La popularidad creciente de esta especia picante, que se cree proveniente del medio oriente, no es nueva. El jengibre ha sido utilizado desde hace miles de años por sus propiedades medicinales.
l origen de esta raíz milenaria es algo incierto. Se cree que en India y China se cultivó durante casi cinco mil años para tratar múltiples dolencias; también se sabe que era un condimento costoso y un bien altamente comercializado: incluso, en el siglo XIII, una libra de jengibre llegó a equivaler el precio de una oveja entera. Hoy por hoy, podría decirse que el jengibre se cultiva casi en todo el mundo.
¿Qué es?
Es una planta aromática, de la misma familia del cardamomo y la cúrcuma, cuyo tallo (llamado rizoma) constituye uno de los condimentos más consumidos en el mundo. La palabra ginger —jengibre en inglés— proviene del sánscrito srngaveram, que significa “raíz de cuerno”.
¿Cómo se come?
El jengibre se encuentra y se utiliza de múltiples formas: fresco, seco y molido, conservado, cristalizado, endulzado y hasta encurtido en vinagre (como el que acompaña el sushi). Es ligeramente dulce, picante y con un aroma fuerte. La concentración de sus propios aceites incrementa a medida que la raíz envejece y, de su utilización, dependerá también su tiempo de cosecha. El jengibre que se cosecha durante nueve meses tiene una piel gruesa —que debe ser eliminada antes de ser consumido—, es más picante y se utiliza, habitualmente, para ser secado y pulverizado. El jengibre cosechado durante solo cinco meses no es tan maduro y, por ende, su tallo es de sabor suave; este se utiliza más fresco o para conservas. Hay múltiples productos que contienen jengibre: galletas, tortas, chocolates, mieles, sopas, tés, bebidas gaseosas azucaradas, ¡hasta el curry!
Sus beneficios
Se han identificado alrededor de 115 componentes diferentes en el jengibre, pero el más importante y preponderante de todos es el gingerol. Es gracias a este aceite que la raíz especiada es considerada como un ingrediente poderoso: su cantidad de antioxidantes es altísima, solo superada por la granada y algunos frutos rojos. Los antioxidantes son sustancias que evitan el estrés oxidativo y el envejecimiento en el cuerpo.
Además tiene se usa para combatir náuseas, problemas estomacales, dolores musculares, resfriados, migrañas, hipertensión y artritis. Se puede consumir fresco o seco pues en términos generales, su poder curativo no se ve drásticamente afectado por su presentación.
El jengibre también es un potente antiinflamatorio pues inhibe, precisamente, la formación de citocinas inflamatorias en el organismo; está indicado para quienes sufren de artritis y, adicionalmente, es carminativo, es decir que alivia la distensión abdominal y la irritación del colon.
El jengibre es, además, diaforético, lo que significa que estimula la sudoración. Esto es particularmente útil para combatir los resfriados e incluso como aliado a la hora de perder peso, pues incrementa un proceso corporal llamado termogénesis, el cual consiste en que el mismo organismo quema su propia grasa para producir calor.
Para tener en cuenta...
No es recomendado en altas dosis para personas que padecen de problemas en los riñones debido a que contiene oxalatos (los cuales originan los cálculos renales). En el caso de individuos con diabetes, gastritis, mujeres con períodos menstruales abundantes, también es mejor vigilar su consumo frecuente. No olvide consultar a su médico de cabecera para confirmar si usted puede incorporar este producto natural en su alimentación diaria.
Un tip
Opte siempre por la raíz fresca pues tiende a tener un sabor más dulzón; compre una raíz cuya superficie se vea lisa y libre de imperfecciones; siempre retire la piel antes de consumir el jengibre y guárdelo en la nevera hasta por dos semanas. En el caso del jengibre en polvo, guárdelo en un recipiente cerrado —preferiblemente de vidrio—, y en un lugar fresco y seco hasta por seis meses.
Perfil nutricional
Cien gramos de jengibre tienen, aproximadamente, 79 calorías, 18 gramos de carbohidratos y casi 4 gramos de fibra y de proteína. También posee vitaminas y minerales tales como hierro, vitamina C, potasio, magnesio, zinc y fósforo.
*Periodista especialista en Nutrición de la Universidad de Barcelona.
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