Con la escolaridad virtual muchos padres se vieron tentados a intervenir y meterse en las clases de sus hijos más de lo necesario, interrumpiendo su proceso de desarrollo y autonomía.
aricela Sánchez es profesora de preescolar y primaria en Medellín y también mamá. Como a todas las mamás que trabajan, la pandemia puso más presión en sus rutinas diarias. Ahora que ha llegado la alternancia en algunos colegios, aún debe encargarse de su hija de tres años y de las clases virtuales que dicta desde casa, al tiempo.
No ha sido fácil, asegura, y además de su propia experiencia, fue testigo de la confusión que estas nuevas dinámicas trajeron a los padres de sus alumnos. Con los niños de primaria, Maricela tuvo que trazar límites constantemente en la intervención de los padres porque tendían a meterse más de lo necesario.
Durante el último año, padres e hijos se encontraron en una situación nueva que implicó una convivencia intensa y la posibilidad de vigilar e intervenir constantemente en las rutinas de los niños, una tendencia que en exceso puede resultar nociva en su desarrollo.
Un estudio de la Sociedad Americana de Psicología de 2018, demostró que los niños criados por “padres helicóptero” –es decir, padres que quieren controlar sus acciones y decisiones para facilitarles el camino y mantenerlos “a salvo”–, son propensos a tener varios problemas cuando crecen. Los niños sobreprotegidos crecen con dificultades para hacer amigos y para desenvolverse adecuadamente en el entorno escolar. También tendrán problemas para regular sus propias emociones y serán más propensos a sufrir de ansiedad, pues la sobreprotección mina su autoconfianza.
El riesgo de convertirse en un padre “helicóptero” o padre sobreprotector se intensificó en el último año. Es importante que los padres sean conscientes de esto, para darles espacio a sus hijos ahora que reinician las clases y deben retomar sus responsabilidades o empezar a asumirlas.
Durante las clases virtuales, por ejemplo, Maricela descubrió a una mamá haciendo la actividad que se le había asignado a su hijo y tuvo que llamarle la atención. Esta mamá en particular tenía la tendencia a intervenir de más. Maricela le tuvo que explicar cómo estaba perjudicando al niño. Con el llamado de atención, la mamá le dio más espacio al niño y se vieron cambios positivos en él.
La profesora cuenta que con más independencia, el niño dejó de enredarse con la virtualidad y empezó a mostrarse motivado y más seguro. Ahora “interviene más en clase, llega con preguntas y con información que él mismo ha investigado”. Un cambio positivo que Maricela espera no se vaya a estropear con la alternancia, pues puede que al comienzo el rendimiento de los niños cambie.
*Ilustraciones por Leonardo Parra. Instragram: @leo.ilustra2.
Como explica la psicóloga Mónica Mejía, en la infancia inicia un proceso muy importante en la vida de los niños: el de la separación de los padres. Desapegarse es duro para padres e hijos, pero es fundamental para que los niños puedan empezar a configurar su autonomía y sentido de responsabilidad. La cuarentena interfirió con este proceso de distintas maneras y padres e hijos han tenido que adaptarse.
Alexandra Moreno es una mamá bogotana que trabaja desde casa y durante la cuarentena tuvo que vivir la entrada de su hija de cuatro años al jardín virtual. Como todos los papás, debían acompañar a sus hijos durante las sesiones en línea. Un día se descubrió a sí misma pidiéndole a su hija que saludara a la profesora y a sus compañeritos, porque notó que a ella no le gustaba hacerlo. Como mamá sentía la obligación de enseñarle a su hija las fórmulas básicas de cortesía, pero por otro lado pensó que si Antonia estuviera sola en el salón, tendría que resolver por ella misma cuándo saludar y cuándo no.
Mónica Laverde es la mamá de Rebeca, de siete años. Según ella, Rebeca siempre ha sido una estudiante atenta e independiente, pero durante los meses de escolaridad virtual notó que cada vez más la buscaba para resolver dudas de sus clases o de las tareas. Al principio Mónica, quien también trabajaba desde casa, le contestaba rápidamente, pero con el tiempo empezó a dejar de hacerlo para que su hija tuviera que enfrentarse de nuevo sola a sus clases.
*Ilustraciones por Leonardo Parra. Instragram: @leo.ilustra2.
La profesora Maricela Sánchez, junto con sus colegas, anticipa que los niños van a llegar a la modalidad de alternancia acostumbrados a la ayuda y supervisión de sus padres y por ello se ha decidido que la mayoría de actividades calificadas se realicen los días presenciales. Como profesora, imagina que es probable una baja de calidad en los trabajos presentados o incluso malas calificaciones: “Sabemos que muchas de las guías y actividades sin errores que recibíamos de los niños eran hechas con la ayuda de los papás”. Y por eso, recomienda a los padres que no hace falta “volver a encargarse” de las tareas de los niños, o apretar la vigilancia los días de colegio desde casa, pues es importante que los niños se reajusten a la independencia escolar solos. “Hay que dejar de tenerle miedo a las malas calificaciones”, afirma. Y es importante continuar incentivando su autonomía los días en que se enfrentan solos a la virtualidad.
Para Mónica Mejía es comprensible que los papás quieran corregir a sus hijos siempre que puedan hacerlo, pero es importante que durante las sesiones virtuales que aún se mantendrán en muchos casos, aprendan a acompañarlos sin participar, como si los niños estuvieran solos.
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