Sus pasiones son la actuación, la cocina y ayudar a los demás. Tiene un restaurante y una fundación para personas que, como ella, han sufrido quemaduras.
ació en Venezuela, pero su vida como modelo y actriz la ha llevado a vivir en varios países del mundo. Mientras se hacía un nombre sobre las pasarelas de Francia e Italia, descubrió que lo mejor para el pelo es lavarlo todos los días y que la comida no es un pecado para el cuerpo.De ese amor por la cocina nació Malú, un restaurante en Bogotá con una filosofía de cuidado por el medio ambiente. “Siempre buscamos que nuestra comida sea saludable y que los proveedores tengan algún proyecto de responsabilidad social o ambiental”.
"Una explosión en la cocina le dejó quemaduras de segundo y tercer grado en el rostro, cuello, pecho y brazo derecho".
En 2010 sufrió un accidente doméstico que la llevó a replantear su vida. Una explosión en la cocina le dejó quemaduras de segundo y tercer grado en el rostro, cuello, pecho y brazo derecho. Hoy, después de varios injertos y cirugías, su piel es su bien más preciado: la cuida con una buena hidratación y con productos de belleza libres de experimentación con animales.
Hace cuatro años creó, junto a una cirujana plástica y otra sobreviviente a quemaduras, la Fundación INTI, que brinda apoyo financiero y psicológico a quienes han sufrido quemaduras.
Su vida gira en torno a sus pasiones: la cocina, la actuación y la labor social. Para mantener el ritmo, empieza el día meditando por veinte minutos, y al menos dos o tres veces a la semana, hace yoga y pilates para fortalecer el cuerpo
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