Le explicamos cómo disponer correctamente de sus desechos para proteger el medioambiente.
Siempre que se habla de proteger el medioambiente a través de acciones cotidianas pensamos en separar los residuos no reciclables de los reciclables; la “basura” por un lado y el papel, cartón y plástico, por el otro.
Ciertamente es una acción útil, pero hasta cierto punto. Disponer correctamente de todos los residuos que producimos en el hogar pasa por hacer una distinción más clara sobre cada uno de ellos, que permita aprovecharlos y evitar que se conviertan simplemente en basura dividida en dos canecas.
¿Cómo “desechar” cada residuo? Hicimos una pequeña guía para que sepa cómo separar y dónde disponer correctamente cinco tipos de residuos.
1. Residuos orgánicos
Cuando cocinamos, pelamos papas, cortamos tomates o quitamos el tallo de las espinacas. Todos esos residuos, junto a los restos de comida del día anterior y el papel higiénico usado van a parar a la bolsa negra. A la basura. Y de ahí, al botadero.
Millones de personas en Bogotá realizan esta misma acción diariamente que representa más de 7.500 toneladas de residuos que llegan al relleno sanitario Doña Juana. De todas esas toneladas, sin embargo, al menos el 60 % son residuos orgánicos perfectamente aprovechables a través del compostaje.
El compostaje es el proceso que permite transformar de manera segura estos residuos orgánicos en abono: permite devolverle a la tierra todos los productos que nos dio. Las cáscaras y semillas de alimentos, tallos y hojas secas de las plantas del hogar, barridos del suelo y residuos del lavaplatos pueden ser compostables. Incluso bolsas de papel, tisanas, cubiertos de madera y cepillos de dientes de bambú… Un montón de productos que si no separamos y aprovechamos, terminan generando gases de efecto invernadero en los botaderos.
Más compost, Menos basura es un programa de recolección y gestión de residuos orgánicos que desarrolló esta guía para identificar qué es compostable y qué no. Este programa recoge todas las semanas los residuos orgánicos producidos en el hogar para procesarlos y después de un tiempo devolver el abono que se produjo con esos residuos.
Por supuesto también se puede hacer compostaje en casa. En internet hay numerosos videos explicando el paso a paso. Lo único que necesita es un balde, material seco y las ganas de cambiar sus acciones para cuidar el planeta.
2. Residuos textiles
La industria textil es una de las más contaminantes, según la ONU, pues la producción textil es la responsable global del 20 % de las aguas residuales y del 10 % de las emisiones de carbono. Pero además, es un material difícil de aprovechar, que puede durar hasta 200 años generando gases cuando se desecha inapropiadamente.
Aprovechar la ropa y los productos textiles, sin embargo, no es misión imposible. Quizá lo primero a tener en cuenta es consumir menos, comprar lo estrictamente necesario y hacerlo durar. Si definitivamente esas prendas que tiene no aguantan un uso más o simplemente ya no las usa y quiere que sean aprovechadas, existen otras opciones para reciclarlas:
Buscarle otros usos en el hogar: prendas en mal estado pueden convertirse en trapos para limpiar, en relleno de almohadas o en muñecos.
Intercambiar: con amigos y familiares o en la comunidad. Hay páginas en Facebook de trueques por localidad.
Compostar: las prendas hechas en un 100 % de algodón pueden ir al compostaje.
ONG Clothe Moda Sostenible es una fundación que recibe todo tipo de material textil: prendas en buen o mal estado, cortinas, cobijas y tapetes. Y la metodología es bastante circular. Se puede ir a comprar ropa de segunda que está en buen estado,
intercambiar o donar. Incluso reciben prendas en mal estado que pueden convertirse en otro tipo de productos, como tulas y bolsas. Y las que ya no puedan ser usadas son incineradas de forma controlada.
Falabella Colombia, en alianza con el Minuto de Dios, instaló unas urnas en sus tiendas para depositar textiles, en buen o mal estado, con el propósito de aprovecharlos.
3. Aceite de cocina usado
Desechar el aceite usado por el lavaplatos es una pésima idea, pues cuando las grasas se solidifican al enfriarse, generan taponamientos en la red de alcantarillado. Además, un solo litro de aceite puede contaminar 1.000 litros de agua y cuando estos residuos llegan a los ríos, se quedan en la superficie e impiden el paso de la luz solar y del oxígeno.
Disponer correctamente del aceite usado, por otra parte, es muy sencillo:
1. Después de cocinar, déjelo enfriar.
2. Envase el aceite en una botella de plástico.
3. Limpie con papel absorbente los recipientes que usó antes de lavarlos.
4. Guarde la botella hasta llenarla por completo.
5. Llévela a los lugares de acopio dispuestos para estos residuos.
En Bogotá hay varios puntos de recolección de la Alcaldía Distrital y las alcaldías locales que encuentra aquí. También existe Manos Verdes, un programa que se encarga de cerrar el ciclo del aceite de cocina usado y garantizar que se transforme en biocombustible. Tienen puntos de recolección en varios municipios del país, muchos de ellos ubicados en tiendas D1. En este mapa puede encontrar el más cercano a su hogar.
Desde hace un tiempo Más compost, Menos basura está recibiendo también los envases con aceite de cocina usado para entregarlo a sus aliados y de esta manera cerrar el ciclo de otro producto altamente contaminante.
4. Baterías
Las baterías están compuestas por algunos metales pesados como el mercurio, cadmio y plomo, que pueden convertirse en residuos peligrosos con altos riesgos para la salud y el medioambiente. Estos residuos no deben ser mezclados con el resto de desechos del hogar ni botados con la basura que va a los rellenos sanitarios, pues al entrar en contacto con el suelo y el agua, pueden generar una gran afectación al ambiente.
Disponerlos correctamente, permite que se cierre el ciclo de vida de este producto y se le dé un manejo ambientalmente adecuado. Para ello existe Pilas con el ambiente, un programa que nació en 2010 como una iniciativa de la ANDI para recolectar, transportar y gestionar las pilas y acumuladores usados. Actualmente se encuentran en 26 ciudades del país con varios puntos de recolección, algunas ubicadas en tiendas Foto Japón, droguerías o supermercados.
Para disponer de sus baterías usadas lo único que debe hacer es agrupar las pilas que ya no funcionan y depositarlas en alguno de los contenedores de Pilas con el Ambiente. Ellos se encargarán de separar los componentes de las baterías para integrarlos de nuevo a procesos productivos.
¿Qué baterías puede desechar por este medio? Alcalinas, de zinc carbón y recargables, pilas domésticas (en formatos AA, AAA, C, D, 9V, 6V), pilas de botón, baterías de celular y de computadores portátiles.
5. Bombillos
Anualmente, en toda Colombia se desechan más de 8.000 toneladas de bombillos. Y al igual que las baterías, los bombillos están compuestos de elementos tóxicos que si terminan en rellenos sanitarios pueden lixiviar hacia aguas superficiales o subterráneas.
Lumina es la unión de varias empresas productoras, importadoras y comercializadoras de bombillas que se unieron en 2011 para implementar un sistema de recolección y gestión ambiental de residuos de bombillas, a través del aprovechamiento de casi el 100 % de los residuos de iluminación que reciben en sus puntos de acopio.
Para gestionar correctamente los bombillos que ya no funcionan, lo único que debe hacer es llevarlos a uno de los puntos de acopio ubicados en más de 70 ciudades del país. Puede llevar tus bombillos compactos, fluorescentes y de alta intensidad.
¿Alguna vez imaginó que pudiera ser tan fácil darle una segunda vida a sus “desechos”?
Dejar un comentario