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Bienestar Colsanitas

Enfermedades respiratorias en niños

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1.

Los niños sufren con frecuencia enfermedades respiratorias, que van desde un simple resfriado hasta una neumonía severa. Esas enfermedades son las Enfermedades Respiratorias Agudas (ERA). Se pueden localizar en la parte alta de sistema respiratorio: nariz (rinitis), faringe (faringitis), laringe (laringitis) y tráquea, o en su parte baja: bronquios y pulmones (bronquitis, bronquiolitis, bronconeumonía o neumonía).

2.

En los niños las ERA son causadas en su mayoría por infecciones por virus y con menor frecuencia por bacterias. Cada vez que se enferma, el niño produce anticuerpos (defensas) contra el virus específico, pero que no sirven para otros virus. Tampoco existen medicinas adecuadas para ellos, excepto en casos muy serios. El tratamiento en estos casos busca reducir los síntomas mientras el organismo produce los anticuerpos que lo defienden.

3.

Cuando un virus o bacteria entra al aparato respiratorio, este se defiende primero aumentando el moco que normalmente lo lubrica, buscando evitar que entre a las células y sacarlo del organismo. Éste trata de expulsar los mocos por medio de estornudos, pero si no lo logra y la infección avanza, se inflama la mucosa nasal y notamos la nariz tapada, síntomas de un resfriado. Como los gérmenes no se quedan en un solo sitio, siguen invadiendo el aparato respiratorio, primero provocando dolor de garganta, carraspera o sensación de ardor. Después afectan la laringe y las cuerdas vocales, generando ronquera o tos seca.

4.

En cualquiera de estos casos el tratamiento busca suavizar los síntomas y se limita a dar muchos líquidos y bebidas que alivien la garganta, como té o limonada con miel, y lavados nasales para limpiar el exceso de secreciones.

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5.

El comportamiento del organismo para liberarse de los virus o bacterias es igual en la parte baja, solo que la tráquea y los bronquios se pueden considerar como un sistema de tuberías: tubos que se van dividiendo en tubos más pequeñitos y al final de cada uno hay una bolsita, el alvéolo, donde se realiza el intercambio de oxígeno. Si la tos no logra expulsar los gérmenes y el virus o bacteria entran a la tráquea o los bronquios e inflaman su mucosa, los tubos se estrechan, y cuando entra aire se produce un ruido parecido a un silbido. Además se dificulta la llegada e intercambio de oxígeno, de manera que hay sensación de ahogo. Estos síntomas son los que se observan en las traqueítis, bronquitis y bronquiolitis.

6.

Como la tos es una defensa del organismo que busca expulsar los gérmenes que lo infectan, no es adecuado inhibirla con jarabes antitusivos, pues las secreciones quedan atrapadas en los bronquios y alvéolos, donde pueden producir infecciones más severas conocidas como bronconeumonía y neumonía.

7.

Los niños deben ir a examen médico cuando tienen tos, silbidos o ruidos en el pecho (como una olla hirviendo) que sugieran secreciones, o cuando tengan problemas para respirar como respiración rápida, pujo o tirajes (la piel se hunde debajo de las costillas).

8.

Durante los primeros 5 o 6 años los niños tienen muchas infecciones respiratorias, pues todavía no han creado su archivo inmunológico, es decir, las defensas contra los diferentes tipos de gérmenes. Esto se acentúa porque están en contacto con otros niños, que se enferman con frecuencia y se trasmiten los gérmenes al toser, limpiarse los mocos con las manos y prestarse juguetes. Por esto es recomendable que los niños que tengan síntomas de infección respiratoria no vayan al jardín ni jueguen con otros niños, y sobre todo que ellos y los adultos que los acompañen se laven con frecuencia las manos.

9.

Hay otros cuidados preventivos: es importante que la dieta del niño tenga frutas, que juguetes de felpa y libros se limpien con frecuencia para quitarles el polvo. Solo hay que rechazar las mascotas cuando los niños tengan alergias comprobadas. Ponerles bufandas y pasamontañas que tapen la nariz y la boca no tiene mucho efecto como método de prevención; tampoco hay que obsesionarse con evitar que el niño respire aire frío, pues los cornetes de la nariz se encargan de calentar el aire. Sin embargo, en los niños que sufren de asma, o en los que ya tienen una infección, las bufandas son útiles para prevenir que el aire frío, al entrar por la boca, produzca una crisis de tos.

10.

En los niños prematuros una enfermedad respiratoria aguda puede ser de evolución más severa, por lo que en algunos casos es recomendable la vacuna contra el virus sincitial respiratorio, que produce bronquiolitis, y cuando afecta a un bebé prematuro puede facilitar el comienzo del asma.

 

*Entrevista a Ruby Luque, pediatra adscrita a Colsanitas.

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Katherine Ríos

Escritora. Autora del libro Los abrazos de Alicia (Editorial Robot).