Aunque muchos padres evitan hablar de sexo con sus hijos o se sienten incómodos ante sus preguntas sobre el sexo, es importante aprender a abordar el tema. Aquí le hacemos algunas recomendaciones.
l doctor Darío Botero, pediatra y puericultor de Colsanitas, cuenta que un día la hija de 5 años de un colega suyo le preguntó a su papá qué es un pene. Él, en medio de su asombro, le dio la respuesta más clara y amplia posible, acorde con la edad de su hija. Le explicó sobre los sexos y su anatomía, le habló del pene, de la vagina y de las diferencias entre hombres y mujeres. Ella, confundida le dijo: “No papi, te estoy preguntando por la pasta que comimos el otro día”.
Situaciones como esta, preguntas que parecen incómodas y respuestas que están fuera de foco, suelen presentarse en las familias cuando de hablar de sexo y sexualidad con los hijos se trata. Así pues, la primera recomendación, explica el doctor Darío Botero, es clara: “Debemos indagar qué quiere saber el niño, pues la pregunta puede referirse a otro tema”.
Hacer una contrapregunta puede funcionar muy bien para darles la explicación que están pidiendo, de acuerdo con la edad y la etapa del niño. “En muchos casos los padres se alarman sin razón y entran en pánico, porque tienden a ser hiper gestores de la información”, explica el doctor Botero. “Es a los niños a quienes debemos oír”, agrega.
Contrapreguntas como: “¿Dónde lo oíste, quién te lo dijo, qué sabes sobre eso?”. Pueden ser la clave para entablar una conversación adecuada, centrada y fluida sobre el tema específico.
La segunda recomendación, según la doctora Esperanza Durán, psicóloga y jefe de soporte emocional de la Clínica Universitaria Colombia de Bogotá, es hablar del tema sin tabúes: “Tal vez hace 30 años este tipo de preguntas se veían mal, y en el peor de los casos, se consideraban actos indebidos”.
Por fortuna, agrega la doctora Durán, ahora hay una apertura diferente de las familias hacia el tema, porque hace unos años lo dejaban al colegio, se ponía apodos a los genitales y había mucho pudor infundado. Los padres jóvenes de hoy entienden que somos seres sexuales, que la sexualidad no es solo un tema de relaciones y que no hay que llamar a las partes íntimas por otros nombres”, explica.
Es necesario hablar de sexualidad y de sexo con los niños, porque son temas que hacen parte de la vida de todas las personas. “Los niños, a medida que van creciendo, van encontrando diferencias desde todo punto de vista; anatómicas y en la relaciones con otras personas; así que estos elementos nos van dando la pauta para hablar con ellos, sobre todo hoy, cuando tienen acceso a la tecnología y están más expuestos a información que puede ser errónea, distorsionada o malintencionada”, añade el doctor Botero. Así pues, dice, es un tema que debe tratarse en casa, en familia y en pareja.
¿Cuándo es un buen momento?
La respuesta es contundente: desde el primer momento, dice el doctor Botero. “Desde los primeros meses, cuando se cambia el pañal, porque estamos interactuando con las partes íntimas de nuestro bebé, así le podemos ir explicando que su pene o su vagina es lo que estamos limpiando, por qué y para qué”, explica.
Hablarles claramente y sin eufemismos desde los primeros meses, va preparando el terreno para que, en un futuro, los padres y sus hijos puedan hablar sin tapujos. Ese proceso debe ser permanente e ir evolucionando de acuerdo con el desarrollo del niño o la niña.
Hablar de identidad de género
Hablar de sexualidad no es solo hablar del acto coital, eso debemos tenerlo en cuenta, explica el doctor Botero. Todos los seres somos sexuados, así que tenemos que hablar de género. Las diferentes corrientes de psicología y acompañamiento dicen que para tener una adecuada inmersión en el tema, debemos ubicarlos en su edad.
“Una vez se comienza con las explicaciones sencillas, en la medida de su crecimiento físico, emocional y cognitivo, hay que explicarles que todos tenemos unas partes íntimas y que somos diferentes”, comenta el doctor Botero. De esta manera se está hablando de identidad de género, de órganos sexuales, pero no solamente de actos sexuales. Ese es el comienzo.
Contrapreguntas como: “¿Dónde lo oíste, quién te lo dijo, qué sabes sobre eso?”. Pueden ser la clave para entablar una conversación adecuada sobre el tema específico.
Otras preguntas frecuentes
- ¿De dónde vienen los niños?, ¿Cómo nació mi hermanito?
Ante estas preguntas, Corina Gamero, psicóloga de la Clínica Colsanitas de Cartagena, recomienda que, solo es necesario decir o dar la información precisa, el ejemplo típico podría ser: “Cuando dos personas adultas se quieren, como papá y mamá, se pone una semillita dentro de la barriga de ella, así se empieza a formar un bebé que pasa nueve meses en la barriga antes de nacer”.
Y aconseja, para niños menores de cinco años, utilizar libros ilustrados que pueden complementar la explicación. Lo importante, dice la doctora Gamero, es que el niño entienda que el bebé es fruto de una relación afectiva y placentera entre sus padres. “La explicación debe ser realista, sincera y sin rodeos”, concluye.
- ¿Por qué mis papás tienen pelos en sus genitales?
Igual que en los casos anteriores, los expertos recomiendan hablar con naturalidad, explicando que, cuando crecen, los chicos y las chicas van cambiando su apariencia física, sin entrar en explicaciones más profundas sobre los cambios hormonales.
“Hay que hablar desde la verdad, de manera simple, sencilla y explicar que este tipo de cambios también los va a vivir el niño o niña cuando sea más grande, ellos lo van a comprender con naturalidad”, dice Botero.
Un tema para abordar en familia
Tal como se habla de la salud, la importancia del ejercicio, la alimentación o el colegio, la sexualidad es un tema que se debe abordar en familia preferiblemente con papá y mamá, quienes deben participar en estos procesos de acompañamiento, pues la sexualidad no debe ser un tabú en casa, de lo contrario, los niños van a buscar respuestas a esas inquietudes con otras personas o en internet, lo que significa un riesgo.
Cuando los hijos llegan a la pre y la adolescencia, es necesario tener la puerta abierta para tratar estos temas con mayor profundidad, pero con la claridad y la verdad que se ha manejado en etapas más tempranas. Se trata, como dicen los especialistas consultados, de tener una dinámica de comunicación permanente con los hijos, y la sexualidad, como todo lo demás, no debe ser un tema vedado en casa.
En esta etapa, dice la doctora Durán, evite tener conversaciones con el “no” de por medio: “No tengas relaciones, no vayas a embarazarte, no preguntes sobre sexo. Hay que hablar con nuestros hijos de la sexualidad para explicar qué significa y, ante todo, de cómo disfrutarla con responsabilidad”, comenta.
“En la preadolescencia las hormonas cambian la visión de la vida y el papel de la familia es explicar desde casa todo lo que ocurre, pues esa información puede llegar por los amigos o, en el peor de los casos, por videos o pornografía”, añade la doctora Durán.
Para prevenir el abuso sexual
Crear espacios de diálogo permanente con los niños y niñas desde sus primeros años para hablar de educación sexual permite, además, inculcar amor y respeto por su cuerpo para prevenir el abuso infantil.
Las diferentes corrientes de psicología y acompañamiento dicen que para tener una adecuada inmersión en el tema, debemos generar en el niño una conciencia de que su cuerpo es sagrado y bonito. Que todos tenemos diferencias y nos respetamos.
Por ejemplo, se puede hablar con los niños sobre genitales con la definición que hace la Academia Americana de Pediatría sobre ello, cuando dice que “las partes íntimas son las que cubre el vestido de baño”. Eso permite, a los niños y niñas, tener clara la información que deben manejar sobre el tema.
“De alguna manera el abuso sexual ha hecho que las familias deban abordar el tema de la sexualidad, pues es en casa en donde debe inciar el proceso para que el niño o la niña respete y haga respetar su cuerpo, y que sepa, claramente, que nadie puede tocarlo sin su permiso”, concluye la doctora Durán.
Dejar un comentario