La única forma de no padecer de guayabo es no consumir alcohol. Sin embargo, la gente ha ido inventando trucos caseros para poder tomar sin sufrir al día siguiente.
n estudio publicado por el British Medical Journal en 2005 concluyó que no hay mezclas, recetas o medicamentos completamente efectivos contra la resaca o guayabo: la única manera de no padecerlo es no tomar alcohol, o hacerlo con moderación. Sin embargo, mucha gente recurre a trucos y remedios caseros para curar el malestar que queda después de una noche de copas. Aquí repasamos unos cuantos y los consultamos con especialistas.
Cerveza fría
Para entender por qué aparece ese terrible remordimiento después de unas copas, acompañado de dolor de cabeza, sed, malestar estomacal, temblor general, sensibilidad a la luz o al ruido, hay que dejar claro que el guayabo no es más que una intoxicación por el consumo de alcohol etílico. Los síntomas obedecen a la pérdida de agua y electrolitos en el organismo. Al ingerir cerveza se repone parte del agua perdida, carbohidratos, vitaminas del complejo B y polifenoles, entre otros nutrientes, y esto genera cierto alivio . No obstante, la cerveza contiene alrededor de 3,9% de alcohol, lo que retarda la desintoxicación del organismo. En otras palabras, ingerir más alcohol no mejora la resaca, como muchas personas creen equivocadamente: solo la pospone.
Refajo
Esa original mezcla colombiana, que combina lo amargo de la cerveza con lo dulce de la gaseosa, es muy popular para calmar la sed, acompañar las carnes y también se emplea para moderar la descompensación orgánica que causa el consumo de alcohol. Ambas bebidas hidratan porque tienen agua. La gaseosa, además, contiene azúcar, y la cerveza lleva minerales, vitaminas, maltodextrinas (azúcares que se metabolizan lentamente y liberan poco a poco unidades de glucosa en la sangre) y polifenoles. Por eso a muchas personas les ayuda a manejar la resaca. Más de uno o dos vasos aumenta la cantidad de alcohol en la sangre y podrá hacer olvidar las molestias. Pero recuerde: tarde o temprano tendrá que enfrentar el malestar del temible guayabo.
Caldos (de costilla, de pajarilla)
La absorción y la metabolización del alcohol en el cuerpo depende de factores como el género, la contextura corporal, la raza, la sensibilidad individual hacia el alcohol y el funcionamiento del hígado y los riñones. También depende del tipo de bebida y si se toma con el estómago vacío o lleno, aclara Eduardo Low, coordinador del Centro de Evaluación en Medicamentos y Tecnologías en Salud de Colsanitas. Por eso, unas personas sienten morirse al día siguiente a la fiesta, y otras apenas sienten malestares ligeros. Ahora bien, en cuanto a los caldos, no es que sean milagrosos para el guayabo, lo que ocurre es que la sal, las papas, la carne y el agua le dan al cuerpo hidratación y sales minerales, mejorando un poco los síntomas del guayabo.
Jugo de tomate
El alcohol es diurético, es decir, favorece la eliminación sales minerales a través de la orina. También es un depresivo del sistema nervioso central (hace que trabaje más lento) y tiene efecto tóxico en órganos como el hígado, explica Víctor Idrovo, médico internista y hepatólogo. El tomate tiene elementos que resultan muy benéficos cuando se ha bebido más de la cuenta porque contiene potasio, fósforo y magnesio, que son indispensables para el funcionamiento del sistema nervioso central; también es fuente de vitamina del complejo B, E, C y A, que actúan como desintoxicantes. Para muchos el Virgin Mary (jugo de tomate con apio, jugo de limón y pimienta, sin vodka) es la salvación por las mismas razones: hidrata y repone minerales, glucosa y otros nutrientes. Además, el tomate contiene licopeno, un potente antioxidante capaz de neutralizar los residuos de la oxidación del alcohol, es decir, los desechos que van saliendo del hígado.
Suero oral o bebidas con electrolitos
El malestar del día después de los tragos se produce básicamente por la deshidratación y la pérdida de electrolitos en el organismo. Lo único que hacen estas bebidas o soluciones es reponer las sales minerales y el agua perdida. De ahí que también se emplean para tratar la deshidratación por diarreas crónicas o después del ejercicio extenuante. Hasta el momento no hay estudios científicos que comprueben que la ingesta de bebidas isotónicas, es decir las que rehidratan y permiten recuperar carbohidratos (bajo la forma de azúcares, sacarosa, glucosa y electrolitos, sodio y potasio) tengan un efecto negativo después de consumir alcohol. Lo que se ha establecido es que este tipo de bebidas alivian el malestar del guayabo al darle al cuerpo parte de los nutrientes que perdió mientras el organismo se encarga de procesar y eliminar el alcohol.
Acetaminofén
Según el doctor Idrovo, algunas personas buscan un alivio rápido por medio de analgésicos comunes para aliviar el dolor de cabeza y el malestar general, pero hay que tener cuidado porque la combinación de acetaminofén con alcohol pueden causar un mayor daño al hígado, sin olvidar que muchos de estos analgésicos (como el ácido acetil salicílico o el ibuprofeno, entre otros) tienen efectos secundarios como sangrados digestivos.
Complejo B
Tal como lo resumieron los investigadores del British Medical Journal, una vez que se desencadena el guayabo no hay nada capaz de detenerlo. Algunos optimistas usan las cápsulas de complejo B antes y después de beber para no tener que pagar el precio de los excesos. No obstante, la vitamina no detiene la absorción de alcohol ni sus efectos. El alcohol se elimina a una velocidad de siete gramos por hora y es imposible acelerar ese ritmo. La única utilidad de esta vitamina es su aplicación por vía intramuscular en casos graves para acortar, que no eliminar, los efectos secundarios de una intoxicación etílica.
Un tinto bien cargado
El alcohol dilata los vasos sanguíneos del cerebro, lo que produce el terrible dolor de cabeza del día después. La cafeína posee propiedades vasoconstrictoras (cierran los vasos sanguíneos) y, por eso, contrarresta los efectos del alcohol y hasta se emplea en medicamentos para la migraña. Por último, el café ayuda a relajar los músculos e incrementa la capacidad de estar alerta, precisamente lo que se necesita cuando se está en pleno guayabo.
Indicaciones
Para los estándares médicos más serios, tomar con moderación significa un trago para las mujeres y dos para los hombres; esta cantidad, se ha demostrado, incluso trae algunos beneficios para la salud. Un trago se define como una botella de cerveza de 12 onzas (340 ml), un vaso de vino de 5 onzas (140 ml) o una onza y media (40 ml) de un trago de licor (ron, vodka, whisky…). Si se pasa del límite recomendado, aún es posible minimizar los estragos del alcohol con los consejos de los expertos del Centro para el Control y Detección de Enfermedades (CDC) y del Instituto Nacional para la Salud (NIH) de los Estados Unidos: • Beba mucha agua. Evite la deshidratación tomando un vaso de agua entre un trago y otro. • Pida los tragos en las rocas, con bastante hielo, y bébalos lentamente. A medida que el hielo se derrite se diluye también el contenido del alcohol. Mientras más lentamente lo tome, más tiempo tendrá de metabolizarlo y consumirá menos alcohol. • Evite las bebidas carbonatadas (con gas), que aumentan la tasa de absorción del alcohol en la sangre. En vez de las bebidas carbonatadas, mezcle el alcohol con agua o con jugo de frutas.
• Escoja la bebida que le cause menos efecto. Por lo general, la cerveza y los licores claros, como el vodka o la ginebra, causan menos estragos que los licores a base de malta, como el whisky, o la caña de azúcar, como el ron.
• Beba con el estómago lleno. Es importante comer antes de consumir alcohol porque los alimentos retrasan el proceso de absorción del alcohol. Si bien es cierto que la comida grasosa es la que más retarda la llegada de los productos de la degradación del alcohol a la sangre, tomar dos cucharadas de aceite antes de beber, como hacen algunas personas, no evitará el guayabo. Lo mejor es comer carbohidratos, como un plato de pasta, una hamburguesa sencilla o una sopa.
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