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Bienestar Colsanitas

Cinco soluciones para el mal aliento

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Suena la alarma, empieza otro día, suspiramos y… ¡uf, que olor! Casi siempre, tras el primer bocado de comida se va el problema, pero un amplio porcentaje de la población mantiene ese mal aliento todo el día, y no se trata de química natural. Estas son las principales causas de la halitosis, y unas posibles soluciones.

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ala higiene. Se tiende a culpar al hígado o al estómago, cuando en realidad el 90 por ciento de las veces la causa del mal aliento está en la boca, afirma el doctor Fernando Barriga, odontólogo de la Unidad Médica Cecimin. Si el aseo bucal no se hace meticulosamente, las bacterias que se encuentran en la boca comienzan a descomponer los restos de alimentos que han quedado ocultos en los espacios interdentales o en la lengua y emiten unos gases olorosos. Se calcula que en un centímetro de lengua hay cien bacterias; es decir que en los diez centímetros que tiene en promedio habría unas mil bacterias, mal contadas. Por eso, hay que limpiar la lengua desde la punta hasta la parte posterior. Una lengua sana y limpia jamás luce blanca ni amarilla, siempre debe verse rosada.

Falta de saliva. La saliva no solo es útil para ayudar a digerir los alimentos, sino que lubrica y ayuda a combatir los gérmenes que entran por la boca. Como ocurre con cualquier desinfectante, cuanta más saliva se produzca, más aséptica y fresca estará la boca.

Uso de prótesis dentales. Los puentes, los aparatos de ortodoncia, las prótesis fijas o removibles y hasta las calzas en mal estado complican la eliminación de todos los restos de comida con el cepillo. Si bien en el mercado existen múltiples soluciones (enhebradores, palillos, cremas y escobillas) que se ajustan a todas las necesidades, de nada sirven si no se usan como deben ser. Es el odontólogo quien determina qué productos usar en cada caso.

Infecciones. Un absceso dental, la sinusitis o una amigdalitis bacteriana, además de dolor, fiebre y otras molestias, provocan mal aliento. Existen otras enfermedades crónicas como la diabetes en estado avanzado, la insuficiencia renal o el cáncer que también generan un olor particular en el paciente.

Ciertos alimentos. Es obvio que la ingesta de ajo, cebolla, café, sardinas y condimentos fuertes generan un olor característico mientras se absorben en el tracto intestinal, lo que puede durar hasta 72 horas. La alternativa es reducir su consumo o hablar a distancia con los demás. El tabaquismo también genera un olor característico, que incluso puede llegar a enmascarar la halitosis, pero la solución es más compleja porque la nicotina se acumula en la superficie de dientes, encías y lengua; además, acelera el crecimiento de las bacterias porque impide que los tejidos tengan buena oxigenación.

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Se calcula que en un centímetro de lengua hay cien bacterias; es decir que en los diez centímetros que tiene en promedio habría unas mil bacterias, mal contadas. Por eso, hay que limpiar la lengua desde la punta hasta la parte posterior”.

 

Soluciones a pedir de boca

• Dientes limpios siempre, con cepillo, hilo y enjuague bucal.

• Desayuno. Además de dar energía, borra el mal aliento de la noche.

• Hidratación. Tomar agua durante el día mantiene los gérmenes bajo control.

• Frutas y verduras. Incrementan la flora bacteriana que de forma natural combate los gérmenes que ingresan a la boca.

• Visitar al odontólogo. Control y una limpieza profesional cada seis meses es fundamental para remover la placa y los cálculos, que facilitan el mal aliento.

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