El diagnóstico de cáncer transformó radicalmente la vida de estas tres mujeres. Sus testimonios dan cuenta de la huella que dejó la enfermedad.
El cáncer no elige edad, sexo, profesión o estrato social. Es una enfermedad invasiva que, de acuerdo con un informe de 2018 del Observatorio Global de cáncer (GLOBOCAN), se desarrollará en uno de cada ocho hombres y en una de cada diez mujeres en algún momento de su vida. Según este informe, en 2018 se registraron en Colombia 101.893 nuevos casos, y ese mismo año la cifra de muertes alcanzó las 46.057. Los más letales fueron el cáncer de estómago, pulmón y mama.
Hoy, en el día mundial contra el cáncer, queremos destacar tres testimonios de mujeres que superaron la enfermedad y con mucha valentía y sinceridad, compartieron sus experiencias y reflexiones.
Karem Racines
A esta periodista colombo-venezolana el cáncer la sorprendió a sus 38 años, después de visitar al médico para solicitar una incapacidad. El malestar que la había llevado a la sala de urgencias era en realidad un liposarcoma en órganos blandos, un tipo de cáncer del que solo sobrevive el 50 % de los pacientes.
En 2014 le extrajeron un tumor que pesó cuatro kilos y medio. Y después de varias sesiones de radioterapia recuperó su salud. Desde entonces, debe realizarse estrictos controles médicos cada año para asegurarse de que la enfermedad no ha reincidido. A veces, la felicidad puede estar dentro de un sobre de exámenes médicos: “Resultado negativo para lesiones hipermetabólicas”. Saber que ya no hay restos del tumor y que éste no ha regresado es un alivio. El miedo se va, pero inevitablemente volverá en el próximo chequeo.
Luego de una visita de rutina a su ginecólogo, Marcela Villegas se encontró con un diagnóstico que creía improbable: cáncer de ovarios, una sospecha confirmada varios exámenes después.
Luego de una cirugía para extraer ovarios, útero, apéndice, una porción del colon y la totalidad del omento (una estructura que protege los órganos de la cavidad abdominal), siguieron cuatro meses de quimioterapia.
Ella decidió deja de lado el imaginario del “héroe que libra la batalla contra el cáncer”, porque aunque detrás de esas frases hay muy buenas intenciones, ella sabe que la cura no depende de la voluntad de luchar o de la actitud frente a la enfermedad.
Lina Hinestroza
A mediados de julio del 2013 esta mamá, esposa y comunicadora vivía en medio del afán y la convulsión de sus labores diarias, por lo cual pospuso su mamografía semestral por un mes.
Cuando pudo realizarse el examen se encontró con un diagnóstico de cáncer de mama en estadio III en su seno izquierdo.
Lina se encargó de tratar este carcinoma con un equipo de profesionales que la asesoraron sobre nutrición y dietética, para sus próximas sesiones de quimioterapia. Luego de superar el cáncer y gracias a su experiencia, creó la fundación AlmaRosa, desde donde promueve la prevención y la detección temprana del cáncer de mama.
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