Con estos consejos, el propósito de dejar el sedentarismo será una realidad. Aquí le contamos cómo dar el primer paso y no quedarse solo con la intención.
El ejercicio es la base fundamental de una vida saludable. Más allá de ayudar a mantener el peso y propiciar una buena condición física, el ejercicio es clave para mejorar la salud mental, el desempeño sexual y reducir el riesgo de sufrir algunas enfermedades crónicas. Pero no nos engañemos, pasar de la vida sedentaria a una activa parece una tarea titánica.
Con la asesoría de la doctora Catalina Chica, deportóloga adscrita a Colsanitas y partiendo de investigaciones del PubMed Central de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud, listamos las claves para dar el primer paso.
1. Hacer un chequeo médico general y una cita con un deportólogo. Este es un buen punto de inicio para detectar de manera temprana cualquier condición o problema de salud que pueda representar un riesgo durante la actividad física. Además, el deportólogo podrá darle una guía precisa de los ejercicios que pueden resultar beneficios teniendo en cuenta sus necesidades y limitaciones.
2. Encontrar motivación en actividades que disfrute. Para establecer el hábito de la frecuente actividad física, es fundamental encontrar una actividad que realmente disfrute. Eso lo ayudará si debe madrugar o hacer recorridos largos para llegar al lugar de la práctica. Hay una amplía gama de deportes y actividades de donde escoger: tenis, yoga, pilates, baile, trotar, bicicleta, entre muchas otras.
3. Plantearse objetivos realistas. Los objetivos y las metas deben planearse desde el principio y deben estar basados en sus requerimientos, para esto puede resultar útil el acompañamiento de un deportólogo. Empiece con pocos minutos y vaya aumentando paulatinamente el tiempo o la intensidad del ejercicio. Empezar con objetivos pequeños mientras llega al nivel físico necesario para su objetivo le ayudará a ganar confianza y le brindará satisfacciones. Mientras que ponerse metas para las que no está preparado lo llevarán a frustrarse y desalentarse.
4. Hidratarse, comer bien y descansar. Estos hábitos son determinantes para llevar el entrenamiento físico a otro nivel. La hidratación se hace antes, durante y después del ejercicio; es fundamental para un mejor desempeño y recuperación. Una dieta balanceada y asesorada por un nutricionista, es clave para mejorar sus niveles de energía durante el entrenamiento, asistir al cuerpo en los procesos de recuperación y aportar a la formación de masa muscular. Finalmente, descansar adecuadamente (entre seis y ocho horas), no solo permite tener mayor energía en los entrenamientos, sino que es parte primordial de la recuperación de los músculos y tejidos en general.
5. Escuche a su cuerpo. Parte esencial de mantener una rutina funcional y de adquirir el hábito de hacer ejercicio, es saber cuándo detenerse o buscar asesoría con el fin de evitar lesiones o problemas físicos. La idea de que entrenar duro y rápido es la única forma de conseguir resultados, además de errónea, puede llegar a resultados inesperados como una lesión si el cuerpo no está preparado para cierto nivel de exigencia.
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