El Congreso de la República aprobó el 10 de octubre del 2022 el Acuerdo de Escazú, que busca garantizar los derechos de acceso a la información, participación y justicia ambiental para América Latina y el Caribe.
Acercarnos a la ratificación de un Tratado ambiental internacional es un motivo de celebración. El lunes 10 de octubre, después de 3 años de la firma del Acuerdo de Escazú, la plenaria de la Cámara de Representantes votó mayoritariamente a favor del Proyecto de Ley No. 109/2022 por medio del cual se aprueba el Acuerdo Regional sobre el acceso a la información ambiental, la participación pública en procesos de tomas de decisiones, el acceso a la justicia y la protección del derecho a vivir en un medio ambiente sano en América Latina y el Caribe. Este acuerdo es además el primero en el mundo que contiene disposiciones específicas sobre defensores de los derechos humanos ambientales.
Aunque no es este el paso final, el país está cada vez más cerca de convertirse en el integrante número 14 de América Latina y el Caribe en ratificar el Tratado, pero primero deberá ser sancionado por el Presidente Gustavo Petro y necesitará pasar la revisión de la Corte Constitucional.
¿Por qué debería importarnos?
Todos los viernes desde hace un año, las redes sociales se llenan de publicaciones con la etiqueta #fridaysforfuture, que en español se conoce como #jóvenesporelclima. Este hashtag es la insignia de un movimiento mundial de personas motivadas por el ejemplo de Greta Thunberg, una estudiante sueca de 16 años que se plantó en el Parlamento de su país todos los viernes durante meses para iniciar una huelga estudiantil que llamara la atención sobre los problemas climáticos de Suecia y del resto del mundo.
Además de las publicaciones en redes, ya se han movilizado varias veces de manera masiva. “Los adultos dicen: debemos darles a los jóvenes esperanza. Pero yo no quiero su esperanza, no los quiero esperanzados. Quiero que se aterroricen. Quiero que sientan el miedo que siento yo cada dia. Y luego quiero que actúen”. Es así como Greta Thunberg llama la atención del mundo entero y exige medidas concretas de los gobiernos para enfrentar el caos ambiental que vivimos hoy.
"Los tratados internacionales sirven para que los países se comprometan con acciones claras para proteger el planeta. Por eso son tan importantes para la mitigación de los problemas ambientales que nos afectan".
Una de las últimas citas de este movimiento juvenil fue en Nueva York, días antes de la Cumbre sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, que se realizó en el marco de la Asamblea General de la organización y que reunió gobernantes de todo el mundo, líderes, miembros del sector privado y de la sociedad civil para determinar las acciones necesarias para abordar la crisis climática actual. En esta Cumbre los países participantes revisaron cómo van con sus compromisos ambientales, tuvieron que asumir nuevas tareas y llamaron la atención de los medios de comunicación en torno a un solo tema: la salud de la Tierra y sus habitantes.
“Sin duda, la presión de la ciudadanía y especialmente de los jóvenes es cada vez más determinante. Los gobiernos no pueden ignorar los llamados a la acción de voceros como Greta Thunberg. Es momento de que los países aumenten la ambición y articulen sus compromisos ambientales internacionales relacionados con la lucha contra el cambio climático, la protección de la biodiversidad y el desarrollo sostenible. Las decisiones que tomemos determinarán el futuro de las próximas décadas”, afirma Daniela Varón, oficial de incidencia en política y seguimiento legislativo de la oficina en Colombia del World Wildlife Fund, WWF.
Los compromisos internacionales
La primera cita oficial relevante para generar acuerdos sobre el medio ambiente se realizó en Suecia en 1972 y se denominó la Cumbre de la Tierra. La lideró la ONU. En ese momento los representantes de 113 países marcaron un punto de quiebre en la agenda de los gobiernos, porque pusieron la preocupación ambiental sobre la mesa.
A partir de este momento, los países que hacen parte de Naciones Unidas han acordado unos instrumentos legales que les generan compromisos en el tratamiento de temas fundamentales como el cambio climático. Colombia hace parte de los siguientes:
• Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC): se organizó en 1992 como el primer paso para enfrentar los problemas sociales, ambientales y económicos producidos por el cambio climático. Han ratificado la Convención 197 países.
• Protocolo de Kioto: creado en 1997 para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global. Es un instrumento para poner en práctica lo acordado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. 192 países hacen parte de este protocolo. Estados Unidos, el mayor emisor de estos gases, nunca ratificó oficialmente su compromiso.
• Acuerdo de París: se pactó en 2015. Las partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático lograron un acuerdo trascendental para combatir este fenómeno y acelerar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. Su principal objetivo es mantener el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los dos grados y hacer todos los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados, el límite aconsejado por diversas instituciones científicas para no padecer mayores desastres ambientales, sociales y económicos como consecuencia de las alteraciones del clima.
• El Convenio de Diversidad Biológica (CDB): Colombia hace parte de este convenio, que tiene tres objetivos principales: conservar la biodiversidad, hacer uso sostenible de ella y garantizar la participación justa y equitativa de los beneficios derivados de recursos genéticos. En 2020 se adoptará su nuevo marco de acción.
• Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): son 17 objetivos que buscan poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad. De estos objetivos se desprenden diferentes acciones y metas específicas que rigen los planes de desarrollo de cada país.
¿Qué pasa si no se cumplen los compromisos?
Los tratados internacionales sirven para que los países se comprometan con acciones claras para proteger el planeta. Por eso son tan importantes para la mitigación de los problemas ambientales que nos afectan a todos.
Sin embargo, como expresa Daniela Varón, “No hay sanciones formales para los países que no las cumplan, no va a llegar nadie a multar a Colombia, por ejemplo, si no cumple con alguna de las acciones con las que se ha comprometido a nivel internacional. Pero sí hay sanciones simbólicas que tienen mucho peso. Por ejemplo, otros países podrían retirar el apoyo financiero si Colombia no hace su mayor esfuerzo para cumplir con los compromisos que ha firmado. Además, se aplicaría lo que se conoce como ‘name and shame’, un concepto que hace alusión a la denuncia pública internacional del país que no cumple con sus compromisos, lo que sin duda afecta su credibilidad dentro del concierto de las naciones. Esto sin mencionar la sanción social que seguramente ocurre dentro del propio país”, concluye Varón.
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