¿La alimentación tiene un impacto directo en la intensidad del placer erótico? Una experta en psicología y terapia sexual y de pareja responde las preguntas más frecuentes.
Los mitos sobre los alimentos afrodisíacos como el borojó o el chontaduro son infinitos y existen desde hace mucho tiempo en todos los rincones del mundo. La verdadera pregunta es si existen alimentos que con solo consumirlos generen unas “ganas locas de amar” o si más bien hay comidas que pueden sembrar el terreno fértil para tener una noche satisfactoria y sin contratiempos.
Según Pilar Aguirre Lobo-Guerrero, psicóloga, terapeuta sexual y de pareja, adscrita a Colsanitas, la respuesta es no. “Se ha creído que muchos alimentos, bebidas y perfumes tienen el poder de producir sensaciones sexuales intensas y así, mejorar el desempeño sexual. Se ha atribuido poder afrodisíaco a las ostras y otros mariscos, a los huevos, a los testículos del toro, al borojó y al chontaduro”, explica. Pero ninguna de esas teorías tiene una base científica. La única realidad es que los afrodisíacos que mágicamente generan un efecto sexual son un mito. No existen.
“El alcohol también se ha utilizado tradicionalmente como estimulante y, en su primera fase, es vasodilatador y desinhibe a las personas, dándoles la sensación de poder y seguridad; sin embargo, si se consume en mayor cantidad afecta el desempeño porque el alcohol es un depresor del sistema nervioso e inhibe la respuesta sexual”, explica la especialista. Y agrega que los alimentos no tienen una incidencia real sobre el deseo o desempeño sexual, “incluso el viagra que mejora algunas disfunciones de la erección no actúa en ausencia de la motivación adecuada”, dice. En conclusión: el mejor afrodisiaco es la pareja correcta.
¿Se deben evitar algunos alimentos antes del sexo?
Si bien no existen alimentos que eleven, literalmente, la libido o mejoren la potencia sexual, sí hay comidas que pueden afectar el encuentro sexual. Por ejemplo, los alimentos procesados y grasosos pueden disminuir los niveles de testosterona en la sangre. La testosterona es, precisamente, la hormona del deseo sexual. “Adicionalmente, una dieta rica en grasas podría llegar a bloquear, con el paso de los años, las arterias en el pene y causar disfunciones”, comenta Aguirre.
Una comida que sea muy pesada también va a interferir con la disposición durante el encuentro. “Es preferible evitar comidas que generen gases o pesadez porque inflaman el sistema digestivo y pueden generar malestar o situaciones incómodas y antieróticas”, explica la especialista.
Ahora bien, hay estudios que afirman que la alimentación también es decisiva en el olor corporal de los individuos. Por eso, algunas personas pueden sentir desagrado por ciertos olores o sabores, generando rechazo hacia la persona que consumió cierto tipo de alimentos.
Alimentos que benefician el encuentro sexual
-Frutas como la sandía (tiene aminoácidos que ayudan a relajar los vasos sanguíneos).
-Grasas buenas (aguacate, nueces, aceite de oliva), ayudan a reducir la inflamación del organismo en general.
-Limón, arándanos y alimentos ricos en vitamina C (benefician la producción de espermatozoides).
-Salmón, trucha, cereales fortificados, proteínas magras y yogur son ricos en vitamina B12 (La deficiencia crónica de esta vitamina puede causar daños en la médula espinal y afectar la sensibilidad en las terminaciones nerviosas del falo).
-Ostras, ricas en Zinc, un mineral esencial para la producción de testosterona.
Alimentos que no benefician el encuentro sexual
-Comida rápida, frituras, paquetes llenos de carbohidratos simples y grasas.
-Legumbres y/o verduras como brócoli, repollo (pueden generar distensión abdominal y gases).
-Bebidas carbonatadas y/o azucaradas, dulces o confites.
-Bebidas alcohólicas en exceso.
-Lácteos (especialmente si causan sensibilidad).
¿Se vale incluir algún alimento o ingrediente durante el sexo?
¡Por supuesto! Eso sí dependerá de los gustos de la pareja y del consentimiento de ambos. Dentro de los ingredientes más utilizados en ‘la cama’, están las fresas, el chocolate, las uvas y las cerezas. “También se encuentran los helados, la crema chantilly y otros líquidos que se derriten y derraman sobre la piel porque generan sensaciones que producen excitación”, dice la psicóloga Aguirre. Un dato adicional: se debe ser cuidadoso con los ingredientes picantes o ácidos, puesto que estos pueden causar irritación en los genitales.
También existe una creencia popular de que los alimentos pueden llegar a cambiar para bien o para mal el sabor de los fluidos corporales. Aunque sobre esto sí hay literatura científica, hacen falta más investigaciones. “El pH del semen está entre 7.2 y 8.2 haciéndolo ligeramente alcalino y se considera que algunos vegetales como por ejemplo el perejil, el apio o frutas como la piña, la papaya y la naranja y especias como la canela pueden “mejorar” el sabor del semen, mientras que otros alimentos como el ajo, la cebolla, el brócoli, los espárragos, el repollo y las carnes y lácteos hacen que el olor y sabor del semen se vuelva más amargo”, dice la especialista.
Consejos para tener una vida sexual plena
Más allá de cómo la dieta puede impactar los encuentros eróticos, mantener relaciones sexuales placenteras es vital para el estado de salud físico y emocional de cualquier individuo. Aquí, cinco reflexiones de la especialista Pilar Aguirre Lobo-Guerrero, psicóloga, terapeuta sexual y de pareja adscrita a Colsanitas, para poner en práctica.
1. Es importante construir en pareja una excelente comunicación sobre los deseos y preferencias sexuales de ambos.
2. Hay que invertir tiempo en conocerse corporalmente, el juego previo es fundamental.
3. Es clave prepararse para los encuentros sexuales con tiempo. Seducir a la pareja desde la mañana si quieren tener un encuentro en la noche.
4. Se debe evitar caer en la monotonía. Experimentar de mutuo acuerdo espacios, posiciones y fantasías.
5. Respetar los ritmos y necesidades de cada persona, porque la sexualidad es una experiencia muy personal y necesita acuerdos para evitar situaciones que sean abusivas y acaben con la confianza y el vínculo.
Dejar un comentario