Aunque existen mitos a su alrededor, esta práctica puede ser una garantía de disfrute y autoconocimiento.
Ocho contracciones por segundo durante cinco segundos dura un orgasmo. Y en la búsqueda de ese santo grial del placer sexual no se necesita más que la propia mano.
La masturbación ha estado presente en la vida de los seres humanos desde siempre. Tanto en la historia de la humanidad (en la Biblia hay referencias a la masturbación), como en la vida de cada persona (la manipulación de los genitales propios inicia tempranamente).
Lo que ha cambiado en estos milenios es la relación que tenemos con la masturbación, pues está atravesada por la cultura, la religión y la sociedad. Pero, ¿qué tanto sabemos sobre la masturbación y qué tan dispuestos estamos a derrumbar los mitos construidos a su alrededor?
¿Qué es la masturbación?
Pilar Aguirre Lobo-Guerrero, psicóloga, terapeuta sexual y de pareja adscrita a Colsanitas, explica que llamamos masturbación a las prácticas autoeróticas para inducir placer, “es cualquier comportamiento que la persona haga de forma consciente y voluntaria buscando placer sexual”.
Tradicionalmente se entiende que esa estimulación se realiza en los genitales, en los órganos diseñados exclusivamente para el placer, pero también puede realizarse con la estimulación de otras zonas erógenas, teniendo en cuenta también que algunas personas no tienen respuesta sensorial en sus miembros inferiores. El punto es encontrar el placer sexual.
¿Cómo nos masturbamos?
Mauricio Polanco, psicólogo de familia y profesor universitario de Unisanitas, dice que no existe una sola manera de masturbarse, “no se tienen formas programadas, cada quien está en libertad de realizarla como mejor le plazca. Lo importante es que genere satisfacción y agrado”.
¿Para qué nos masturbamos?
Básicamente nos marturbamos porque queremos sentir placer sexual. Y en ese sentido, no se diferencia mucho de cualquier otra actividad sexual.
En el camino, sin embargo, nos encontramos con otros beneficios. Según Polanco, “para la mayoría de las personas es una actividad que ayuda a relajarse, a salir de la rutina, a dormir mejor, a liberar tensión sexual, y compensar de alguna manera la ausencia de una pareja”. También ayuda en el autoconocimiento, un factor importante que influye en el desempeño sexual porque permite saber qué, dónde, cómo, en qué momento y a qué ritmo disfruta ser tocado.
¿Desde cuándo y hasta qué edad está bien masturbarse?
El doctor Mauricio Rojas, ginecólogo, sexólogo y presidente de la Asociación Colombiana de Salud Sexual, explica que no hay límite de edad, “desde que naces y hasta que mueres, mientras tengas con qué, y tengas las ganas, lo puedes practicar”. Por su parte, el doctor Polanco agrega que la sexualidad es una dimensión fundamental del ser humano que se da a lo largo de toda la vida, “de manera que puede llevarse a cabo en cualquier etapa, siempre y cuando exista la disposición y el deseo para hacerlo”.
¿Hay razón para sentirse culpable?
Existen muchos mitos sobre la masturbación que han conducido a las personas a verla con temor, angustia, culpa y, en muchos casos, como si se tratara de algo “malo” o “sucio”.
En algunas culturas y religiones se creía que su práctica conducía a la locura o producía ceguera, pérdida de neuronas, impotencia o esterilidad o que le podían salir pelos en la mano si se practicaba. La relación con la culpa, de acuerdo con la doctora Aguirre Lobo-Guerrero, viene de las religiones judeocristianas para las cuales todas las prácticas sexuales que no tengan un propósito reproductivo son entendidas como inapropiadas. “Por eso se condena la homosexualidad, los métodos de planificación, la anticoncepción y la masturbación”, comenta.
La evidencia científica sin embargo, dice Polanco, ha demostrado no solamente sus beneficios sino también la seguridad que tiene.
¿Está mal que las mujeres se masturben?
La culpa que mencionamos en el punto anterior la han sufrido las mujeres principalmente, y esto se debe a las diferencias en la educación sexual que se han dado históricamente, a los estereotipos culturales transmitidos a hombres y mujeres, el machismo, las desigualdades y la inequidad de género.
Esto ha producido la idea de que las mujeres no tienen o no deben tener la necesidad y deseo de masturbarse, como sí lo tienen los hombres. Como consecuencia de ello, aún hay mujeres a las cuales les cuesta expresarse sexualmente, sentir placer o masturbarse.
Afortunadamente con el paso del tiempo se ha superado esta creencia, hoy en día hay mayor apertura frente al tema y las mujeres han podido decidir libremente si quieren hacerlo.
¿Masturbarse con frecuencia provoca pérdida de sensibilidad?
Como todas las actividades que se llevan a cabo en exceso, después de interactuar por mucho tiempo con ciertos estímulos, el cuerpo se puede terminar acostumbrando a ellos. Pero eso pasa con cualquier órgano. El doctor Mauricio Rojas lo explica con una comparación: “Cuando uno está cocinando y agarra una olla por primera vez utiliza cualquier cantidad de trapos para no quemarse, pero con el tiempo la sensación de calor se vuelve manejable”. Esa reducción en la sensación percibida por el cuerpo también sucede con la masturbación.
¿Afecta el sexo en pareja?
En realidad la masturbación puede ayudar a mejorar las relaciones sexuales en pareja porque conocerse bien facilita la actividad y permite indicarle al otro cómo queremos ser tocados.
¿Puede generar adicción?
Cualquier actividad humana puede generar un abuso. El ejercicio es bueno, pero hay gente que se vuelve adicta a él; el problema no es la actividad en sí misma sino cómo nos relacionamos con ella. En la masturbación se habla de abuso cuando impide el desarrollo integral de una persona. Por ejemplo, no ir a clase, llegar tarde al trabajo o tener el impulso de masturbarse en un espacio público y efectivamente hacerlo.
Solo en esos casos podríamos hablar de una relación problemática con la masturbación y ante la cual sería necesario consultar un especialista.
¿Tiene efectos secundarios?
No. En general la masturbación es saludable a menos de que su práctica sea excesiva, produzca daño o dolor, se realice por presión o coerción, o porque no se tienen suficientes cuidados para practicarla.
Prácticas seguras al masturbarse
No tener unas prácticas correctas sí puede producir consecuencias, como lastimar los genitales o provocar una infección. El doctor Mauricio Rojas menciona que para la masturbación se deben utilizar instrumentos diseñados para ello y evitar objetos inadecuados. Pilar Aguirre Lobo-guerrero sugiere lavarse las manos antes de su realización, “los genitales no son sucios, pero si tienes las manos sucias y te tocas los genitales, te puedes ganar una infección”, explica. Además, comenta que para las personas que tienen pene, una práctica incorrecta puede ser hacerlo con afán habitualmente, pues el miembro se acostumbra a eyacular rápido y esto puede provocar eyaculación precoz a futuro.
Juguetes sexuales
Los juguetes sexuales son una herramienta más para obtener placer, generan nuevas sensaciones, permiten explorar y descubrir el cuerpo, propician mejores orgasmos, permiten jugar y disfrutar solos o en pareja. Pero es aconsejable tener buenos cuidados con ellos, por ejemplo: usar lubricantes para evitar lesiones, estar bien aseado, limpiarlos después de cada actividad, no compartirlos con personas con quienes no hay confianza y aprender a conocerlos para saber cuál se adapta más al cuerpo y a los gustos, explica el doctor Polanco. En las relaciones sexuales con otra persona, se debe cambiar el preservativo en el juguete sexual cada vez que se cambie de persona u orificio.
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