Invita a compartir, mejora el ánimo y hace que quien llega sesienta acogido. El capuchino da estatus, el tinto hace amigos y el café frío es sinónimo de juventud. Conozca en las líneas que siguen algunos detalles del producto colombiano por excelencia.
egro como el diablo, caliente como el infierno, puro como un ángel, dulce como el amor: así describió un café perfecto el político francés Talleyrand de Perigot. Tanto si se trata del colombianísimo tinto para iniciar una charla con amigos, del “aguacafé” con panela para terminar de despertar, del café con leche para unas onces en familia o de un granizado en una tarde soleada, hablar del café es hablar de Colombia, de amistad, de tradición.
Oriundo de Etiopía, exactamentede Kaffa, en la Edad Media el arbusto fue llevado a Arabia por los marineros africanos a través del Mar Rojo, y allí se creó el primer cultivo de café. A fines del siglo XVI botánicos y viajeros alemanes, holandeses e italianos comenzaron a enterarse sobre el uso de la bebida, y es un mercader holandés, en 1690, quien la lleva a su país, desde donde comienza su expansión por Europa. En 1723 el capitán Gabriel Mathiewde Clieu introduce la planta en Martinica, en las Antillas, y los holandeses comienzan a enviar arbustosa las Guayanas; de allí paso a Brasil y a Colombia, donde se arraigó.
Después de todo ese recorrido, en el siglo pasado comenzaron a aparecer corrientes médicas que lo consideraron un veneno para la salud, tanto que los médicos lo ponían junto con el cigarrillo y el alcohol. No obstante, varios estudios recientes han mostrado que ese pequeño grano, que ha hecho estremecer la economía colombiana en los últimos años, tiene muchos beneficios para la salud.
Dada la controversia entre la comunidad científica, desde finales del siglo pasado se empezaron a realizar múltiples investigaciones para descifrar en detalle la composición química del cafeto y los efectos que podrían tener sus componentes sobre el organismo.
Si antes se decía que causaba gastritis, que volvía polvo los huesos, que impedía tener hijos, que era adictivo y que ponía el corazón a mil, desde hace unos años pasó a considerarse un fruto casi milagroso para prevenir muchos males.
Hoy la comunidad científica ha revelado que el consumo moderado de café (hasta seis pocillos al día, preparados con seis gramos de café por cada pocillo de 150 centímetros cúbicos) no hace ningún daño y, por el contrario, es muy beneficioso, explica John Duperly, médico internista, PhD en medicina del deporte.
Un estudio realizado por el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos y publicado en la revista The New England Journal of Medicine en mayo de 2012, demostró que el consumo de café puede prolongar la vida. La investigación analizó a más de 400.000 hombres y mujeres de 50 a 71 años, y los resultados dejaron perplejo al mundo entero, pues la ingesta de entre tres y seis tazas de café al día se vio asociada con un descenso en las muertes por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, accidentes cerebrovasculares, cáncer, diabetes, infecciones, lesiones y accidentes.
Unos años antes, en 2007, se había publicado un artículo en la revista Neurology que resumió lo que cualquier consumidor habitual de café sabe: que este fruto ayuda a estar más despierto, mejora el rendimiento físico, el sentido de alerta y que reanima hasta aun muerto (de cansancio, claro está).
Dentro del grano de café
Cuenta la leyenda que cierto día un pastor llamado Kaldí apacentaba su rebaño cerca de un convento; de pronto, notó que sus cabras empezaron a comportarse de una manera muy extraña después de comer los granos que colgaban de un árbol. El pastor recogió algunos de ellos y los cocinó, pero enseguida los tiró al fuego cuando probó una bebida muy amarga. Fue entonces cuando el delicioso aroma de esos granos tostados le hizo pensar en una preparar una infusión diferente, y entonces, ¡milagro! Apareció el café.
Dice el doctor Duperly que en realidad lo que las cabras probaron fue una cereza de café, compuesta principalmente por cafeína, un alcaloide blanco que después de 45 minutos de ingerido está circulando por el sistema sanguíneo, y cuyo efecto perdura por tres o cuatro horas en promedio. Pero este pequeño grano tiene, además de la cafeína, polifenoles, que no son más que los renombrados antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres (moléculas que resultan de procesos comer, respirar, hacer ejercicio y también de la polución y la radiación del medio ambiente, y que dañan las células).
Después de tantas investigaciones, la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA) incluyó la cafeína en la categoría de “GRAS”, es decir, un alimento seguro. La Asociación Médica de los Estados Unidos (AMA) afirmó que el uso de cafeína con moderación en quienes tienen un estilo devida saludable no debe representar un problema de salud.
Negro, cargado, clarito, solo o pintadito: no importa la forma de consumirlo porque siempre sabe bien. Así, no hay motivos para privarse de invitar a los amigos a disfrutar de una buena taza de café, pues si esta bebida es saludable a solas, lo es mucho más cuando se sirve en buena compañía”.
Y para tranquilidad de los que creen que si prueban un sorbo de café se convertirán en adictos, la Organización Mundial de la Salud ha dicho que no existe ninguna prueba de que cause adicción, puntualiza el doctor Duperly. La razón por la que el café es ahora la segunda bebida más consumida en el mundo occidental después del agua embotellada no es porque sea adictivo: es simplemente porque su aroma atrapa y la sensación que deja en el paladar después de degustarlo hace imposible no amarlo para siempre.
Pero, entonces, ¿por qué para unos es el mejor antídoto contra todo y a otros les produce pesadillas? La respuesta está en la genética. Según la nutricionista Gloria María Agudelo, cada quien tiene una sensibilidad individual a la cafeína que depende del peso corporal, la contextura física, la cantidad de café que consuma y la frecuencia con que lo haga. También influye la variedad de grano de café y la forma de prepararlo.
Si aún hay dudas, algo que comprueba que se trata de un alimento seguro es que muchas personas que huyen del café con la excusa de que mancha los dientes (lo cual es cierto), lo consumen sin darse cuenta en dulces, tortas, licores, gaseosas, bebidas energizantes y hasta en medicamentos, pues la cafeína hace parte de algunos de los analgésicos para tratar la migraña que se venden en cualquier farmacia sin prescripción médica.
En Colombia, más del 90% de los hogares colombianos y el 83% de los jóvenes mayores de 18 años toman café. Negro, cargado, clarito, solo o pintadito: no importa la forma de consumirlo porque siempre sabe bien. Así, no hay motivos para privarse de invitar a los amigos a disfrutar de una buena taza de café, pues si esta bebida es saludable a solas, lo es mucho más cuando se sirve en buena compañía.
'
Dejar un comentario