Los primeros auxilios psicológicos son una herramienta de apoyo emocional diseñada para acompañar a personas en momentos de crisis. Aprenda a realizarlos con el siguiente manual.
as crisis emocionales pueden suceder en cualquier momento y lugar durante la vida de una persona: por una ruptura amorosa, un desastre natural o el fallecimiento de un ser querido, por mencionar algunos ejemplos. Según Elizabeth Linares, psicóloga y profesora de Unisanitas, “los primeros auxilios psicológicos son un apoyo que cualquier persona le puede brindar a otra que está sufriendo y que puede necesitar ayuda". Y añade que “estos son útiles a la hora de favorecer el afrontamiento de una crisis que está ocurriendo o acaba de ocurrir”.
La rápida intervención puede evitar secuelas psicológicas, incluso puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Sin embargo, éstos no reemplazan la atención psicológica por parte de un especialista.
Primero se debe identificar si la persona está pasando por una crisis emocional. Para hacerlo, la psicopedagoga Angie Ortiz explica que “los síntomas de estas crisis pueden ser muchos, algunas personas pueden llorar, otras reír descontroladamente, hiperventilar o quedarse congeladas". En casos menos frecuentes, las personas tienen episodios de disociación, lo que les hace creer que lo que ven está sucediendo como en una película. En ese momento es fundamental observar el lenguaje no verbal para identificar estados de ansiedad y nerviosismo. “Otra forma de saber si alguien enfrenta una crisis emocional es a través de sus expresiones: me siento extraño, no voy a salir de esto, no se que hacer, tengo miedo”, añade Ortiz.
En el caso de un desastre natural o una crisis grupal, esto es básico para saber quién necesita con mayor urgencia los primeros auxilios.
Los primeros auxilios psicológicos son un apoyo que cualquier persona le puede brindar a otra que está sufriendo y que puede necesitar ayuda.
Paso 1: ser empático
Según la psicóloga Linares, el primer paso es provocar una conexión emocional. “Es necesario que la persona se sienta comprendida y apoyada para afrontar la situación.” Una forma de lograrlo es demostrar interés por escuchar lo que el otro quiere decir. Es bueno apartar a la persona del entorno si es hostil para él o ella y expresarle que tenemos deseo de ayudar.
Qué hacer
-
Hablar con tranquilidad
-
Entablar una relación de confianza
-
Ser honesto
Qué no hacer
-
Ignorar a la persona
-
Interrumpir cuando habla
-
Hacer promesas imposibles
Paso 2: favorecer la expresión de sentimientos
“No siempre la persona quiere expresar lo que está sintiendo en ese momento, a veces estar a su lado en silencio y establecer contacto físico puede ser suficiente”. explica la psicopedagoga Ortiz. Por ello, lo más importante es preguntarle a la persona si quiere hablar. Otras preguntas que favorecen la expresión de sentimientos son: ¿Cómo te sientes? Cuéntame lo que más necesitas ahora, ¿De qué manera te puedo ayudar?
Adicionalmente, puede ser de ayuda poner en palabras lo que se percibe, con frases tales como: Por lo que me cuentas puedo entender que…, me parece que lo que te sucede es… Para comprobar que estamos entendiendo la situación. Además, es importante que la otra persona sepa con cuánto tiempo contamos para brindarle nuestra ayuda.
Paso 3: validar las emociones
“Acercarse a la emoción de los otros sin juicios ni rechazos” recomienda Ortiz. Eso significa que intentar restarle importancia al suceso para hacer sentir mejor al otro puede ser contraproducente. Palabras como: “Hay personas que la están pasando peor” o “no te preocupes por algo tan insignificante” en lugar de reconfortar, lo que logra es hacerle pensar a la otra persona que es incapaz de manejar sus propios sentimientos y que otros lo hacen mejor.
No juzgue a las personas por lo que hayan hecho o hayan dejado de hacer. Tampoco por sus sentimientos. Es necesario ser conscientes de que no todos tenemos los mismos valores y creencias, por lo que hay que ser cuidadosos al elegir las palabras que vamos a utilizar.
Paso 4: identificar redes de apoyo
Luego de que el paciente haya tenido tiempo para desahogarse, es hora de buscar las redes de apoyo con las que cuenta. Es primordial hacerle saber que no está solo y para ello, puede preguntarle a quién contactar, quién más puede ayudar y a quién puede contarle lo que está sucediendo. Esto aplica tanto para las personas que no quieren dialogar como con las que ya se ha establecido un diálogo.
Las redes de apoyo pueden ser la familia, los amigos, una comunidad, los compañeros de trabajo o estudio o incluso los servicios de salud.
Paso 5: explorar alternativas
El siguiente paso es ayudar a la persona a encontrar una solución a su problema. No se trata de hacerle creer que tenemos todas las respuestas, sino de acompañarla en esa búsqueda. Pregúntele sobre las estrategias que haya utilizado para enfrentar una situación similar si es el caso y evite hablar de sus propios problemas y soluciones. La idea es que las personas encuentren alternativas a través de su propia reflexión.
Paso 6: ayudar a priorizar acciones que favorezcan el bienestar
“Muchas veces las personas en medio de una crisis emocional olvidan ordenar sus prioridades y creen que todo es esencial y tiene que atenderse ya, esto puede suceder después de un desastre natural o de un accidente”. Comenta Ortiz. Por ello, la persona necesita ayuda para centrarse en sus necesidades más urgentes y definir cuáles pueden esperar. En primer lugar, debe revisar su integridad física, y luego la de las personas cercanas que hicieron parte del suceso. Revisar dónde están. “Es fundamental recordarle a la persona sus limitaciones, que no puede levantar un edificio, aunque quisiera”. Añade Linares.
Paso 7: hacer seguimiento
Por último, lo mejor que uno puede hacer para auxiliar a alguien con una crisis emocional es demostrarle que la ayuda no acaba cuando acaban los primeros auxilios. En ese sentido, usted puede proponer diferentes espacios para que el contacto se realice de nuevo. También puede realizar sugerencias prácticas como: Comer bien, acercarse a sus redes de apoyo o descansar lo suficiente son algunas de ellas.
Después o durante una crisis emocional se desaconseja el uso de alcohol y otras sustancias psicoactivas, pues estas podrían agravar el problema o producir otros.
Hay que recordar que el objetivo de los primeros auxilios emocionales no es buscar soluciones, sino acompañar a la persona para que ella misma pueda encontrarlas.
Cuando la persona amenaza con hacerse daño a sí misma o a otros
-
Si la amenaza es inminente, lo mejor es llamar de inmediato a las líneas de emergencia para que una persona entrenada maneje la situación. Sea claro con la localización y el estado del paciente.
-
Pregúntele qué le está ocurriendo, qué le preocupa, desde cuándo se siente así, si siempre se ha sentido así o en algún momento se ha sentido mejor. Esto con la intención de darle tiempo al personal calificado. No deje sola a la persona.
-
No le diga a la persona que las cosas se van a resolver ni que hay cosas más graves por las cuales preocuparse.
-
Si detecta que alguien cercano tiene una intensión suicida o un plan para atentar contra su vida, tenga en cuenta que hablar del suicidio no significa ponerle ideas en la mente a las personas, sino conversar sobre las ideas que ya tienen. En cuanto pueda, busque ayuda de un profesional en salud mental.
* Periodista de Bienestar Colsanitas.
Dejar un comentario