Deportistas, pilotos y personal de seguridad usan el entrenamiento visual para mejorar la percepción de profundidades espaciales, formas y tamaños, la memoria visual, entre otras, y así desarrollar todo el potencial del sistema visual.
n julio de 2014, pocos días después de que Alemania alzó la Copa Mundial de Fútbol que muchos pronosticaban sería para Brasil, se supo que los jugadores de la arrolladora selección campeona tenían una serie de ejercicios visuales incluidos en su programa de entrenamiento.
¿Acaso eran miopes? ¿Estrábicos o bizcos? ¿Sufrían de astigmatismo? No, tal vez alguno tenga un problema que se resuelva con lentes de contacto, pero no más que eso. Simplemente, las directivas del equipo quisieron que siguieran un entrenamiento visual para que fueran más competitivos.
“Las habilidades basadas en la percepción visual son imprescindibles en la elaboración de las respuestas motrices, para optimizar el rendimiento de atletas y deportistas. Algunos deportistas dicen que al mejorar la concentración visual, el balón se percibe al doble de su tamaño, se mueve a la mitad de su velocidad y el campo visual parece ser más grande de lo usual, lo que mejora su confianza en el campo de juego”. Esa es la explicación de los expertos de Eyebix, un centro de entrenamiento de habilidades visuales que hace poco abrió sus puertas en Bogotá.
Fotografías cortesía de Eyebix
El dato
En promedio, después de diez sesiones se empiezan a ver los resultados: la velocidad de reacción y la coordinación ojo-mano mejora un 20 % por ejemplo.
Los ejercicios se enfocan en mejorar la percepción de profundidades espaciales, la memoria visual y la velocidad de respuesta y de movimientos oculares, la agudeza visual y la percepción de formas y tamaños, entre otros aspectos.
Por ahora, en Colombia el entrenamiento visual está dirigido a cuatro públicos específicos: deportistas aficionados y de alto rendimiento, conductores de automóviles y pilotos, personal de seguridad y miembros de fuerzas militares y niños con problemas de aprendizaje.
Sí, los pilotos necesitan entrenamiento ocular. “Contar con una visión 20/20 no significa tener una visión periférica perfecta ni una velocidad de reacción adecuada. Por ejemplo, el entrenamiento les permite cambiar de foco —de cerca a lejos y viceversa— mucho más rápido y sin ver borroso. En Colombia hasta ahora estamos descubriendo el enorme potencial de esta técnica, pero en países como Estados Unidos, Inglaterra, Australia y Corea del Sur ya es algo masivo”, dice la optómetra.
En promedio, después de diez sesiones se empiezan a ver los resultados: la velocidad de reacción y la coordinación ojo-mano mejora un 20%, por ejemplo. Esta y otras mejoras son cuantificables a través de un moderno software que incluso permite hacer algunos ejercicios en casa, con una intensidad mínima de dos veces por semana.
Señales de alerta
Hay varios síntomas que indican que algo no funciona bien en nuestro sistema visual. Algunos de ellos son: visión borrosa, calcular mal las distancias y los relieves, malestar y cansancio visual después de pasar un tiempo frete al computador o viendo televisión, escribir muy cerca del papel, parpadear mucho, hipersensibilidad a la luz, añadir, saltarse e invertir palabras al leer, dolor de cabeza y dificultad para concentrarse o para caminar, movimientos torpes.
*Periodista colombiana, colabora en diferentes medios.
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