Pasar al contenido principal
Bienestar Colsanitas

¿Tener o no tener hijos?

Cada vez es más común encontrar mujeres y parejas que deciden no tener hijos. Detrás hay argumentos respetables y que merecen ser contrastados con el deseo, para algunos natural, de procrear. Aquí, dos mujeres nos cuentan por qué sí y por qué no tener hijos.

SEPARADOR

NOTENERHIJOS

NO quiero tener hijos

Texto: Verónica Orozco Abad*

La maternidad nunca fue una meta para mí. Recuerdo con claridad mi colección de Barbies con su propio closet inagotable, con las que recreaba todas las escenas de las novelas que veía. Pero ni en fotos ni en mi mente estuvo haber tenido un bebé de mentiras con el que jugara a ser mamá.

Sin embargo, haber sido educada en un colegio de monjas y pertenecer a una familia tradicional colombiana, es suficiente para crecer convencida de que la realización personal no está completa sin un esposo y unos hijos para querer y cuidar. Eso y la necesidad de encajar decretaron que mi vida sería como la de todo el mundo, aunque algo muy en el fondo no estaba de acuerdo.

Es que no todas las mujeres tenemos material para mamás. Y esto va mucho más allá de tener un útero sano y la edad adecuada. La maternidad es una vida de entrega y devoción por otro; es comerse el cono chorreado, ver la misma película 25 veces y dejar de dormir hasta que no ha vuelto a casa sano y salvo. Es corregirlo con amor para que sea una buena persona, controlar tu instinto asesino cuando otro niño lo molesta y evitar que crezca con tus mismos temores y complejos. Es hacer de tu hijo una mejor persona de lo que eres.

Estoy convencida de que ser mamá va mucho más allá de eso. De que la primera mirada o el primer “mamá” deben despertar un amor nunca antes sentido y verlo hacerse persona debe producir una dicha inexplicable. Pero como para gozar de lo hermoso también tengo que vivir lo doloroso, yo decido seguir sin hijos y quedarme con la curiosidad.

*Abogada colombiana radicada en Miami, donde se dedica a su empresa de contenidos audiovisuales.

SEPARADOR

TENERHIJOS

SÍ quiero tener hijos

Texto: Laila Abu Shihab*

Yo sí quiero ser mamá. Mucho. Pero no quiero que mis hijos sean un accidente, quiero que lleguen cuando de verdad esté lista (física, económica y emocionalmente), no por ceder a la presión del entorno o a lo cultural y políticamente correcto (“ya tienes 34, va siendo como hora, ¿no te parece?”).

Sueño con tener hijos, pero no por ese discurso que a todas tratan de programarnos de manera automática desde que nacemos: el de que la realización femenina está en casarse y reproducirse. No. Yo no creo en el matrimonio como institución ni creo que haya que tener hijos para reafirmarnos como mujeres.

Quiero ser mamá porque siento que no hay un amor más grande, más verdadero, que el de una madre (o un padre) por su hijo. Porque estoy convencida de que es el único amor inagotable, infinito: el amor en las amistades se acaba; en las relaciones de pareja se muere. Porque dudo que uno conozca lo que es el amor de verdad antes de darle la vida a alguien. 

Y no creo en eso de que si tienes hijos se te acaba la vida, se convierte nada más en sacrificios. Quiero pensar, mejor, que la vida sigue y las cosas que hacías antes por ser feliz ahora las seguirás haciendo también para darle felicidad a esa otra personita. Y a mí eso me parece bellí- simo.

Siempre he tenido una conexión muy especial con los niños. No acaban de conocerme y ya empiezan a sonreírme, juegan conmigo, es una complicidad espontánea, deliciosa. Me he ofrecido varias veces para ser niñera de hijos de mis amigos y lo hago porque me encanta pasar tiempo con ellos, porque me gusta que me enseñen, porque me ponen a prueba y, sobre todo, porque me dan la oportunidad de ser niña de nuevo. Pero tengo muy claro que no todas sentimos lo mismo. Tal vez sea una cuestión de genes. No todas nos derretimos cuando cargamos a un bebé, cuando nos ensuciamos con un niño. Y más vale. ¡Qué aburrido sería si todas sintiéramos lo mismo!

*Periodista y politóloga. Administra el blog Puntos de quiebre y prepara su primer libro de crónicas de viaje.

SEPARADOR