consumen de manera moderada.
Recuadro
Los alimentos que más poseen hierro son las carnes rojas (sobre todo las vísceras), los pescados y mariscos, las verduras de hoja verde (acelgas, espinacas, repollo), las legumbres (frijoles, lentejas y garbanzos), el brócoli, el tofu y el chocolate negro.
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