En nuestro artículo ¿Cómo reducir el desperdicio de alimentos?, cuatro chefs compartían algunas recetas para aprovechar cada parte de un alimento. Sin embargo, la lucha contra el desperdicio puede comenzar desde la compra del mercado. Aquí siete consejos.
1.
Planifique la compra. No coma con los ojos ni vaya a mercar con hambre. Llenar la nevera hasta el tope de su capacidad no es la mejor idea. Lleve a casa solo lo que sabe que va a consumir en el corto plazo.
2.
Compre frutas en promoción que sirvan para consumo inmediato. O incluso para mermeladas y jugos. Las formas extrañas en un vegetal no lo hacen menos nutritivo o menos sabroso. No tema comprar una zanahoria o un pimentón torcido, siempre que esté en buen estado.
3.
Cocine lo que tiene en la nevera antes de que se dañe. Si tiene cebolla, pimentón, ajo, cilantro y sabe que no alcanzará a gastarlo, haga un sofrito y congélelo. Así tendrá disponible para cada vez que cocine.
4.
Congele porciones cortadas de albahaca, perejil o cilantro con un chorrito de aceite de oliva. Suelen dañarse muy rápido y esta es una forma de tenerlas disponibles. También las frutas maduras pueden congelarse para hacer helados o smoothies.
5.
Reúna en un recipiente las cáscaras que va descartando mientras cocina. Al final, muchos “desperdicios” pueden servir para una sopa o un caldo. Bote lo que realmente no sirve.
6.
Mantenga una reserva de frascos vidrio. Allí puede guardar conservas, mermeladas, antipastos, encurtidos, caldos o fondos, preparaciones que mantienen los alimentos por mucho tiempo y no requieren procesos complicados.
7.
Practique la “cocina de aprovechamiento”, esto es, reducir al mínimo el desperdicio usando los productos al máximo y reinventando platos nuevos con los sobrantes de comidas ya preparadas. El pollo o la carne sirven para rellenar arepas, empanadas, sánduches. Las croquetas también son perfectas para aprovechar sobrantes; la concha del queso levanta sabores si lo agregamos a una sopa o guiso.
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