Cómo cuidar plantas de apartamento: guía práctica y sencilla

Cada planta tiene necesidades lumínicas, que parten de las condiciones en las que se encontraba antes de entrar a nuestros espacios. Las de sol directo, como el croto victoria, requieren luz plena. Otras, como el ficus hojas de violín, prefieren luz indirecta alta. Las calateas y monsteras deliciosas se adaptan a la luz indirecta media/baja. Aquí, la observación es clave: si las hojas se queman o se decoloran, hay que cambiar de lugar. La luz artificial puede complementar, pero no reemplaza la solar.

Un “día de jardinería” mensual permite atender tres tareas clave para las plantas: abono, fumigación y poda. El abono, cada 20 a 30 días, aporta nutrientes que la planta no genera en la maceta. Lo aconsejable es elegir opciones orgánicas como el compost o el humus de lombriz. La fumigación preventiva evita plagas invisibles que afectan el crecimiento y la vitalidad. Por último, la poda ayuda a eliminar hojas secas o dañadas, previene plagas y estimula nuevos brotes.

Más que una rutina, estas prácticas fortalecen la planta y el vínculo con ella. Observar, tocar y cuidar se convierten en gestos de pausa y atención. Podar con tijeras limpias, abonar con moderación y fumigar en horas frescas hace que cada acción sea más efectiva. No se trata de hacer mucho, sino de hacerlo bien y con constancia.

Más que seguir un calendario, hay que observar para identificar la necesidad de agua de una planta. En general, muchas especies de interior requieren riego cada siete o diez días. Se puede introducir un palito seco en la tierra para verificarlo: si sale húmedo, aún no es momento; si sale seco, conviene regar. Lo ideal es usar agua de lluvia, filtrada o reposada 24 horas, porque la del grifo viene tratada con químicos que no les sientan bien. Algunas especies, como los helechos, disfrutan del rocío en sus hojas; otras, como las begonias, no tanto. Recuerde que el exceso de agua puede pudrir las raíces y atraer hongos, así que menos es más.

Estas recomendaciones pueden marcar una gran diferencia a la hora de cuidar plantas:

• Materas: Las de barro respiran y las de plástico retienen humedad. Siempre deben tener drenaje porque sin salida, el agua se estanca.
• Tierra o sustrato: La tierra sola se vuelve barro, por eso mézclela con perlita o cascarilla de arroz. Si no es tierra, conserve el sustrato de la tienda de donde venía.
• Trasplante: Más espacio no siempre es mejor. Si las raíces salen por debajo, es momento de trasplantar, pero hágalo de forma gradual
• Limpieza de las hojas: Basta con un paño húmedo y agua limpia. No use aceites, pues al hacer contacto con la luz podrían quemarlas.