A pesar de lo alarmantes que pueden ser los sangrados nasales, son padecimientos que se presentan con bastante regularidad y representan una de las principales causas de consulta en los servicios de otorrinolaringología.
Las hemorragias en la nariz, o epistaxis, como se le conoce científicamente, ocurren debido a la ruptura de los vasos sanguíneos que se encuentran en la mucosa nasal. Esas rupturas pueden presentarse de múltiples formas. Las más comunes son: resequedad, traumatismos, procesos infecciosos o cuerpos extraños dentro de la cavidad nasal.
También pueden deberse a otras entidades, como deformidades en el tabique, tumores de la nariz, senos paranasales o trastornos de coagulación, así lo explica la médica María Valeria Chamorro, otorrinolaringóloga de la clínica Reina Sofía en Bogotá.
Los sangrados por la nariz son muy usuales, debido a que esta región cuenta con gran cantidad de vasos expuestos a factores ambientales, irritación y distintos tipos de traumatismos causados, incluso, hasta por simplemente hurgarse esa área. “La nariz está ampliamente irrigada. Su vascularización proviene de ramas de grandes vasos tributarias de la arteria carótida interna y carótida externa, lo cual puede explicar que los sangrados sean profusos”, añade la especialista.
Más del 60 % de la población puede sufrir de epistaxis en algún momento de la vida y a cualquier edad. Los picos más comunes en que suelen presentarse son en niños de dos a 10 años y en adultos de 50 a 80 años.
“Estos sangrados son normales cuando se presentan de manera moderada y esporádica. Ya si el volumen de sangre es muy intenso y se presenta con bastante frecuencia, es necesario que el paciente se dirija a los servicios de otorrinolaringología para que el especialista evalúe a profundidad, y con los implementos adecuados, qué vasos están sangrando, en qué área se localizan y cuál es el tratamiento adecuado a seguir, el cual podría ir desde una cauterización ambulatoria, hasta una intervención quirúrgica”, comenta la doctora Chamorro.
¿Cuándo preocuparse?
El 90 % de las epistaxis se localizan en la parte anterior de la nariz, lo cual permite a los especialistas visualizarlas rápidamente durante la evaluación nasal convencional por rinoscopia. El otro 10 % se localizan en la parte posterior de la nariz (la padecen mayoritariamente los ancianos) y ocurren en sitios de difícil visualización, por lo que los especialistas recurren al uso de endoscopios nasales para poder identificarlos con claridad.
“Los tratamientos quirúrgicos se reservan para condiciones específicas de sangrados muy severos, usualmente en estados postquirúrgicos o en trastornos de coagulación, en los que las hemorragias no pueden ser controladas en urgencias. En estos casos la intensidad del sangrado es tanta que, además de salir por las fosas nasales, pueden desviarse hacia la garganta haciendo que el paciente trague sangre, se ahogue y pueda incluso requerir transfusiones, ligadura o embolización de los vasos implicados”, explica la doctora Chamorro.
El doctor Martín Fernández, otorrinolaringólogo adscrito a Sanitas y director de la IPS El Centro de los Sentidos en Bogotá, agrega que, en algunos casos, las hemorragias nasales puede ser un signo de una afección médica grave, como hipertensión arterial (presión arterial alta), hemofilia (trastorno hemorrágico), trastornos de coagulación, tumores, enfermedad de Von Willerbrad (otro tipo de trastorno hemorrágico), telangiectasia hemorrágica hereditaria (afección que causa vasos sanguíneos frágiles) y trombocitopenia (afección que se caracteriza por un bajo recuento de plaquetas).
“En estos casos siempre va a ser determinante un buen diagnóstico, ayudado con estudios especializados que permitan corregir el problema del sangrado nasal sin desatender cualquier otro padecimiento del paciente”, comenta el doctor Fernández, quien a pesar de reconocer que estos sangrados pueden inicialmente tratarse en casa, también recomienda que sean valorados por un especialista cuando la intensidad del sangrado es alta, frecuente y llega acompañado de síntomas como mareos, desmayos y dolores de cabeza.
Tratamiento casero
Los especialistas indican que, inicialmente, la epistaxis puede manejarse en casa de la siguiente manera:
- Es fundamental mantener la calma, porque es una situación que podría resultar angustiante.
- Estar en un ambiente seguro, preferiblemente sentado, para evitar caídas.
- Jamás posicionar la cabeza hacia atrás, porque la sangre podría desviarse hacia la garganta y el paciente podría tragarla.
- Inclinar ligeramente la cabeza hacia adelante y, con los dedos pulgar e índice, hacer presión sobre los cartílagos. Mientras tanto, puede ir respirando por la boca.
- La presión con los dedos debe emplearse de cinco o diez minutos, tiempo suficiente para que cese el sangrado.
- Taponar con un algodón el orificio por el cual se presenta la hemorragia.
Recomendaciones de cuidado
- Evitar la manipulación nasal constante.
- Prevenir que los niños se hurguen o introduzcan elementos en la cavidad nasal.
- Mantener una adecuada lubricación de esa región.
- Si el sangrado no cesa, es abundante y recurrente; visitar a un especialista en otorrinolaringología.
Más del 60 % de la población puede sufrir epistaxis en algún momento de la vida.
Tipos de epistaxis:
- Anterior: es el más común y ocurre en la parte delantera de la nariz, donde los vasos sanguíneos son más pequeños.
- Posterior: es menos común y más grave. Ocurre en la parte posterior de la nariz, donde los vasos sanguíneos son más grandes.
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