En redes sociales se generó un debate después de que una influenciadora contara que se practicó una queratopigmentación. Analizamos los distintos procedimientos existentes en este campo de la mano de una oftalmóloga experta en la materia.
Hasta hace unos años, los lentes de contacto de colores podían ser la opción para vivir un cambio estético temporal. Sin embargo, algunas personas que buscan tener un cambio permanente, han intentado realizarse procedimientos estéticos que en principio son de carácter terapéutico.
En las últimas semanas, estas cirugías se han vuelto virales en redes como TikTok, después de que la influencer Daniela Requena contara su experiencia al someterse a la queropigmentación. Aunque muestra el resultado estético de sus ojos, no explica lo riesgosa e inadecuada que es la cirugía para la salud ocular.
¿Qué determina el color de los ojos?
El color de los ojos depende inicialmente del iris, el tejido que se encuentra en la parte frontal del ojo cuya apertura central es la pupila. Y hay otros factores que se suman, como la base genética que se encuentra en los genes OCA2 y HER2, localizados en el cromosoma 15.
El color es un reflejo de la luz que se puede aclarar u oscurecer dependiendo de la cantidad de pigmento natural que tenga. El pigmento se llama melanina y está conformado por células especiales. Si se tiene mayor cantidad de melanina en las capas frontales del iris, el ojo tendrá como coloración un pigmento de color oscuro como marrón o negro. Asimismo, cuando existe una menor cantidad de melanina, el color será más claro, por ejemplo, miel, azul o verde.
¿El color de los ojos puede cambiar naturalmente?
El ojo puede cambiar de color cuando hay un ataque del cuerpo hacia su propio tejido, como una artrofia del iris, o por una picadura de abeja, por ejemplo, pues produce una inflamación severa. Cambiará el color del iris, en la gran mayoría de casos a azul, pero se perderá la visión por trauma.
“Si cambia durante la vida es porque se tiene una inflamación o un trauma. También existen alteraciones genéticas como la heterocromía, en estos casos las personas pueden tener los ojos de diferentes colores, pero es algo preestablecido en su base genética”, explica la oftalmóloga Liliana Ospina, médica adscrita a Colsanitas.
Los procedimientos
Para suplir necesidades puramente rehabilitadoras, han aparecido tres técnicas quirúrgicas para cambiar el color de los ojos:
Queratopigmentación anular. Esta cirugía se utiliza para mejorar la apariencia de los ojos de pacientes con leucomas (opacidad de la córnea), o que, por el contrario, tienen una córnea blanca como resultado de alguna enfermedad o trauma. Este cambio de color no es muy notorio, e incluso con el paso de los años puede haber un nivel de despigmentación leve.
En este caso se crea un pequeño túnel circular en la córnea. Luego de eso, “se aplica un pigmento para cubrir el color de los ojos. Este procedimiento se puede asimilar a lo que ocurre cuando se hace un tatuaje, sólo que aquí, a diferencia de la aguja, se utiliza láser. En Colombia solamente se utilizan pigmentos de color café y negro”, explica la doctora Ospina.
Al realizar este procedimiento con carácter estético se puede perjudicar directamente el nivel de recuperación y la posibilidad de realizar cirugías de retina o cataratas, que en el futuro podría llegar a requerir el paciente.
Implantes de color. Se pone un implante de silicona entre el iris y la córnea con mediciones especiales. Para esto, se hace una incisión en el ojo que se apoya en el iris natural. Especialmente se realiza en casos en los que los pacientes no tienen iris (aniridia) o Coloboma (falta de desarrollo del ojo), pues entra mucha luz al ojo y altera completamente la visión. Con el procedimiento la prótesis filtra mejor la luz, y así se disminuye la cantidad de luz que entra en el ojo. No tiene indicación estética.
De realizarse esta cirugía de forma estética se puede tener riesgo de complicaciones severas. Se puede romper el iris natural y dañar grave y progresivamente los ojos y la visión.
Despigmentación láser del iris. En esta técnica se aplica un láser de baja intensidad que va despigmentando el iris con el fin de alterar o aclarar su color. Sin embargo, no se puede obtener una tonalidad definitiva y garantizada de color.
“Este procedimiento no es recomendable con fines estéticos. Aunque el pigmento no se pierde, se inhabilita el paso del humor acuoso por la cámara anterior del ojo, dejando sin oxígeno las estructuras del globo ocular. Este procedimiento en ojos sanos puede provocar un aumento de la presión intraocular e incluso, a largo plazo, el desarrollo de glaucoma”, añade la oftalmóloga.
La oftalmóloga explica que en el país la mayoría de profesionales de este campo se muestran reticentes a realizar técnicas de cambio de color en ojos sanos, por todos los riesgos que representan. Sin embargo, en ocasiones se realizan sin la garantía y la validez del procedimiento. Lo que se sabe es que se puede perder la visión por patología a largo plazo o consecuencias como ojo seco, sensibilidad a la luz, reacciones alérgicas, cataratas, obstrucción del drenaje del humor acuoso, glaucoma, uveítis o pérdida de transparencia de la córnea.
Si se ha sometido a alguno de estos procedimientos, lo ideal es utilizar lentes de protección permanente, aumentar el consumo de antioxidantes orales y tener un seguimiento oftalmológico constante para tratar de mitigar el daño que se haya podido producir.
Precauciones con el uso de lentes de colores
Algunas personas recurren a los lentes de contacto de colores o de fantasía (utilizados en disfraces para emular la córnea de personajes animados o animales). En este caso, se deben tener cuidados al adquirirlos, pues también pueden tener complicaciones bacterianas para los ojos. Tenga en cuenta:
- A la hora de comprarlos, busque en la instrucción el grado de transmisión de oxígeno y el material procedente. Cómprelos preferiblemente en una óptica. Si usa un lente de contacto que no tiene control de calidad y el material no es poroso, la córnea queda sin la oxigenación que debe tener durante el día.
- Sin el oxígeno, la transmisión no llega y la córnea se vuelve isquémica. Esto quiere decir, que le empiezan a salir vasos alrededor y puede generar complicaciones en la forma y la tensión. Además, comúnmente estos lentes no tienen filtros de luz y la luz entra con mayor frecuencia, lo que puede generar mayor sensibilidad y desencadenar otras enfermedades o alergias en los ojos.
*Bienestar Colsanitas.
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