¿Comer rápido es perjudicial para la salud? ¿Se deben comer 3 comidas al día? ¿Comer de pie engorda? Descubra las respuestas con la ayuda de algunos profesionales de la salud.
No importa que las hayamos escuchado de un nutricionista autoproclamado o que el sentido común nos haya hecho confiar en ellas. A veces, muchas de las afirmaciones que se dan por sentado en cuanto a la alimentación y la digestión simplemente podrían no ser más que mitos sin fundamento. Ante la incertidumbre, nada mejor que saciar el hambre de conocimiento con los expertos.
- Comer de pie facilita el aumento de peso
Falso
Aunque la posición en la que estemos al comer no tenga ninguna relación con la masa corporal y no afecte la salud en general, no quiere decir que debamos omitir la forma correcta. Cuando comemos de pie o caminando, la digestión se ve afectada pues el flujo sanguíneo ya no está ocupado solamente en la zona abdominal procesando los alimentos como debería, sino que tiene que redistribuirse a las piernas también. Además, es más difícil relajar la respiración cuando estamos en movimiento, por lo que se traga más aire y como resultado, se producen molestias intestinales como los gases.
Tampoco es recomendable comer acostado, ni siquiera los bebés, que deben comer semisentados para evitar la broncoaspiración de los alimentos. “Cuando uno está en una posición dónde el estómago está a una altura muy cercana a la boca, se pierde la fuerza de gravedad, que ayuda a que los alimentos se transporten”, señala Otto Calderón, gastroenterólogo adscrito a Colsanitas. Otro problema de comer acostado es que se imprime un esfuerzo adicional al esfínter esofágico inferior, la válvula entre el esófago y el estómago que evita que el ácido estomacal se devuelva. Esta circunstancia puede inducir el reflujo gastroesofágico.
- ¿Es beneficioso hacer la siesta?
Verdadero
Unos 20 minutos en que cerremos los ojos en una posición cómoda e intentemos dormir no es solo un hábito de algunos países, sino que puede ser una rutina que tenga aportes importantes en materia de salud. “Además de que la actividad sanguínea se concentra en el estómago, lo que mejora la digestión, la siesta tiene una repercusión en el desempeño del resto del día”. Esto debido a que ayuda a disminuir la producción de adenosina, una sustancia que se empieza a generar en el momento de despertar y que tiene efectos sedantes en la actividad neuronal, ayudando a regular el sueño. Al tomar la siesta, se reducen los niveles de adenosina y sus efectos, por lo que finalmente, aumentaría la sensación de energía y ayudaría a minimizar la somnolencia que se produce después de comer.
- El estómago se agranda al comer más
Falso, parcialmente
El estómago es un órgano elástico y tiene pliegues muy similares a los de un acordeón. Por esta razón, cuando entra la comida, el estómago se distiende para hacer espacio a lo que ingrese. Sin embargo, no cambia su tamaño original por más que las personas ingieran grandes cantidades de alimentos todos los días. Lo que sí sucede, dice Calderón, “es que el estómago pierde el control de la saciedad, que está mediado por el sistema nervioso, lo que le impide saber cuándo está lleno”.
Existen 2 hormonas que controlan el hambre, la grelina y la leptina, que aumentan y disminuyen el apetito respectivamente. Al comer en exceso, el organismo se vuelve resistente a la leptina, lo que ocasiona que necesiten más alimento para sentirse satisfechas. Un problema que está relacionado con trastornos metabólicos como la obesidad y la diabetes tipo 2.
- Al comer rápido la comida nutre menos
Verdadero
Cuando las personas pasan la comida por la boca sin desintegrarla lo suficiente, a través de la saliva y la masticación, es posible que se cuelen pedazos demasiado grandes o compactos, lo que dificulta el trabajo del estómago. Adicionalmente, se disminuye la exposición del bolo alimenticio con las enzimas digestivas, que colaboran en la absorción de nutrientes. Generalmente, las personas que comen rápido tienden a preferir, por su estilo de vida, alimentos que se preparan y se sirven rápido como la comida chatarra, que contiene una alta cantidad de carbohidratos y grasa.
“Cuando uno come tranquilo, sin distracciones de ningún tipo y concentrándose en los alimentos y en la masticación pausada, la digestión se hace mejor y el estómago percibe la sensación de llenura a medida que vamos ingiriendo los alimentos, lo que evita que comamos de más”, dice Calderón. Para él, lo más recomendable sería dedicarles a las comidas por lo menos 20 o 30 minutos e intentar masticar cada bocado hasta que el alimento se encuentre lo suficientemente triturado. Factores como la televisión y los celulares van en contra de esta recomendación.
- Debemos comer 3 comidas al día
Falso, parcialmente
El hábito de comer 3 comidas al día es una idea relativamente nueva y viene de los años 20 cuando se instauró el horario laboral contemporáneo. En ese sentido, se acostumbró a comer antes de trabajar, durante el descanso a mediodía, y en la noche para pasar unas horas con la familia después de un largo día de trabajo. Como referencia, los griegos sólo tenían una gran comida al día, mientras que durante la edad media no se comía antes de las 12 del mediodía.
En ese sentido, dice la nutricionista y profesora universitaria Mercedes Mora: “A pesar de que no hay nada de malo en comer 3 comidas al día, lo más importante es conocerse y saber qué nos funciona y qué no. De esta manera, Mora recomienda agregar 2 tentempiés intermedios a media mañana y media tarde. “Ya que la digestión es un proceso que tarda 3 horas aproximadamente, comer 5 veces ayuda a mantener la glucosa en niveles óptimos todo el tiempo”. Esta glucosa, que viene con la mayoría de los alimentos, es la fuente principal de energía para el cerebro.
En cuanto a los horarios, no existen mejores horas que otras para comer. Lo que sí advierte la experta en nutrición es evitar comer en abundancia muy tarde en la noche --debido a que el sistema digestivo no es tan eficiente a esa hora –, evitar saltarse alguna comida, sobre todo el desayuno, y procurar que las porciones sean moderadas de acuerdo con el peso y la edad.
- El orden del menú ( ensalada, plato fuerte, postre) afecta el producto
Falso, parcialmente
“Si bien comerse el postre al principio no es dañino de ninguna forma, el sobrepeso y la obesidad es un problema que sí lo es”, dice Mora. Por ello, cuando tenemos una comida completa constituida de verdura, plato fuerte y el postre, resulta necesario hacer unas aclaraciones. En primer lugar, dice la nutricionista, como las verduras poseen más fibra, es beneficioso comerlas de primeras, antes que cualquier otra comida, pues es una sustancia que aumenta la sensación de llenura. En segundo lugar, siendo el postre un plato con alto contenido en azúcar; no se considera una parte fundamental de una dieta balanceada. En ese sentido, Mora recomienda una fruta dulce en su lugar para después del almuerzo.
De la misma manera, los jugos preparados a base de frutas naturales, que son usuales para acompañar el menú, aportan demasiadas calorías vacías. Es decir, que contienen pocos o ningún nutriente. “En su lugar sería mejor tomar agua, infusiones aromáticas, café o preparar una bebida con la fruta entera, sin pasarla por el colador y por supuesto, sin añadirle azúcar”, finaliza Mora.
- Este artículo hace parte de la edición 183 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa en este enlace: https://www.bienestarcolsanitas.com/images/PDF%20ED/Bienestar183.pdf
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