La presión por "reinventarse"

En época de confinamiento y de cambios de rutina inesperados hay una palabra que aparece constantemente en redes sociales: “Reinventarse”.

iguras públicas, los llamados influencers, amigos, familiares y conocidos proponen reinventarnos de varias formas durante estos días en que estamos confinados en casa, enfrentados con un fenómeno que la humanidad no había vivido desde hace un siglo. Estas personas proponen, invitan e incluso presionan con la necesidad de reinventarse a través de entrenamiento físico, dietas fitness, proyectos creativos o de emprendimiento; insisten en que debemos profundizar en nuestros nuestros hobbies o participar en actividades de caridad, entre miles de posibilidades.

Parece una invitación a aprovechar ese “tiempo libre” que ha surgido y usar el aislamiento como una especie de crisálida para salir como un ser completamente distinto.

La psicóloga Constanza Bernal de la Hoz, adscrita a Colsanitas, explica que este concepto de “reinventarse” no viene de la psicología. “Yo diría que es un término más asociado con la economía y que apareció hace unos años durante las crisis de desempleo y recesión que hubo en Europa. Es precisamente en el momento en que las necesidades básicas no están cubiertas en el cual las personas tienen que pensar en reinventarse, mirar un camino nuevo para poder obtener el sustento para la vida”.

La doctora opina que el foco de atención actual es el trabajo. Las cifras parecen comprobarlo. Según El Espectador, en estos meses de pandemia se perdieron más de 5,3 millones de empleos en Colombia, la peor tasa de desempleo en 20 años. Además el World Bank advierte que más de 50 millones de personas podrían caer en la pobreza en Latinoamérica a raíz de esta crisis.

Entonces “reinventarse” no surge del ocio, sino de las necesidades básicas. ¿Pero es necesario reinventarse para sobrevivir?¿Debe un adulto completamente desarrollado, con cualidades y defectos, transformarse en una persona completamente diferente a la que es?

La cifra
Más de 50 millones de personas podrían caer en la pobreza en América Latina a raíz de esta crisis.

Desde la psicología positiva, del psicólogo Martin Seligman, conocido por sus estudios sobre depresión e indefensión aprendida, la terapia no debería enfocarse en las cosas que no funcionan del paciente. Todo lo contrario, se trabaja a partir de lo que sí funciona y qué podemos conseguir de eso. Para Seligman y sus simpatizantes, la reinvención no existe. No podemos reinventar lo que ya somos, como no podrían reinventarse los grandes inventos de la historia, con sus pro y sus contras.

“Hay que hacer un énfasis grande en la capacidad de adaptación. Ese sí es un tema que podemos ver desde el punto de vista de la psicología. Cómo el ser humano puede adaptarse a una nueva situación”, resalta la doctora Bernal.

¿Qué habilidades necesitamos para fortalecer la capacidad de adaptarnos?

1. Aceptar. A veces la realidad cambia de manera desfavorable y debemos darnos cuenta cuando esto es irreversible, para impulsarnos y amoldarnos a la nueva situación. Hay cosas del entorno y de nosotros mismos que son imposibles de cambiar. Debemos trabajar con lo que tenemos a mano. Lo que sabemos hacer bien.

2. Buscar el bienestar. Aunque debe haber un tiempo designado para el duelo, es importante no estancarse en el miedo al fracaso o proyectar panoramas demasiado desalentadores. Un cambio abrupto puede desdibujar nuestro presente y hacer un hueco en los planes futuros. Es justo ahí cuando debemos empezar a construir un nuevo escenario. Un nuevo suelo desde donde tomar decisiones y actuar.

3. Ser flexible. Ante los cambios surgen distintas reacciones. Podemos tener ante ellos una actitud rígida que nos traiga sufrimiento o desequilibrio psicológico o irnos para el otro extremo, es decir, nunca oponemos resistencia ante los cambios, lo que también genera cierta inestabilidad. Lo ideal es conseguir una actitud intermedia donde podamos adaptarnos de manera pausada y meditada, teniendo claro quienes somos, sin perder nuestra identidad. Es importante ser flexibles sin perder firmeza.

Nuevos escenarios para distintas profesiones y oficios

Leandro Carvajal es chef, psicólogo y cantante lírico. Tenía un negocio de catering para eventos en el que atendía aproximadamente entre 50 y 200 personas. Aunque el sector de la alimentación fue afectado directamente, como muchos otros, él considera que su negocio sobrevive gracias a que es sostenible, y eso le da flexibilidad ante cualquier cambio. Leandro comenta: “Es vital saber qué es lo que ofrezco y qué soy capaz de hacer, en qué estoy capacitado. También conocer muy bien cuál es mi mercado”.

Descubrió que había una clientela poco tomada en cuenta, las familias sumidas en el teletrabajo y la educación virtual, que no tienen tiempo para hacer todos los días un almuerzo balanceado y rico. Aunque su clientela se redujo, buscó un balance en la reducción de gastos. Él se encarga de la preparación de los alimentos y los domicilios. Esto aporta también seguridad sanitaria: “Si quiero evitar las contaminaciones dentro de mi cocina, también quiero evitarlas cuando el producto esté terminado y llegue al consumidor final”.

"La evolución de las especies se origina de este esfuerzo de todo ser vivo por amoldarse a las nuevas condiciones del ambiente".

Para Magiarí Díaz, traductora independiente, estos momentos le dieron claridad al revisar proyectos pasados y evaluar cómo se estaba relacionando con sus clientes. Se dio cuenta de que muchas veces no ponía claras las condiciones de su trabajo, lo que desencadenaba en proyectos mal pagados, poco definidos o que no concluían. Empezó a diseñar maneras de dar ella misma más valor a su trabajo y poner desde un principio reglas definidas.

Karen Osorio, madre y educadora en casa, perdió su trabajo y ahora dicta talleres y acompañamiento académico de manera virtual a otros niños. Jean Amaya, instructor de yoga, retomó contacto con sus alumnos dispersos por el mundo y aumentó su comunidad a través del video. Además, se ahorra tiempo y gastos de transporte al dictar sus clases por plataformas virtuales. Muchos son los ejemplos de que, aunque estamos ante un contexto sin precedentes, no sólo hay dificultades, también hay oportunidades. Pero es necesario abrir el espacio para observar con calma y marcar un nuevo rumbo. A veces, la única manera de descubrir todo el potencial que tenemos es enfrentarnos a lo inevitable.

¿Reinventarnos o adaptarnos?

La adaptación es un mecanismo de la naturaleza para preservar la vida. De hecho, para algunas teorías científicas, la evolución de las especies se origina de este esfuerzo de todo ser vivo por amoldarse a las nuevas condiciones externas que presenta el ambiente. Primero que todo, hay que entender que los cambios actuales implican pérdidas e incertidumbre, y se viven en muchos casos como un proceso de duelo. La negación de esta situación tan difícil podría generar un alivio a corto plazo, pero causar problemas complejos en el futuro. Es conveniente emprender en principio una labor de auto observación, de procesar emociones y saber que esto tendrá un ritmo muy personal. Por lo que llevará un tiempo prudente decidir cómo asumiremos esta “nueva normalidad” de manera constructiva. También es importante tomar en cuenta que es difícil modificar el entorno para que se adapte a nuestras expectativas, pues hay muchos factores que se escapan de nuestro control. Por eso, es más efectivo y realista centrarnos en nosotros mismos. Todos poseemos la capacidad de adaptabilidad en mayor o menor grado. Una buena noticia es que hay maneras de fortalecerla.