Se estrena en Colombia la plataforma de streaming que ocupa el tercer lugar en número de usuarios en todo el mundo.
n octubre de 1975 George Lucas tenía una úlcera tan grande como un balón de fútbol. Estaba desesperado por ser como su ídolo, Francis Ford Coppola, un director convertido en emperador gracias al éxito de crítica y taquilla de sus dos primeras partes de El padrino. A sus 31 años Lucas sólo había hecho dos películas, THX, una alucinación futurista apreciada en estrechos círculos de arte y ensayo y American Graffiti, un fenómeno de taquilla que apelaba a la nostalgia por los años cincuenta.
El plan de Lucas era hacer una película que diera mucho dinero y luego conseguir la independencia financiera para hacer una obra personal, íntima, que lo catapultara como un artista, una obsesión que caracterizó a su generación y que fue conocida como el Nuevo Hollywood. Directores como Scorsese, Peter Bogdanovich, Michael Cimino o Dennis Hopper le quitaron por unos años el timonel a los viejos dueños de las compañías e impusieron su credo. Un cine difícil de ver, humano, cuyas películas, a pesar del medio siglo que tienen, no han envejecido un día.
Entonces Lucas presenta su pastiche espacial, una mezcla de las viejas películas de samurai con trucos de la Ciencia Ficción, un género menor que hasta ese momento, y a pesar del 2001 de Kubrick, apenas tenía respetabilidad. Con la ayuda de Coppola, consiguió cinco millones de dólares para empezar a rodar. Consiguió a actores desconocidos hasta la fecha, un tal Harrison Ford, una fulana Carrie Fisher. Las primeras copias que se vieron fueron fatales. Hasta su esposa, Marcia Lucas, reconocida montadora de clásicos como Taxi driver, se burló de esos perros que hablaban, de esa tontería incongruente de peleas con espadas láser y muñecos feos. Fue una tortura para Lucas.
"En Estados Unidos Disney Plus ya ocupa el tercer lugar de plataformas globales con 60,5 millones de usuarios".
En ese momento la película que podría barrer con la taquilla mundial era la ambiciosa Apocalipsis now pero Coppola tenía atorado ese barco en Filipinas en una filmación infernal. Los productores no creían en Star Wars y para que fuera estrenada Lucas tuvo que hacer una jugada que todos juzgaron como delirante: no recibiría un solo dólar por los ingresos que generara esa película pero tendría el control de todos los productos y las secuelas que se generarían a partir de ella. En una época donde la única saga que se conocía era la de la familia Corleone, sus amigos creyeron que Lucas estaba loco.
Pero no, cuarenta y tres años después de su estreno Star Wars se convirtió en tres trilogías, cuatro series de televisión, innumerables secuelas y todo su merchandising ha vendido miles de millones de dólares. Solamente la primera película de la última trilogía, El despertar de la fuerza, hizo 2.068 millones de dólares en ganancia a nivel mundial. Lo triste es que Lucas no hizo su propia productora sino que terminó condenado a hacer secuelas de Star Wars. En el año 2012 Disney le compra a Lucas Film los derechos de las sagas por 4.000 millones de dólares, una jugada que, años después, vendría a desequilibrar la pelea por las plataformas de streaming.
A un año de su lanzamiento en Estados Unidos Disney Plus ya ocupa el tercer lugar de plataformas globales con 60,5 millones de usuarios, justo por debajo de Netflix, que manda con 192 millones y Prime Video con 150. Una de las razones es que la única manera en la que los fanáticos de Star Wars pueden ver una y otra vez a Yoda y R2D2 es usando la plataforma. La otra es que The Mandalorian, el producto estrella del canal, arrasa en popularidad. La figura del Baby Yoda y el cuidado feroz de su guardaespaldas, encarnado por el gran actor chileno Pedro Pascal, conmueve hasta a los que no somos seguidores de la saga.
"En el año de la pandemia, los colombianos encerrados en sus casas han aumentado en un 44 % el consumo de plataformas".
Disney llegará a Colombia el próximo 17 de noviembre pisando duro no sólo por las trilogías de George Lucas sino por el encanto de Pixar. La compañía, creada por Steve Jobs en 1988, tiene en su haber las cuatro Toy Story. Sí, los adultos las amamos pero, ¿alguno ha podido ver el impacto que tiene en los niños? Tengo una sobrina de dos años que lleva, la mitad de su vida, viendo incesantemente el arranque de la tercera parte, esa donde Andy despliega toda su imaginación jugando a que Woody y Buzz rescatan en el último minuto a un tren lleno de huérfanos que se desgonza en el vacío. Desde hace unas semanas mi hermana no la encuentra. Muy a su pesar, deberá sumarle Disney a sus plataformas si espera tener un poco de paz los mediodías.
Y así nos tocará a los que queremos ver en la mejor calidad posible clásicos como Blancanieves, Fantasía o El Rey León. A Colombia llega en el momento propicio. En el año de la pandemia, los colombianos encerrados en sus casas han aumentado en un 44 % el consumo de plataformas, según información de Kantar Ibope Media. Claro que hay quejas por el hecho de que existan tantas plataformas desperdigadas y el uso de páginas piratas es cada vez más común, pero la gente que tiene la posibilidad económica y, sobre todo, que es consciente de la importancia de la televisión como una de las bellas artes, quieren consumirlo todo en la mejor calidad y todos sabemos que no existe mejor golosina visual que Mickey Mouse vestido de mago poniendo a bailar unas escobas.
Las cifras de Disney en Colombia van a sorprender. No sé si sienten la fiebre. No existe nada más poderoso y convincente para presionar a un comprador que la pataleta de un niño que quiere algo. Sobre todo si el papá también se crió entre Darth Vader y Wall-E.
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