Conocidas también como muelas del juicio, las cordales suelen recordarnos experiencias traumáticas a causa de la inflamación y el dolor. Le explicamos en qué casos deben extraerse.
Las cordales son los últimos cuatro molares, que están ubicados en la parte posterior de la mandíbula. Tienden a hacer su erupción entre los 16 y los 20 años, pero, en ocasiones, el proceso puede prolongarse si las muelas no brotan completamente, o incluso dejar de aparecer.
"Realmente, no tienen una función específica", explica Óscar Corvacho, cirujano maxilofacial adscrito a Colsanitas. Aunque desempeñaron un papel importante para nuestros ancestros, la evolución y la presencia de una dieta más blanda han reducido la necesidad de una fuerza masticatoria significativa.
Puede ser necesario extraerlas en casos de dolor e infecciones recurrentes. La extracción crea espacio, mejora la mordida y la función masticatoria y previene fracturas de la mandíbula.
¿Cuáles son los signos para determinar si una persona necesita la extracción de las cordales?
Por lo general, el dolor es la señal, pero, en ocasiones, no hay síntomas evidentes. Es necesario acudir periódicamente al odontólogo y realizar una radiografía panorámica para evaluar la necesidad de extracción.
¿Qué puede suceder si no se extraen las cordales?
Pueden generar desde caries o daños a los dientes vecinos hasta infecciones que requieren hospitalización por apiñamiento o mala posición de los dientes. También se desarrollan problemas de mordida, quistes o tumores benignos en el hueso y dolor en la articulación temporomandibular, que permite la conexión entre la mandíbula y la cabeza.
¿Cómo se realiza la extracción?
A través de la exodoncia, una cirugía ambulatoria que dura, aproximadamente, 45 minutos y tiene una recuperación de tres a cinco días. La inflamación es una consecuencia del procedimiento y también puede durar de tres a cinco días.
- Este artículo hace parte de la edición 192 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
Dejar un comentario