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Bienestar Colsanitas

El peligro de los antibióticos

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Estos medicamentos que nos han permitido vivir con mayor bienestar están perdiendo su eficacia debido al uso inadecuado que hacemos de ellos.

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os antibióticos han sido uno de los grandes avances de la medicina moderna. Antes de ellos, a comienzos del siglo XX, la gente moría por infecciones urinarias, infecciones respiratorias o heridas infectadas. Con su uso generalizado a partir de la década de 1940 todas estas enfermedades dejaron de ser un peligro para convertirse en una condición fácilmente tratable en todo el mundo. Sin embargo, el paso del tiempo y el mal uso que se le ha dado a estos medicamentos han hecho que su eficacia casi milagrosa esté desapareciendo, y que actualmente sea cada vez más difícil combatir enfermedades comunes.

Este fenómeno se conoce como resistencia a los antibióticos

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se presenta cuando las bacterias se adaptan y crecen en presencia de antibióticos. Para entenderlo mejor hay que tener claro que los seres humanos podemos desarrollar una infección como consecuencia de la acción de virus, bacterias, hongos y parásitos; cada uno de ellos es muy diferente entre sí y para erradicarlos hay diferentes medicamentos. Los virus se tratan con antivirales de los cuales existen muy pocos disponibles. Los demás virus solo se pueden combatir con el sistema inmunológico. Los hongos se tratan con antifúngicos, los parásitos con antiparasitarios y las bacterias se tratan con antibióticos.

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¿Por qué nos hacemos resistentes a los antibióticos?

La resistencia bacteriana se genera porque los microorganismos mutan por la presión del medicamento. Este es uno de los efectos secundarios de los antibióticos, según Carlos Álvarez, infectólogo de Colsanitas. Y es que ante la presencia de estos, algunas bacterias en vez de morir se harán más fuertes. Esto significa que la próxima vez que se utilicen, las bacterias que sobrevivieron ya sabrán qué hacer.

El uso irresponsable aumenta el riesgo

Muchas personas consumen antibióticos indiscriminadamente ante cualquier síntoma porque hemos creído que son como una pastilla mágica que todo lo cura. Si consumimos antibióticos sin necesitarlos nuestras bacterias se acostumbrarán y aprenderán a vivir con ellos. Cuando tengamos una infección bacteriana real simplemente no va a pasar nada, seguiremos con ella en el cuerpo, padeciendo los síntomas y sin un remedio que nos haga sentir mejor.

Lo que no se debe hacer

Un ejemplo de cómo se utilizan los antibióticos de forma inadecuada es cuando tenemos un resfriado común. De acuerdo con el doctor Álvarez, los resfriados son ocasionados por virus, es decir, no hay un medicamento que acabe con ellos y elimine la enfermedad; lo único que se puede hacer es controlar los síntomas. Los virus que causan resfriado desaparecen gracias a la acción del sistema inmunológico. Sin embargo, a la primera señal de tos o congestión nasal muchos recurren a los antibióticos que simplemente no le hacen nada al virus porque no están diseñados para acabar con ellos.

Luego de tomar antibióticos contra un resfriado muchos dicen sentirse mejor y creen erróneamente que se han “curado”, pero lo que en verdad sucede es que el responsable de la mejoría ha sido el sistema inmunológico, los antibióticos no han tenido nada que ver. Otra situación puede ser que efectivamente haya que tomar antibióticos a causa de una infección bacteriana y ya sabemos que estos siempre generan resistencia. Una vez generado el mecanismo de resistencia este no desaparece inmediatamente y si el consumo de antibióticos es continuo la resistencia puede volverse permanente.

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"La resistencia bacteriana se genera porque los microorganismos mutan por la presión del medicamento".

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Un escenario catastrófico

Las consecuencias para las personas, según la OMS, pueden ser enfermedades más largas, aumento de la mortalidad, estancias hospitalarias prolongadas y pérdida de protección luego de una cirugía debido al riesgo inherente de infección que tienen estos procedimientos. Pero el efecto devastador a nivel mundial es que las bacterias farmacorresistentes pueden propagarse entre las comunidades humanas y animales a través del agua, los alimentos y el medio ambiente; en esa transmisión influyen la migración y el comercio. Esto implica que los avances en salud pública del último siglo se trunquen pues algunas enfermedades comunes como las infecciones de las vías urinarias, la neumonía, la tuberculosis, las enfermedades de transmisión sexual y las intoxicaciones alimentarias ya no puedan tratarse con los medicamentos disponibles.

Ya está pasando en el mundo

Existen bacterias multirresistentes, es decir, que no se pueden erradicar con ningún antibiótico. Por ejemplo, la OMS estima que para 2050 la resistencia antimicrobiana podría matar anualmente a 10 millones de personas en todo el planeta. Esta cifra es mayor a las muertes que se producen hoy por cáncer.

En Colombia, de acuerdo con el Ministerio de Salud, es común ver en los servicios de hospitalización enfermedades producidas por las bacterias Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa, responsables de infecciones del tracto urinario, neumonía y sepsis. En consulta externa son frecuentes las atenciones por infecciones intestinales producidas por Escherichia coli. En ambos casos, dice el Ministerio, la tendencia es al aumento de la multirresistencia en el país.

Podemos evitarlo

Es posible evitar que las bacterias que nos rodean se vuelvan un enemigo invencible. Lo primero, dice el doctor Álvarez, es entender que los antibióticos no son medicamentos inofensivos, tienen efectos secundarios que se pueden manejar cuando se los utiliza correctamente. En segundo lugar, hay que decir que son productos perecederos, una vez pierden su eficacia es supremamente difícil y costoso reemplazarlos. Así que hay que cuidarlos para que las próximas generaciones también los puedan utilizar.

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La cifra

Para 2050 la resistencia antimicrobiana podría matar a 10 millones de personas cada año.

Uso responsable

El Ministerio de Salud presentó en 2017 los 12 mandamientos contra la resistencia antimicrobiana, unas recomendaciones básicas para evitar la propagación de bacterias y para usar antibióticos de manera responsable:

Sólo tome antibióticos si su médico lo recetó.

Automedicarse antibióticos puede tener riesgos para su salud.

Tome el antibiótico como se lo recetaron y por el tiempo indicado.

Aumentar la dosis de antibiótico no lo mejora más rápido, pero en cambio aumenta el riesgo de efectos secundarios.

Si los síntomas de la infección persisten no prolongue el antibiótico. Consulte a su médico.

Los antibióticos sólo sirven para infecciones causadas por bacterias.

Los antibióticos no sirven para curar infecciones causadas por virus como el de la gripa.

Los antibióticos no previenen el contagio de la gripa ni de otros virus.

No comparta antibióticos con familiares o amigos.

No administre sus antibióticos a las mascotas.

El mal uso de los antibióticos ocasiona bacterias más resistentes.

El lavado de manos frecuente evita el contagio de virus y bacterias. 

 

* Periodista independiente. Colabora en la plataforma Mutante.org

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Laura Natalia Cruz

Periodista independiente, frecuente colaboradora de Bienestar Colsanitas.