Durante la etapa de lactancia exclusiva y con más frecuencia durante la inclusión de comida complementaria, los niños pueden presentar dificultades para deponer de manera regular. Consultamos con un pediatra puericultor sobre qué hacer.
Con mi bebé de 10 días de nacido acudí a la urgencia de una clínica con lo que yo creía que era un episodio agudo de estreñimiento, pues mi hijo llevaba tres días sin evacuar. La enfermera del triaje nos miró extrañada y nos increpó: ¿El niño ha tenido llanto inconsolable, da muestra de que algo le duele, no duerme bien, se pone rojísimo mientras puja, sangra? A todo respondimos que no. Entonces de manera tajante replicó que no se trataba de ninguna urgencia: “Los bebés pueden estar hasta 7 días sin defecar sin que eso sea por sí mismo un problema de salud”, dijo.
El pediatra puericultor Erwin Barros Martínez, adscrito a la EPS Sanitas en Santa Marta, confirmó que en la periodicidad de las deposiciones intervienen muchos factores y no todos los bebés menores de 6 meses tienen que evacuar 3 y 4 veces al día como dicen los foros de Google. “Mientras el bebé esté alegre, aumente bien de peso y orine suficiente, no hay nada de qué preocuparse. Más bien hay que estar atentos al hábito intestinal que progresivamente desarrolla el bebé, los antecedentes de padres y abuelos que pueden ser estíticos y, por supuesto, la comida que ingiera, porque esto determinará el comportamiento de sus deposiciones”, precisa.
El especialista de Sanitas explica, por ejemplo, que los niños alimentados con lactancia materna exclusiva es muy difícil que presenten estreñimiento porque la leche materna tiene una combinación de agua, proteínas y grasas que favorece el proceso digestivo y la lubricación intestinal.
“Toda deposición que genere distención abdominal, dolor o sangrado es motivo de atención, pero regularmente son de origen funcional y no patológico. Hay una condición conocida como disquecia del lactante en la que hay una falta de coordinación entre la sensación de defecar y la relajación del esfínter anal, esto genera en el niño una frustración que le produce llanto, pero cuando logra evacuar se nota que las heces son blandas. Entonces se trata simplemente de una falta de sincronización temporal que se supera con los días”, dice el especialista Barros Martínez a través de una videollamada.
“Es poco común que la dificultad para evacuar del bebé esté asociada a un mal funcionamiento del colon o se relacione con un origen neurológico”.
El estreñimiento es más común en niños que se alimentan con leche de fórmula, pero afortunadamente existen en el mercado variaciones de fórmulas especializadas para promover el confort intestinal y el ablandamiento de las heces. Una recomendación del especialista es que la madre que se vea impedida de ofrecer lactancia materna exclusiva incorpore una dosis suficiente de agua diaria a la dieta de su nené.
Para paliar las molestias que pueda causar la expulsión de las heces duras, Barros dice que se puede recurrir a masajes en el abdomen con un movimiento en forma circular en el sentido de las agujas del reloj o mover las piernas del bebé, varias veces, simulando que monta una bicicleta.
La estimulación anal con un supositorio de glicerina es también de uso frecuente en caso de estreñimiento en menores de 6 meses y, en casos extremos, se puede recurrir a ablandadores de heces o enemas, pero se requiere de supervisión médica. Es poco común que la dificultad para evacuar del bebé esté asociada a un mal funcionamiento del colon o se relacione con un origen neurológico.
En cualquiera de los dos casos hay que recurrir al pediatra gastroenterólogo, o al pediatra neurólogo, respectivamente, para obtener un diagnóstico preciso y tomar decisiones acertadas que permitan dar manejo o solución definitiva al problema.
Para paliar las molestias se puede recurrir a masajes en el abdomen con un movimiento circular en el sentido de las agujas del reloj.
Llegan las ayudas exógenas
En cuanto el bebé cumple los 6 meses de edad se puede recurrir a la alimentación complementaria como aliada para aliviar las molestias del bebé para evacuar, en caso de que las tenga. En tal sentido, el pediatra Erwin Barros no está de acuerdo con que se combine la leche con cereales procesados (trigo, maíz y cebada) porque en la mayoría de los casos endurecen las heces.
Si la intención es espesar el tetero, su recomendación es que se recurra a la avena, para aprovechar la fibra que contiene. Los médicos se apoyan en la Escala de Heces de Bristol, que es una tabla con gráficos, para clasificar la forma de las heces humanas y asociarlas a condiciones de estreñimiento, normalidad o diarrea. El especialista de Sanitas apunta que esta escala resulta muy útil en niños que ya no usan pañal, pues permite hacer modificaciones en la dieta que ayudan a regular su función de deposición.
El dato
No todos los bebés menores de seis meses tienen que evacuar tres y cuatro veces al día.
“Cuando el niño tiene más de un año cobra importancia el ejercicio físico y el aspecto emocional. En detalle, los juegos al aire libre, la práctica de algún deporte, correr y nadar contribuye con el proceso digestivo y los patrones de evacuación. Mientras se entrenan para dejar de usar pañales es posible que se sientan sometidos a una situación de estrés que los constipa. Y cuando empiezan a asistir al jardín de infancia o al colegio, el cambio de locación también puede generar incomodidad al momento de ir al baño. En estos casos sólo hay que darles tiempo a que se adapten”, concluye Erwin Barros.
Para evitar problemas en la evacuación
Más:
-Leche materna exclusiva
-Granos integrales Legumbres (lentejas, soya y frijoles)
-Frutas con alto porcentaje de agua (patilla, melón, fresa)
-Hortalizas verdes (acelga, espinaca, lechugas, brócoli)
-Verduras Agua
Menos:
-Leche de fórmula infantil
-Embutidos Guayaba
-Manzana verde
-Harinas de trigo, maíz y arroz
-Bebidas azucaradas
-Alimentos enlatados y procesados
*Periodista, investigadora y profesora universitaria.
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