Tener un perro es una responsabilidad que implica tiempo, cariño, disposición y dinero. En estas líneas nos enfocamos en este último aspecto.
n día leí que cuando salimos de casa, a los perros los invade la sensación de que nunca volveremos. Así que no importa cuánto tiempo estemos fuera, ellos celebrarán con entusiasmo nuestro regreso. Por eso no paran de batir de la cola, corren de un lado a otro, dan saltos y vueltas para expresar su alegría cuando volvemos. Ese es uno de los momentos que compensan el dinero que hemos invertido en la salud y el bienestar de nuestras mascotas. Y quien tenga un perro sabe que no es poco dinero.
A la hora de adoptar o de comprar un perro hay que discutir en familia elementos trascendentales que pueden afectar el funcionamiento del grupo. Para tomar una buena decisión, los expertos aconsejan relacionar las características del perro con las de la vivienda, incluyendo el clima, los recursos económicos y la rutina de quienes convivirán con la mascota.
Si de tamaño se trata, el perro grande requiere de mayor espacio, más cantidad de comida y más tiempo para la actividad física. Se sabe que a cambio entregará cantidades industriales de amor, compañía, lealtad y seguridad. El de raza pequeña también ofrece todo eso más una dosis incontrolable de ternura que, seguramente, no le meterá miedo a nadie. Unas por otras.
Hay situaciones concretas que nos pueden servir de guía. Por ejemplo, si la mascota necesita ser sometida a una intervención quirúrgica en algún momento de su vida, los gastos de anestesia, antibióticos y analgésicos son mayores para las razas más grandes, puesto que la dosis está sujeta al peso del animal. Lo mismo aplica en el momento de la vacunación, que es cada año, y la desparasitación, que es cada tres meses.
Para viajar en avión las tarifas también se relacionan con el peso de la mascota, y los guacales son más caros mientras más grandes. En un bolso puede caber un pincher, en cambio un chow chow necesita siempre ser trasladado en un contenedor. Y todo eso va en favor del perro chico, pero por su apariencia imponente, los perros grandes son mejores cuidadores de la casa y defensores de los niños de la familia.
Dayana Santacreu es una española que se ha dedicado desde hace 17 años, dice, a ayudar a las personas a ser más felices con sus perros. Es creadora del Instituto de Mascotas, una iniciativa virtual que tiene por objeto ofrecer orientación para mejorar la relación de los propietarios con sus perros, y también es autora del libro Siete pasos para elegir tu perro ideal. Ella opina que con una buena escogencia se minimizan las posibilidades de abandono, frustraciones y problemas con el entorno:
—El más noble de los objetivos que se persigue cuando se adopta una mascota es la felicidad en doble vía: la de la familia que lo recibe y la del perro o gato que llega al hogar. Pero llevo años viendo gente que no es feliz con su perro sino que se soportan mutuamente. Me preocupo por eso, y pienso que hay que buscar orientación antes de comprar o adoptar —apunta Santacreu.
El tamaño del animal, la genética de la raza y el largo del peloson características que determinan la forma como ese perro se desenvolverá en el hogar. Los que son cazadores por naturaleza, como el beagle, necesitan visitar lugares para husmear y explorar, y si no se les provee de esos espacios terminan haciendo desastres con los muebles de la casa. Otros de pelo largo necesitan ser cepillados con regularidad porque si no se convierten en una mata de nudos poco higiénica.
Todos los perros necesitan entrenamiento, y hay que contemplar esa inversión o esa dedicación. No es un lujo proveerles educación, es una previsión importante para controlar la fuerza y el instinto del animal, principalmente en las razas grandes, que pueden arrastrar a quien los pasea.
El género de la mascota también tiene implicaciones económicas. La esterilización de las hembras es un poco más costosa que la de los machos, y también es más delicada la recuperación postoperatoria. La cirugía para una cocker spaniel de 16 kilos cuesta 220.000 pesos, y para un criollo del mismo peso cuesta 180.000 pesos. Además, si la idea es que la naturaleza haga su trabajo, entonces los dueños de hembras tienen que correr con los gastos veterinarios de control y parto, desparasitación y vacunación de los cachorros.
Alimentación
En los supermercados y tiendas de cadena se consiguen concentrados para perros desde 11.500 pesos por 5 kilos, y con esos se pueden alimentar tanto a razas pequeñas como a grandes. Por supuesto, los de menor peso necesitan una porción más reducida. Pero las marcas más reconocidas diferencian en sus empaques aquellos concentrados que son más recomendables de acuerdo con la raza y la edad del animal. En este caso las hay desde 8.000 pesos por libra.
• Referencia: Los perros de raza pequeña como snauzer o pug consumen unos cuatro kilos de concentrado al mes. Los grandes, como doberman o pastor alemán, comen unos treinta kilos mensuales.
Higiene
En prácticamente todas las ciudades de Colombia hay peluquerías caninas que se ocupan del baño, el corte de uñas y pelo, la limpieza de orejas y el cepillado de los dientes. Pero también está la opción de hacerlo en casa con un champú de uso veterinario, cortaúñas o guillotina especial para perros y crema dental sin flúor. La recomendación de los expertos es bañarlos cada tres semanas.
• Referencia: El servicio de peluquería para perros pequeños cuesta entre 20 y 25.000 pesos en promedio; para los que pesan entre 25 y 35 kilos el valor se incrementa 30% aproximadamente.
Sueño
Todos en casa tienen su espacio para descansar al final del día, incluido el perro. Debemos proveerles una cama de espuma o de goma y una manta suave. Hay que mantenerla limpia y seca.
• Referencia: Una cama de espuma para perros pequeños puede costar 15.000 pesos, y para grandes entre 25.000 y 35.000. Las opciones más sofisticadas están entre 80.000 y 250.000 pesos. Aunque el cielo es el límite: hay para cualquier presupuesto y para satisfacer cualquier pretensión.
Salud
La consulta veterinaria anual obligatoria para las mascotas cuesta entre 50 y 70.000 pesos, y el examen de sangre para chequear valores está por los 30.000 pesos. Pero además hay que contemplar el plan de vacunas, que cada año incluye la protección contra rabia, parvovirosis, moquillo, coronavirus, hepatitis infecciosa canina e influenza. Depende del lugar donde se la pongan hay que pagar entre 30 y 60.000 pesos por el combo. Sobre todo si el animal está en espacios abiertos también hay que contemplar administrarle una ampolla antipulgas y control de garrapatas, que cuesta 20.000 pesos si es para perros de menos de 15 kilos, y 30.000 si es para perros grandes.
Accesorios
Si además de garantizar los cuidados indispensables el perro requiere servicios de guardería o paseador diario, hay que preparar el bolsillo. El cuidado por día en un sitio especializado cuesta 35.000 pesos, y el paseo mensual, dos veces por día, cuesta más o menos 150.000 pesos. Juguetes se consiguen desde 5.000 pesos; en collares y correas la variedad es abrumadora, y para las tazas de comida y bebedero también hay un montón de opciones a todos los precios. Estas formas de consentir al compañero más bien son ajustables al gusto y la disponibilidad del cuidador.
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