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Bienestar Colsanitas

La vida sexual en los mayores de sesenta

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Llega la llamada “edad dorada” y muchas cosas cambian. Lo que no tiene por qué cambiar con la edad son las ganas de sentirse querido, la posibilidad de dar y recibir placer y la creatividad en favor del disfrute.

SEPARADOR

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mi consulta llegaban parejas de 75 años de edad y me preguntaban sobre la posición más recomendable para tener relaciones sexuales sin que el placer fuera entorpecido por la lumbalgia de ella o la artritis de él. Al principio no tenía idea qué responder, hasta que entendí que los médicos debemos ayudar a los adultos mayores a mantener excelentes condiciones de vida, y eso incluye su sexualidad”.

Con esa reflexión comienza el médico geriatra Robinson Cuadros una conferencia que ofrece a personal sanitario en Bogotá, sobre la necesidad de involucrar los asuntos de la intimidad en la conversación de chequeo rutinario entre médicos y personas de edad avanzada. Más tarde nos confirmará que esa intimidad se refiere al amor, el compañerismo, la fantasía y el cuidado personal, pero también a los mimos, la necesidad recíproca de recibir afecto, la coquetería y el contacto físico. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud sexual como “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”.

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Evidentemente, envejecer no implica renunciar al derecho de gozar de una adecuada salud sexual, y por eso la invitación de la OMS es a que el descenso gradual de las capacidades físicas y mentales y el aumento del riesgo de enfermedad que van llegando con la edad, se atiendan de forma individual y no se asuman como cambios lineales o uniformes en los que cabe el mismo abordaje para todas las personas.

Cuadros cuenta que estudios realizados en España y en Colombia demuestran que más de la mitad de las personas mayores de 50 años de edad refieren una vida sexual satisfactoria, y en la consulta manifiestan interés por mejorar su desempeño durante el acto sexual: “Pero el 72 % de los médicos no interroga a sus pacientes sobre su salud sexual. Y resulta que muchos hombres y mujeres están ávidos de saber cómo enfrentar los cambios de sus organismos y las consecuencias de enfermedades crónicas que les restan vigor y agilidad. De ahí que los médicos tengamos que preguntar cada vez más ¿cómo les va?, y los pacientes se animen a interpelar a su geriatra sobre ¿cómo le hacemos?”, agrega con entusiasmo el especialista.

En el siglo pasado, el gerontólogo estadounidense Robert Butler junto con su esposa Myrna Lewis fueron pioneros en la revelación de información relacionada con la sexualidad del adulto mayor, obtenida a través de encuestas realizadas en su consultorio. En el exitoso libro titulado Amor y sexualidad después de los 40, ganador del premio Pulitzer, la pareja asegura que la mayoría de las personas mayores de 60 años que participaron en sus estudios reconocieron la importancia de la sexualidad y expresaron que su ejercicio sexual era completamente satisfactorio en comparación con la juventud. Y que si bien la frecuencia había disminuido, no así la calidad de los coitos, y que en ocasiones habían encontrado orgasmos más intensos y duraderos que en épocas anteriores.

"En la medida en que la pareja esté dispuesta a afrontar los cambios de manera positiva, será menor la angustia y la decepción".

Al respecto, Mauricio Cárdenas, médico geriatra y docente de la Fundación Universitaria Sanitas, apunta que efectivamente la sexualidad se vive en dos etapas, la que tiene que ver con la genitalidad y la que se refiere a la relación afectiva con otras personas. En ese sentido, en la vejez se puede aprovechar toda la gama de posibilidades en las que están involucrados los órganos sexuales propiamente dichos, y también el placer que genera el contacto, la interacción, la comunicación y la seguridad emocional que provee la otra persona.

“Al adulto mayor le gusta que lo toquen. Se emociona con la llamada y el mensaje de Whatsapp, pero sobre todo anhela la reunión y el abrazo para sentirse querido. Como seres sexuales necesitamos el contacto físico y, bien sea con la pareja permanente o con la ocasional, las experiencias íntimas nos llenan de vida. La clave del envejecimiento exitoso está en saber adaptarnos a los cambios físicos que se van produciendo y a los factores psicosociales que se presentan. La reproducción ha dejado de ser uno de los objetivos, entonces el disfrute pleno se convierte en la mejor motivación”, dice el profesor Cárdenas.

Lo inevitable

El envejecimiento trae consigo transformaciones físicas y psicológicas que no se pueden detener, pero en la medida en que se cuide la salud física y mental, y se disponga de un robusto entorno de apoyo, esos cambios se podrán vivir con menor incertidumbre.

Irene Esguerra Velandia, docente de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia, cuenta en un artículo científico, titulado “Sexualidad después de los 60 años”, que las transformaciones en la mujer están asociadas a los cambios hormonales de la menopausia. Pero no es una causa demasiado importante para el desempeño sexual “si no va acompañado de trastornos psíquicos, mala información sobre fisiología sexual o de patrones culturales y educacionales erróneos”.

La académica indica que el déficit de estrógeno en la mujer puede producir, en los primeros años de la posmenopausia, una sintomatología incómoda, que incluye los “calores” y sudores, pero también es la etapa en la que puede producirse la atrofia de los órganos genitales (útero, músculos de la pelvis, vagina y vulva).

“A medida que los órganos genitales se ven privados de estímulo estrogénico, se produce una atrofia de los mismos, que afecta las estructuras internas (útero, estructuras ligamentosas de apoyo de los órganos pélvicos y vagina) y externas (vulva)… Esta atrofia en vagina y vulva tiene enorme importancia en la salud sexual femenina porque se manifiestan con la percepción de sequedad, picor en zonas internas y externas, así como dolor durante la penetración”, dice el documento académico. La buena noticia es que el juego sexual previo contribuye a acondicionar los genitales de la mujer, y la actividad sexual frena esos cambios involutivos. La terapia de sustitución hormonal y el uso de lubricantes son medidas muy efectivas para combatir estos signos del envejecimiento.

SexualidadAdultomayorCUADRADA

Al respecto, el geriatra Robinson Cuadros dice que las mujeres mayores de 70 años sexualmente activas suelen mostrar mucho interés por el preámbulo del acto sexual y el romanticismo que envuelve el encuentro. Eso las hace sentir amadas, respetadas y atractivas. Y también ofrece al género masculino la posibilidad de satisfacer las expectativas de ellas, precisamente cuando ellos también enfrentan los cambios producto de su baja producción de testosterona

“Igual que ocurre en algunas mujeres, hay hombres que presentan un incremento notorio de la sensibilidad y la emotividad, además de una reducción en la secreción de testosterona, disfunción eréctil o lentitud en el tiempo de respuesta a la estimulación, erecciones menos firmes y menor fuerza en la eyaculación. Pero ninguno de estos cambios basta para anular el deseo y la capacidad de sentir y brindar placer”, apunta con convencimiento el especialista y docente Mauricio Cárdenas.

La comunicación y la tolerancia de la pareja cumplen un papel muy importante en este proceso. En la medida en que ambos miembros de la pareja estén dispuestos a afrontar los cambios de manera positiva, será menor la angustia y la decepción durante el encuentro íntimo. Derribar los mitos, fortalecer la autoestima y la autoimagen positiva, asumir con entereza las limitaciones físicas, promover y aplicar la creatividad y recurrir a la terapia sexual son algunas de las necesidades propias de una etapa de la vida en la que no hay razón para renunciar a una sexualidad plena.

“En estos tiempos son cada vez más frecuentes los matrimonios y divorcios entre personas mayores de 50, 60 años. Eso nos lleva a pensar que la gente está prestando menos atención a las conservadoras demandas sociales y está priorizando su felicidad y sus gustos. Si vamos a vivir más vivamos mejor, así que hagámoslo en pareja o saltemos a la soltería para recuperar la ilusión y el entusiasmo que el matrimonio disfuncional nos ha robado. Rompamos paradigmas y enfrentemos con dignidad esas decisiones que muchas veces redundan en una mejor sexualidad”, apunta Cuadros.

Finalmente, los especialistas coinciden en que practicar alguna actividad física de manera rutinaria, mantener una alimentación balanceada, procurarse horarios regulares de sueño y tener una vida socialmente activa son formas de mantener las capacidades físicas y mentales al máximo por muchos años. 

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Karem Racines Arévalo

Es una periodista colombo-venezolana egresada de la Universidad Central de Venezuela. Llegó a Bogotá en 2011 para escapar de la confrontación política de su país. Después de vivir en la capital colombiana cinco años, decidió mudarse cerca del mar, que tanta falta le hacía, y desde hace dos años vive en Santa Marta. Es docente de periodismo en la Universidad del Magdalena y en la Sergio Arboleda. Es colaboradora frecuente de la revista Bienestar.