En el cuerpo femenino existe un órgano cuya función exclusiva es el placer, pero es poco lo que se conoce sobre él en comparación con el órgano sexual masculino.
El clítoris está ubicado en el aparato genital de las mujeres y otros cuerpos con vulva, se erecta con la excitación sexual y tiene un capuchón formado por una extensión de los labios vaginales menores. Eso es todo lo que se ve y la mayoría de mujeres conoce: un pequeño y escondido bulto que crece con la estimulación. Pero hay más y debería conocerse.
“El glande tiene una porción interna que es el cuerpo del clítoris, y que a su vez se proyecta lateralmente en dos estructuras cilíndricas llamadas cuerpos cavernosos”, explica Alexandra Caballero, médica magíster en salud sexual y reproductiva.
El clítoris completo tiene un tamaño aproximado de 12 centímetros y en esa pequeña área hay 8.000 terminaciones nerviosas que lo convierten en el único órgano del cuerpo humano cuya función exclusiva es el placer. Eso lo hace muy eficiente en esa tarea si lo comparamos con el órgano sexual masculino. El pene, en un área más grande, tiene 4.000 terminaciones nerviosas y su uso no está circunscrito al sexo exclusivamente.
Pero son numerosas las similitudes entre el clítoris y el pene. En realidad, “los genitales femeninos y masculinos no tienen diferencias hasta la sexta semana del desarrollo embrionario dado que se forman del mismo tubérculo genital”, explica la doctora Caballero. Más tarde, con el influjo de las hormonas, se inician los cambios. Si los niveles de testosterona son bajos, las gónadas se quedan en el abdomen y forman los ovarios, si los niveles son altos, descienden y se forman los testículos. Luego vienen las similitudes más evidentes: ambos tienen glande y capuchón.
La principal similitud entre el pene y el clítoris, sin embargo, es que son órganos eréctiles que responden a la excitación sexual, que puede darse a través del tacto o de otros estímulos.
El redescubrimiento
Durante siglos se han llenado libros de anatomía explicando el pene y es poco lo que se ha dicho sobre el clítoris. Básicamente, porque hace muy poco el conocimiento se abrió y masificó.
Cuenta Caballero que el clítoris fue descrito en 1844 tal y como lo conocemos hoy en día, pero aparentemente en 1948 lo sacaron de la ‘Anatomía de Gray’, el libro de referencia con el que se formaron los médicos y duró perdido durante décadas. El cuerpo y el placer femenino siempre han sido reprimidos y asociados a la culpa.
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis es conocido como el enemigo del clítoris. Primero porque dijo que las mujeres teníamos envidia del pene, “y quién va a envidiar un órgano que tiene una cabeza grandísima con 4.000 terminaciones nerviosas cuando nosotras tenemos uno más pequeño con 8.000”, dice Caballero.
Luego, hizo una distinción de los orgasmos vaginales y los clitoridiales, señalando que los primeros eran “maduros” y los segundos “inmaduros”, como quien dice que el orgasmo femenino está supeditado al pene. Hoy en día sabemos que todos los orgasmos son clitoridiales porque internamente el clítoris abraza el primer tercio de la vagina y puede ser estimulado a través de la penetración.
Además, según explica Pilar Aguirre Lobo-Guerrero, sexóloga adscrita a Colsanitas, solo el 40 % de las mujeres consiguen el orgasmo exclusivamente con penetración, el resto, necesitan la estimulación del clítoris, “¿y vamos a decir que el 60 % de las mujeres son inmaduras?”, comenta la especialista.
En 1998, la uróloga australiana Helen O'' Connell comenzó a hacer estudios con resonancias magnéticas nucleares del clítoris y en 2005 publicó sus hallazgos: describió por primera vez la anatomía completa de este órgano, hace apenas 17 años.
Que los órganos sexuales masculinos sean externos ha posibilitado conocerlos y reconocerlos con mayor facilidad, pues los hombres pueden tocarlos fácilmente y jugar con ellos tempranamente. Por eso la sexóloga Aguirre Lobo-Guerrero siempre sugiere a sus pacientes que pongan un espejo frente a su pubis y comiencen a explorarse. No solo puede convertirse en una práctica saludable, porque permitirá identificar anomalías de manera oportuna, sino que puede ser también una experiencia enriquecedora. Conocer el propio clítoris es el comienzo de una vida de placer.
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