Una persona puede perder audición por causas adquiridas o congénitas. Según el Ministerio de Salud, más del 60 % de los problemas del oído son prevenibles. Aquí le contamos cómo cuidarlos.
s común ver a personas conectadas a sus audífonos. A veces a un volumen tan alto que cualquiera puede escuchar si está a poca distancia. Lo que muchos no tienen en cuenta es que el inadecuado uso de audífonos es una de las causas que puede conducir a la pérdida auditiva parcial, denominada hipoacusia o a la pérdida total (cofosis). Además de esta causa, la sordera parcial o total se debe a factores congénitos o adquiridos a lo largo de la vida por malos hábitos como el uso de los audífonos a un volumen excesivo.
Según el documento Somos todo oídos, publicado por el Ministerio de Salud y Protección Social, más del 60 % de los problemas del oído y la audición son prevenibles.
Federico Villaneda, otorrino adscrito a Colsanitas, asegura que lo ideal es usar en los audífonos un volumen similar al tono de la voz de la persona que lo escucha. Para ajustarlo, recomienda hablar por un momento con los audífonos encendidos y comparar hasta graduar el nivel de la fuente. “Si está más alto que la voz significa que el uso frecuente podría traer el riesgo de una pérdida auditiva a largo o mediano plazo”, señala.
Al momento de adquirir unos auriculares, el doctor Villaneda aconseja inclinarse por las unidades con forma de copa, ya que tienen más espacio y mejor calidad de sonido comparados con los pequeños que se introducen en las orejas. Además, advierte que los mejores audífonos son cableados, no inalámbricos. “Transportar información por aire no es tan bueno como por cables. Y la información debe ir lo más limpia posible. Entre los equipos sin conectar puede haber un deterioro de la calidad del sonido durante la transmisión desde el teléfono móvil o computador a la fuente del parlante”, apunta. En la medida que el sonido sea claro y nítido no necesitará escucharse a un volumen tan alto.
"La sordera parcial o total se debe a factores congénitos o adquiridos a lo largo de la vida por malos hábitos como el uso de los audífonos a un volumen excesivo".
Otra de las causas adquiridas que influyen en la hipoacusia son las infecciones recurrentes (que pueden ser generadas por gripas) y los malos hábitos comportamentales, como introducir objetos para rascarse o limpiarse como los copitos de algodón. Villaneda aclara que estos elementos que se suelen usar para limpiar los oídos, en realidad no son necesarios: “Los oídos se limpian solos y por los movimientos de la mandíbula al masticar. La cera atrapa todo lo animado e inanimado para proteger. Y tiene toxicidad para matar bacterias”, explica el doctor Villaneda. De ahí que no se recomiende retirar la cera que es una barrera natural que protege el oído.
La exposición al ruido sin protección debida, principalmente en ambientes laborales donde hay máquinas de sonidos intensos, es otra causa importante. Se considera que una persona no debe exponerse a 85 decibeles sin protección auditiva, indica el doctor Villaneda, enfatizando en que los trabajadores, no solo del área operativa, deben tomar las indicaciones de salud ocupacional.
Después de los cincuenta años de edad se recomienda realizar un examen de audiometría para determinar la agudeza en relación con las diferentes frecuencias del sonido. Después de la menopausia y la andropausia, hombres y mujeres presentan mayor resequedad en la piel por cambios hormonales. Esta descamación en el conducto hace que la cera se pegue y obstruya la capacidad auditiva. Para prevenirla, la lubricación con glicerina disolverá la cera que naturalmente se evaporará con el calor del cuerpo.
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