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Bienestar Colsanitas

Tendencias nutricionales marcan la pauta

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Los padres cada vez son más conscientes de los alimentos que sirven a sus hijos. Esa conciencia por darles lo mejor repercutirá en una generación más sana.SEPARADOR

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oy somos más conscientes de lo que comemos. Las etiquetas nutricionales de los productos del supermercado ya no pasan desapercibidas porque ahora nos preocupamos por entender qué estamos dándole a nuestro cuerpo. Por eso también somos muy cuidadosos a la hora de comprar, cocinar y preparar la lonchera de nuestros hijos. Gracias a esa consciencia hay una generación de padres dedicados a garantizar una alimentación saludable para sus hijos, con más proteínas, vitaminas y menos azúcar añadido.

Para nuestras abuelas un niño gordito era un niño saludable. Sin embargo, la medicina nos ha mostrado que esa idea nada tiene de cierto. Al contrario, el sobrepeso y la obesidad es un problema serio y peligroso en niños y adolescentes, tal como lo afirma Leonardo Díaz, pediatra adscrito a Colsanitas. Según el Ministerio de Salud, en menos de una década, la cifra de exceso de peso en el rango de edad de los 5 a los 17 años pasó de 17,5 % a 25 %. Una cifra que se explica principalmente por la inmensa variedad de productos procesados altos en azúcares y preservantes que llenan los comercios y se publicitan por televisión.

Lo grave de la obesidad infantil es que además de ser una enfermedad por sí sola, también es la puerta de entrada a muchas otras de diferente calibre: hígado graso, colesterol, triglicéridos altos, hipertensión, desorden metabólico, diabetes e incluso problemas de columna, y la lista continúa.

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"No se trata de restringir ningún alimento sino de moderar su consumo y de elegir las mejores opciones para la lonchera de los niños".

Es necesario entender que el azúcar no solo está en los dulces. También las frutas y los carbohidratos aportan azúcar y por eso no hay que satanizarlos pero sí controlar las cantidades que se consumen. Son ellos los responsables de aportar la energía necesaria para realizar todas las actividades. La clave es elegir los alimentos con mayor cantidad de nutrientes: los carbohidratos provenientes de frutas, verduras, leguminosas, cereales, tubérculos, así como lácteos y bebidas bajos en azúcares y grasa. No se trata de restringir ningún alimento sino moderar su consumo y de elegir las mejores opciones para la lonchera de los niños.

Los nutricionistas recomiendan una dieta balanceada (es decir que contenga productos de todos los grupos alimenticios) y en cantidades suficientes, fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo. Para saber cómo debe ser esa dieta, lo ideal es visitar un nutricionista que diseñe el plan según la edad, el género y las actividades del niños.

Los padres de hoy entienden que una zanahoria o una naranja también tienen azúcar y que sin duda son más nutritivas que una golosina. Esta naciente conciencia alimentaria en los niños de hoy forjará una generación más sana y con mejores hábitos alimenticios.

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