Cada vez hay más carros eléctricos, híbridos (que usan electricidad y gasolina o diésel) y a gas. Sin embargo, Colombia aún no reglamenta su uso con claridad y amplitud. ¿En qué estamos?
laudio Alba es de los pocos taxistas bogotanos que pregunta a la gente en la calle si necesita un taxi. La constante en la capital del país es al revés: el pasajero hace la señal al taxista y éste le pregunta hacia dónde se dirige, para determinar si prestao no el servicio. Claudio no. Él es dueño de un taxi eléctrico de la marca china BDY. Su carro no luce como los taxis convencionales: es azul con olas blancas, aludiendo al color del mar. La mayoría de las personas en la ciudad no reconocen estos autos, así que no levantan la mano para detenerlos. Entonces Claudio ofrece el servicio.
La desinformación que hay al respecto es uno de los obstáculos de su trabajo. Por eso, cuando un pasajero se monta a su carro, Claudio le explica con detalle el funcionamiento de los carros eléctricos. Con una carga —que se demora dos horas— Claudio recorre 210 kilómetros (entre 10 y 11 horas de trabajo), y le cuesta 25.000 pesos. En Bogotá existen cinco estaciones para recargar. El equivalente en gasolina que tendría que echarle a su vehículo para recorrer ese kilometraje sería de 80.000 pesos.
Su carro no tiene pico y placa, por lo que puede trabajar todos los días de la semana, pero él descansa los domingos. El carro es silencioso, es amplio y como no tiene sistema de combustión interna (es decir, no hay que quemar ningún elemento para que el motor funcione), su carro no genera emisiones de carbono de manera directa. Es decir, produce menos contaminación al medioambiente. Ahora bien, sí produce la llamada contaminación indirecta, porque la energía eléctrica en Colombia se produce en un 70% de fuentes hidroeléctricas —agua— y en un 30% de fuentes termoeléctricas, es decir, mediante combustión de recursos fósiles como carbón o petróleo.
Según el manual de instrucciones que le entregaron a Claudio, la vida útil del carro será de 12 a 15 años, y podrá conseguir los repuestos en Colombia. Son más costosos que los de los carros de gasolina, pero para él vale la pena. Además, en el momento de la compra contó con un beneficio adicional: la Alcaldía lo exime de pagar impuesto de rodamiento.
Según las cifras de Andemos, la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores, en para diciembre de 2018 había 390 carros eléctricos en el país y 269 carros híbridos (de diésel y electricidad). Además de carros que funcionan con gas natural vehicular, que también son amigables con el medio ambiente, pero difícilmente se pueden cuantificar pues muchos dueños han realizado la conversión a gas después de adquirirlos a gasolina. El profesor Luis Carlos Belalcázar, del departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Nacional, explica el funcionamiento de estos vehículos:
—Los carros a gas natural son amigables con el medio ambiente porque la combustión del gas, si está bien hecha, solo produce CO2 (dióxido de carbono) y otras sustancias en pequeñas cantidades. El CO2 no es tóxico pero sí es un gas de efecto invernadero (significa que contribuye con el cambio climático). Contrario a otros carros que trabajan por ejemplo con diésel, que producen CO2 y otras sustancias tóxicas como material particulado, compuestos orgánicos, metales y también gases de efecto invernadero.
No solo hay que analizar el tipo de combustible que usan los carros, sino cuántas personas lleva el vehículo, porque la cantidad de contaminantes que emite un carro se debe dividir por todos sus ocupantes”.
Al hablar de contaminación estamos haciendo alusión a dos tipos de elementos contaminantes:
• Los tóxicos: aquellos que afectan la salud humana (básicamente son partículas). Este tipo de contaminantes genera enfermedades respiratorias. En los meses comprendidos entre noviembre y marzo la calidad del aire empeora debido a factores meteorológicos, es decir, en esta época de verano la atmósfera es menos propensa a dispersar los contaminantes, y además se presenta mayor número de incendios forestales.
• Los gases de efecto invernadero: son aquellos que contribuyen al calentamiento global. La cantidad de estos gases que generamos en Colombia comparada con lo que producen otros países no es elevada. Colombia genera menos del 1% porque no somos un país industrializado.
Para el profesor Belalcázar, el factor que mayor impacto positivo puede causar en el medio ambiente en cuanto a movilización de pasajeros sería aumentar la ocupación de los vehículos:
—No solo hay que analizar el tipo de combustible que usan los carros, sino cuántas personas lleva el vehículo, porque la cantidad de contaminantes que emite un carro se debe dividir por todos sus ocupantes. Por eso se debe incentivar el uso de transporte masivo, bicicleta o caminatas —afirma.
Para Rodrigo Anjel, director técnico de Andemos, el tema de los carros eléctricos o híbridos en Colombia está en pañales.
—El gobierno no ha sido amplio en cuanto a los beneficios a largo plazo para estos vehículos, por eso los importadores no se animan a invertir más. No hay políticas estables que garanticen ventajas a aquellos que se animan a apostarle a estos carros.
El futuro es hoy
Aunque en el país estamos en pañales en este tema, el colombiano Édgar Sarmiento, diseñador de la Universidad Nacional de Colombia, está dejando huella en el mundo de la movilidad de personas gracias a sus diseños ecoamigables. Diseñó a Olli, un mini bus inteligente, eléctrico, de dimensión similar a la de un automóvil, con dos caras que le permiten cambiar de sentido, conducción automatizada, que puede alimentarse con paneles solares instalados en el techo. Además cuenta con soportes para llevar bicicletas, uno de los retos que impuso el concurso Urban Mobility Challenge: Berlin 2030, de la compañía norteamericana Local Motors, que buscaba idear sistemas de transportepara la Berlín del futuro.
Sarmiento tiene muy claro el panorama para este tipo de vehículos en Colombia:
—En el país falta más infraestructura. Estaciones de carga, servicios de mantenimiento, etc. Más proyectos que involucren sistemas eléctricos, incentivos, tecnologías más eficientes y baratas, entre otros. Son más los problemas de los oferentes que del consumidor, porque el contexto se está dando para que estos últimos sean más receptivos con los vehículos eléctricos.
Esto sin olvidar la reflexión del profesor Belalcázar, que apunta a sensibilizarnos frente a los medios de transporte que utilizamos en nuestra cotidianidad. Las decisiones que tomamos todos los días en cuanto a la manera de movernos podrían generar un primer paso en el impacto que causamos a nuestro planeta.
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