Con practicantes experimentados y principiantes revisamos cuatro aplicaciones para meditar. Estas son algunas conclusiones.
rimero que todo, me hago la pregunta: ¿es correcto llamar “meditación” a los ejercicios que plantean las apps que se ofrecen en el mercado como herramientas para meditar?
Para Mónica Ospina, directora de Happy Yoga Cedritos y meditadora por 12 años, con experiencia en diferentes técnicas, lo que estas apps denominan meditación son más bien prácticas de mindfulnes o atención plena: “una adaptación occidental de las técnicas originales de meditación diseñada especialmente para la atareada mente occidental”, comenta Mónica.
Y continúa: “La mayoría de estas aplicaciones ofrecen relajaciones guiadas con visualizaciones acompañadas de ejercicios de consciencia del cuerpo o ejercicios de respiración. Es más bien una herramienta básica e inicial para una persona que ha tenido poco contacto con su cuerpo en relación con la respiración o para empezar a focalizar la atención sobre lo que sucede en su mente y en su organismo. La meditación, como tradición, va más allá. Busca acallar la mente, conseguir un punto donde no hay pensamiento, llegar a una mente neutra”.
Sin embargo, para los usuarios de estas aplicaciones, las funciones disponibles parecen ser suficientes. A Ivonne Espinoza, que usa HeadSpace, le parece atractivo que las sesiones se clasifiquen por temáticas: “Puedes buscar algo para calmarte, estimular la creatividad, dormir, concentrarte... necesidades específicas. También puedes programar el tiempo de duración y aparte calculan estadísticas de tu actividad, como en cualquier otra app. Eso hace que meditar se convierta en un recurso que puede llegar a mucha más gente alrededor del planeta”.
Es un hecho que el formato crece en popularidad y que es un mercado altamente lucrativo. A continuación cuatro opciones para descargar y probar.
Ventajas y desventajas
Como cualquier novedad, las posiciones a favor o en contra no tardan en aparecer. Todo parece indicar que el estilo de vida es un factor determinante para elegir. Para los usuarios es importante no tener que movilizarse o poder elegir la cantidad de tiempo que invierten en la práctica de la meditación. También hay quienes las usan antes de asistir a meditaciones guiadas presenciales, o antes de probar con ansiolíticos o pastillas para dormir.
Mónica Ospina recalca que estabilizar los niveles de estrés es un proceso que puede durar meses o años: “No hay una pildorita que uno se tome que con hacer pequeños ejercicios unos pocos días o un par de semanas realmente se obtenga un cambio real de vida. Hay que trabajar seriamente, con voluntad, sea una situación mental o emocional simple o una más compleja. Es necesario buscar la compañía adecuada, sea un guía o un especialista”.
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